Obama pide calma y unidad ante el terrorismo sin ofrecer una nueva estrategia

El presidente de EE.UU., Barack Obama, quiso con su discurso desde el Despacho Oval pedir calma y unidad a sus compatriotas tras el peor acto terrorista en el país desde los ataques del 11 de septiembre de 2001, pero dejó insatisfechos a los que esperan una nueva estrategia contra el Estado Islámico (EI).

Obama compareció el domingo por la noche para hablar a la nación durante 13 minutos de la masacre de San Bernardino (California), donde dos supuestos seguidores del EI mataron el 2 de diciembre a 14 personas y dejaron heridas a otras 21, y lo hizo con un objetivo primordial, el de tranquilizar a los ciudadanos ante la amenaza «real» del terrorismo.

Así lo destaca hoy el diario The New York Times en un editorial en el que afirma que el discurso de Obama fue «firme» y «tranquilizador», diseñado básicamente para pedir a los estadounidenses que rechacen «el impulso de tomar acciones basadas en el miedo».

Pero para analistas como David Gergen, profesor de la Universidad de Harvard, eso «no es suficiente», ya que los estadounidenses esperaban de Obama «más acción» y un plan «concreto» contra la amenaza del terrorismo.

Gergen comentó a la cadena CNN que Obama «está dejando al próximo presidente», a la persona que le suceda en poco más de un año, la tarea de derrotar al EI y criticó que ofreciera un discurso televisado para no anunciar nada nuevo.

En la misma línea se expresó el analista conservador Marc Thiessen en una columna en The Washington Post, en la que acusó al presidente de «reempaquetar su vieja y fallida estrategia en el envoltorio brillante de un lenguaje más duro».

Obama compareció de pie desde el Despacho Oval, un lugar desde el que solamente había hablado a la nación durante su mandato en dos ocasiones, en ambas sentado: tras el vertido de petróleo de la empresa BP en el Golfo de México y para anunciar el fin de las operaciones de combate de las tropas estadounidenses en Irak.

Tras afirmar que la amenaza terrorista ha entrado en una «nueva fase» en los últimos años, Obama detalló los pasos que su Gobierno ha dado recientemente, en particular tras los atentados del 13 de noviembre en París, para «intensificar» la lucha contra el EI.

Esas medidas incluyen la decisión de enviar fuerzas de operaciones especiales a Irak y Siria, la campaña de bombardeos contra las instalaciones petroleras de los extremistas y nuevos esfuerzos diplomáticos, liderados por el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, en busca de una solución pacífica a la guerra civil siria.

«Vamos a destruir al EI y a cualquier otra organización que trate de hacernos daño. Nuestro éxito no dependerá de palabras duras ni del abandono de nuestros valores o de sucumbir al miedo», prometió Obama.

Al igual que tras los atentados del 13 de noviembre en París, que causaron al menos 130 heridos, Obama sigue convencido de que su estrategia contra el terrorismo yihadista es la correcta y la que, en última instancia, permitirá una «victoria sostenible» a largo plazo.

No obstante, una encuesta de CNN realizada del 27 de noviembre al 1 de diciembre reveló que, por primera vez, una mayoría de estadounidenses (53 %) es favorable a enviar tropas a combatir sobre el terreno en Siria e Irak, y que seis de cada diez desaprueban la política antiterrorista de Obama.

El Gobierno de Obama anunció hace una semana cambios para endurecer el programa de exención de visas (VWP, en inglés) que beneficia a ciudadanos de 38 países, ante la «amenaza constante» que representan los terroristas extranjeros.

También se va a revisar un programa de visas que permite entrar al país a individuos prometidos en matrimonio con un ciudadano estadounidense y que, aparentemente, benefició a la joven paquistaní Tashfeen Malik, supuesta autora de la masacre de San Bernardino junto a su esposo, Syed Farook.

Por otro lado, Obama volvió a insistir en que es «un asunto de seguridad nacional» que el Congreso apruebe una ley que prohíba adquirir armas de fuego a las personas incluidas en una lista que les impide tomar vuelos comerciales por sospechas de terrorismo.

Asimismo, «si el Congreso cree, como yo, que estamos en guerra contra el EI, debería avanzar y votar para autorizar la continuidad del uso de la fuerza militar contra estos terroristas», urgió el presidente en su discurso.

Obama solicitó el pasado febrero al Congreso una nueva «autorización para el uso de la fuerza militar», conocida como AUMF por su sigla en inglés, para combatir al EI, pero los legisladores no han avanzado al respecto.

James Fallows argumentó hoy en la revista The Atlantic que el discurso de Obama «condensó» su estilo de liderazgo.

«Si te gusta, ves en su entereza un signo de madurez temperamental. Si no, ves una señal más de su debilidad y fracaso», resumió Fallows. EFE [I]

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