EEUU bombardea posiciones del Estado Islámico en Libia

WASHINGTON — Aviones de guerra estadounidenses atacaron múltiples objetivos en Libia durante la noche, alcanzando lo que parecía ser un campo de entrenamiento del grupo Estado Islámico y a un destacado líder extremista, dijo un funcionario estadounidense el viernes, citado por la agencia AP.

Un funcionario dijo que el blanco de los ataques fue un campamento de entrenamiento de ISIS y añadió que el ataque cerca de Sabratha, Libia, no lejos de la frontera tunecina, probablemente mató al agente de ISIS Noureddine Chouchane. ISIS es una sigla del grupo Estado Islámico.

Los bombardeos han matado al menos 40 personas, entre ellas mujeres y niños, informaron a Efe fuentes de Seguridad.

Según su relato, el ataque tuvo lugar la pasada madrugada contra un inmueble situado en el barrio de Qasr Talil, en el extrarradio de la ciudad, a medio camino entre Trípoli y la frontera con Túnez, y todas las víctimas del mismo son de nacionalidad extranjera.

«Hay al menos seis heridos graves. Ninguno de los muertos es de nacionalidad libia«, afirmó.

Las fuentes hablaron bajo la condición de no ser identificadas por tratarse de una operación militar que no ha sido anunciada oficialmente.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo la semana pasada a su equipo de seguridad nacional que impulse operaciones antiterroristas en Libia al tiempo que se buscan opciones diplomáticas para solventar su crisis política y formar un gobierno de unidad nacional. Aunque el grupo extremista Estado Islámico ha aparecido en otros puntos, como Afganistán, Libia parece ser su principal objetivo fuera de Siria e Irak.

El ejército de Estados Unidos ha estado siguiendo de cerca los movimientos de la milicia radical en Libia, y pequeños equipos de soldados estadounidenses entraron y salieron del país durante varios meses. Fuerzas especiales británicas, francesas e italianas estuvieron presentes también en Libia para colaborar en la vigilancia aérea, la cartografía y la recopilación de información en varias ciudades, entre ellas Bengazi en el este y Zintan en el oeste, según dos oficiales militares libios que trabajaron en coordinación con ellos. Los responsables libios hablaron recientemente con The Associated Press, bajo condición de anonimato, porque no están autorizados a hablar con la prensa.

Funcionarios estadounidenses pronosticaron a principios de mes que pasarían varias semanas antes de que se enviaran fuerzas especiales debido a la necesidad de consultar con los aliados europeos. La información adicional ayudaría a determinar los blancos de los ataques, pero los drones de espionaje están muy en demanda en Siria, Irak y Afganistán.

Washington y Bruselas observan también con preocupación que está aumentando el número de combatientes del Estado Islámico en Libia —se cree que suman entre 2.000 y 5.000— al tiempo que el grupo pierde fuerzas en Siria e Irak bajo los ataques constantes de Estados Unidos y la coalición.

De confirmarse, este sería el primer bombardeo occidental sobre Libia desde que hace un año los gobiernos rivales de Trípoli y Tobruk iniciaran un diálogo bajo la tutela de la ONU para tratar de poner fin a la división y llenar el vacío de poder que amenaza el país.

Además, se produce entre insistentes noticias sobre la posibilidad de una nueva intervención militar extranjera -a la que se oponen los países vecinos-, similar a la que en 2011 contribuyó al derrocamiento de la dictadura de Muamar al Gadafi.

A la brecha política se une la división militar, con tres grandes fuerzas, una en Trípoli, otra en Tobruk y la milicia al mando de Ibrahim Jibran, encargada de defender las instalaciones petroleras, que se combaten entre sí mismas y luchan contra los yihadistas sin coordinación.

Esta situación es aprovechada por grupos yihadistas vinculados al Estado Islámico (EI) y a la organización de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), que han ganado terreno y extendido su influencia al resto del norte de África.

En el último año, los yihadistas han consolidado posiciones en la ciudad oriental de Derna, su principal sede, y ampliado el territorio bajo su control, que ahora incluye barrios en Bengasi y la ciudad de Sirte, su bastión más importante en la costa del Mediterráneo.

A principios de enero lanzaron, además, una ofensiva contra los importantes puertos petroleros de Sidrá y Ras Lanuf, que a duras penas fue repelida por la milicia privada que los defiende y han abierto campos en la zona de Sabratah.

Esta localidad, que acoge uno de los conjuntos monumentales romanos más importantes del Mediterráneo, se ha convertido en la primera etapa de los yihadistas que llegan al Libia desde todo el Sahel a través de la porosa frontera con Túnez.

Hace unos meses, supuestos yihadistas asaltaron allí un convoy del embajador de Serbia -que pudo huir a Túnez- y secuestraron a dos diplomáticos.

Por ROBERT BURNS, AP. El texto contiene reportes de EFE.

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