Arranca Obama histórica visita a Cuba

Unos recién casados recorren el Malecón de La Habana, en Cuba, el sábado 19 de marzo de 2016. Tras cinco décadas de ruptura y en el marco de una normalización de relaciones con Cuba, el presidente Barack Obama arrancará el domingo 20 de marzo un histórico viaje a la nación caribeña. (Foto AP/Ramon Espinosa)

LA HABANA (AP) — El presidente Barack Obama arranca el domingo un histórico viaje a Cuba, donde la gente mira con una mezcla de esperanza y cautela el presente y futuro a poco más de un año que se acordó normalizar las relaciones bilaterales tras cinco décadas de ruptura.

Obama tocará tierra cubana por la tarde y se espera que entre sus primeras actividades esté un recorrido por el centro histórico de la ciudad, un área patrimonial y uno de los proyectos de restauración y de mejoramiento de la calidad de vida de la población más exitosos de la isla.

El primer viaje de un presidente estadounidense en casi 90 años a la isla atrapó la atención de los cubanos comunes, muchos de quienes nunca pensaron atestiguar algo así, aunque por la mañana del domingo y a unas horas de su arribo algunas calles de La Habana lucían sin mucha gente.

«Esto es una cosa increíble», dijo Carlos Maza, un especialista en refrigeración de 48 años, que espera que la normalización se traduzca en la apertura de sectores como la agricultura y que se permita la importación de equipos de reparación.

«Van a haber sus cambios, pero es lento», consideró este hombre que también espera hacia adelante poder visitar Estados Unidos.

Roberto Albar, un jubilado de 68 años, ve el deshielo de las relaciones como algo que conviene a ambos pueblos. «Nosotros prácticamente somos vecinos» y el sistema político de Cuba «no quiere decir que seamos enemigos», dijo, aunque fue más cautelosos con los cambios.

«Yo no he visto nada. Yo vivo ahí y eso se está cayendo», dijo mientras apuntaba hacia el edificio con la fachada derruida donde vive. «Los pobres seguimos siendo pobres».

La gente ha visto en los últimos días un verdadero frenesí en la capital con el arreglo de calles, el pintado de fachadas o el mantenimiento del Malecón, por donde se supone pasará el mandatario o su comitiva de funcionarios y empresarios.

Xiomara Sánchez, de 60 años, trabaja en una cafetería particular en La Habana y dice que se siente «orgullosa y bien que él venga a Cuba».

Si se encontrara de frente con Obama, dijo, «lo felicitaría por buscar la forma, la manera de unirse con nosotros, de estar en paz y estar bien».

Obama llegará con su esposa Michelle Obama y sus hijas Malia y Sasha, además de que estará acompañado por varios legisladores y líderes empresariales dispuestos a acercarse y hacer negocios en Cuba.

Una foto del revolucionario Ernesto "Che" Guevara está en una pared y en la otra  hay bandera de EEUU en una vivienda en La Habana, Cuba, el martes 15 de marzo de 2016. Cinco días antes de que se realice el primer viaje de un presidente de EEUU a La Habana en casi 90 años, el gobierno de Barack Obama le propinó una serie de golpes al embargo comercial a Cuba al convertir la prohibición de viajar a la isla en un sistema que depende de que las personas digan que el propósito de que su viaje es educativo, y no turístico, y al allanar el camino para que jugadores de béisbol, y otros atletas profesionales, puedan algún día jugar en las Grandes Ligas o en otras ligas profesionales estadounidenses. (Foto AP / Ramón Espinosa)
Una foto del revolucionario Ernesto «Che» Guevara está en una pared y en la otra hay bandera de EEUU en una vivienda en La Habana, Cuba, el martes 15 de marzo de 2016. (Foto AP / Ramón Espinosa)

El arribo del mandatario ocurrirá también luego de algunos anuncios que muestran el inicio de cambios impensables hasta hace poco. Por ejemplo, la empresa Starwood firmó un acuerdo el sábado para renovar y operar 3 hoteles cubanos, con lo que las cadenas estadounidenses regresan a la isla más de 50 años después de que la Revolución de Fidel Castro incautó propiedades de ese país.

El mismo domingo, el gobierno estadounidense informó que le otorgó a la compañía Airbnb una licencia especial para permitirle funcionar en Cuba con lo que viajeros de todo el mundo podrán reservar alojamiento en casas privadas en la isla.

«Nosotros esperamos que Obama conozca a la Cuba real, no a la que le han contado», dijo a la AP la víspera el subdirector para Estados Unidos de la cancillería, Gustavo Machín. «Va a encontrar una Cuba que trabaja fuertemente para mejorar, para ser un mejor país».

Cuba y Estados Unidos sorprendieron al mundo relanzando sus relaciones diplomáticas en diciembre de 2014 de camino a la normalización total de sus nexos. En julio de 2015 abrieron sus embajadas.

Obama reconoció que la política de sanciones aplicada contra Cuba no dio los resultados esperados de un cambio en el modelo político y busca con el deshielo fomentar lo que llamó un empoderamiento del pueblo en la isla.

Pero el presidente Raúl Castro advirtió que su gobierno no está dispuesto a realizar reformas políticas y su canciller, Bruno Rodríguez aseguró que el pueblo en la isla se «empoderará» solo y no en la dirección que crea conveniente una potencia extranjera.

En todo caso, más allá de esta visita, ambas administraciones reconocieron que subsisten diferencias de fondo, pero que están dispuestos a dirimirlas por el diálogo.

Hasta ahora Obama usó su poder ejecutivo y a lo largo de un año y medio aprobó cuatro paquetes de medidas para aliviar las sanciones en temas como los permisos para que ciudadanos estadounidenses puedan viajar a Cuba o el uso del dólar por parte de la isla en las transacciones bancarias internacionales; pero hasta ahora no ha logrado convencer al Congreso que debe derogar las leyes del embargo.

Cuba reportó que había perdido miles de millones de dólares a lo largo de estos años debido a las sanciones impuestas por Washington en su contra.

La visita de Obama, que se desarrollará hasta el día martes, contempla un encuentro con el presidente Castro, ofrendas florales al líder independentista José Martí, intercambio con emprendedores, una cita con disidentes y hasta la asistencia del gobernante a un partido de béisbol entre un equipo de grandes ligas y un seleccionado local, antes de seguir su viaje a Argentina.

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