Firmas para referéndum revocatorio, un nuevo motivo de protesta en Venezuela

La suerte de las más de 1,8 millones de firmas que la oposición entregó el pasado 2 de mayo como requisito previo para activar un referéndum revocatorio del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, es hoy un nuevo motivo de protesta, ya que el poder electoral aún no confirma la validez de estas.

Más de un mes ha pasado desde que la oposición exhibió como un trofeo las rúbricas recogidas; sin embargo, el proceso hacia el referéndum no se ha iniciado y los plazos para su realización son inciertos.

Lo que parecía fácil: recoger las firmas para apoyar a la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) como una organización de ciudadanos que promueve el revocatorio se cumplió en menos de los 30 días previstos e incluso se reunieron unas 2,5 millones de rúbricas de las cuales 1,8 millones fueron presentadas.

La MUD debe sumar alrededor de 200.000 firmas para presentarse como el actor que solicitará revocarle el mandato a Maduro. Pero este paso no activa el referéndum, ya que se trata de un requisito previo e indispensable para validar al solicitante.

Tras recibir las firmas, el Consejo Nacional Electoral (CNE) inició una fase de revisiones y una minuciosa auditoría, cuya conclusión era esperada por la oposición el pasado jueves 2 de junio. Ese día estaba prevista una reunión entre la MUD y la directiva del CNE, que fue suspendida a última hora.

Sin el aval del organismo electoral se mantiene en suspenso el siguiente paso, que es la presentación de cada firmante a los puntos que se habilitarán en todo el país para validar con su huella dactilar la rúbrica consignada por la oposición, y el resto del proceso en sí.

Para la oposición es vital pisar el acelerador y que la votación se convoque para este año, ya que de imponerse la revocatoria del mandato de Maduro se configuraría una falta absoluta del presidente.

La Constitución establece en su artículo 233 que si la falta absoluta «se produce durante los primeros cuatro años del período constitucional» se debe proceder a «una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes».

De extenderse el proceso al 2017 se aplicaría lo previsto en el mismo artículo para los «últimos dos años del período constitucional» y sería el vicepresidente el que asuma la Presidencia de la República hasta completar el mandato.

Distintos dirigentes del chavismo han advertido que los plazos no alcanzan y que de darse un referéndum sería para el 2017.

Pero el exrector del CNE Vicente Díaz dijo a Efe que ese argumento es «falso y mentiroso», e indicó que los lapsos no dan «si se estiran y se dilatan con una intención de retrasar esto a voluntad».

A su juicio, los «lapsos dan» para que el referéndum se celebre este año y advirtió que si no se logra convocar es porque «hubo una operación política montada para que no se hiciera».

El trecho aún es largo, ya que después del aval del CNE y de la verificación de las huellas, la oposición deberá reunir alrededor de cuatro millones de firmas (20 % del registro electoral) para activar este mecanismo que fue empleado en 2004 contra el presidente Hugo Chávez, antecesor de Maduro y fallecido en marzo de 2013.

En ese entones, el «No» al revocatorio se impuso con un 59,1 % de los votos. EFE (I)

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