Alto el fuego definitivo marca el fin de la lucha sin cuartel contra las FARC

FARC. Foto de Archivo: La República.

Bogotá, (EFE).- El alto el fuego y de hostilidades bilateral y definitivo entre el Gobierno colombiano y las FARC, que comenzó a las cero horas de hoy (05.00 GMT), producto del acuerdo de paz, marca el fin de 52 años de conflicto con esa guerrilla.

Sin embargo, pasaron 40 años antes de que finalmente las Fuerzas Armadas asestaran los primeros golpes contundentes a los líderes de la guerrilla.

Fue el 2 de enero de 2004, durante el Gobierno del presidente Álvaro Uribe (2002-2010), tal vez el más férreo enemigo que han tenido las FARC en la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo, cuando los alzados en armas comenzaron a sentir «pasos de animal grande».

Ese día, Juvenal Ovidio Ricardo Palmera, alias «Simón Trinidad», miembro del Secretariado, máximo órgano de dirección de la guerrilla, fue capturado en Quito (Ecuador).

«Trinidad», que fue deportado a Colombia, se convirtió el 31 de diciembre de 2004 en el primer alto mando guerrillero en ser extraditado a Estados Unidos, en donde cumple una condena de 60 años de cárcel por su participación en el secuestro de tres estadounidenses.

Nayibe Rojas Valderrama, alias «Sonia», quien militó 14 años en las filas, le siguió los pasos al ser puesta a disposición de la justicia estadounidense en marzo de 2005 para que pagara 17 años de prisión por narcotráfico.

En los años siguientes las FARC perdieron a numerosos mandos medios capturados o muertos en combate, como Milton Sierra, alias «Jota Jota», acusado de participar en el secuestro en 2002 de doce diputados de la Asamblea del Valle del Cauca, once de los cuales fueron asesinados cinco años después.

El cerco sobre los jefes guerrilleros lo cerró el Ejército colombiano el 1 de septiembre de 2007 sobre Tomás Medina Caracas, alias «El Negro Acacio», responsable del tráfico de drogas del grupo ilegal, quien murió junto con otros 16 guerrilleros en un bombardeo en el selvático departamento del Vichada.

Al mes, el turno fue para Gustavo Rueda Díaz, conocido como «Martín Caballero», que sembraba el terror en la región caribeña de Los Montes de María.

Alias «Martín Caballero», secuestrador del excanciller Fernando Araújo y sindicado de organizar un ataque fallido en 2000 contra el entonces presidente de EE.UU., Bill Clinton, cayó en otro bombardeo contra su campamento.

En 2008, con el actual presidente Juan Manuel Santos como ministro de Defensa, las FARC experimentaron una seguidilla de golpes que las debilitaron militarmente.

El conflicto tuvo un antes y un después cuando el número dos de las FARC, Luis Edgar Devia, alias «Raúl Reyes», murió el 1 de marzo de 2008 en un bombardeo a su campamento en Ecuador, hecho que dio pie a un conflicto diplomático y a la ruptura de relaciones de Ecuador con Colombia.

Cinco días después «Iván Ríos», alias de Manuel Jesús Muñoz, miembro del mando central, sufrió la traición de su jefe de seguridad, quien lo asesinó y le cortó la mano derecha, que entregó como prueba a las autoridades junto con su computador para cobrar una recompensa.

En ese mismo mes las FARC sufrieron un revés emocional cuando Santos anunció de que su fundador, Pedro Antonio Marín, el legendario «Tirofijo», considerado el guerrillero más viejo del mundo, había muerto al parecer de un infarto el 26 de marzo.

En 2010, ya con Santos como presidente, comenzó la última etapa del conflicto armado con esta agrupación.

De este modo, el 19 de septiembre murieron en varios bombardeos 27 guerrilleros en el departamento de Putumayo (sur), entre ellos alias «Domingo Biojó», líder político y encargado de las acciones terroristas en la frontera con Ecuador.

Luego, el 23 de septiembre se produjo otro terremoto con la caída en un bombardeo del segundo hombre al mando y jefe militar de las FARC, Víctor Julio Suárez, alias «Mono Jojoy», el más sanguinario de los mandos de esa guerrilla.

Finalmente, el 4 de noviembre de 2011, en un hecho sin precedentes, se produjo el «jaque mate» al secretariado, cuando fue abatido por el Ejército Guillermo León Sáenz, alias «Alfonso Cano», sucesor de «Tirofijo» en la jefatura, cuando el Gobierno ya había iniciado contactos secretos con las FARC para negociar la paz. EFE (I)

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