Los mexicanos van de la incredulidad al enojo por la invitación a Trump

CIUDAD DE MÉXICO (MÉXICO), 31/08/2016.- El presidente de México, Enrique Peña Nieto (i) recibe al candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump (d) hoy, miércoles 31 de agosto de 2016, en la residencia Los Pinos en Ciudad de México (México). El candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, expresó hoy su "gran respeto" al pueblo mexicano pero reiteró ante el presidente de México, Enrique Peña Nieto, la necesidad de construir "un muro para poner un alto a la inmigración" en la frontera común. EFE/JORGE NUÑEZ

Los mexicanos pasaron en menos de 24 horas de la incredulidad a la indignación y el enojo por la invitación del presidente Enrique Peña Nieto al candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, que los últimos 15 meses no ha parado de insultarlos.

Si la sola invitación girada a Trump generó una avalancha de críticas hacia Peña Nieto, la reunión privada y el mensaje posterior ante los medios ahondó más en la herida de una inmensa mayoría de mexicanos que se sintieron traicionados y avergonzados por Peña Nieto.

«Fue un desastre, un fiasco (…). Peña Nieto nos unió a todos, pero en su contra», dijo el excanciller Jorge Castañeda, quien atribuyó lo ocurrido a la «improvisación» más que a «una estrategia pensada desde hace tiempo» ante uno de los mayores desafíos que enfrenta el país.

Peña Nieto «hizo un gesto de cortesía, muy mexicano, de invitar a los dos candidatos», pero Trump le tomó la palabra y dejó al presidente en una situación de «pierde-pierde» pues, en el caso de haber eludido el encuentro también «habría recibido críticas muy duras», dijo a Efe el politólogo Rodrigo Salazar.

En cambio, Trump estaba en una situación «gana-gana» porque no lleva la delantera en la carrera por la Casa Blanca y un encuentro como este, en el que estuvo «contenido», le da visibilidad.

«En términos de percepción, pierde Peña Nieto», opinó el investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), quien atribuyó lo ocurrido a una gran «gran torpeza política» del presidente que «pudo haberle salido mucho peor».

Sobre el mensaje de Peña Nieto publicado hoy por la Presidencia para explicar la reunión, valoró que «está muy bien escrito» y su contenido es «muy bueno», el problema es que Peña Nieto «no tiene ninguna credibilidad» y el nivel de hartazgo hacia su gestión es muy alto.

«Todo lo que se le ha recriminado que no le ha dicho a Trump (…) sin duda está en su mensaje», señaló Salazar, si bien admitió no saber si eso efectivamente se lo dijo en privado el mandatario al candidato.

De acuerdo con ese mensaje, Peña Nieto dijo a Trump que los mexicanos «nos sentimos agraviados y dolidos por sus pronunciamientos» y que «México no pagará por ningún muro», en referencia a la barrera fronteriza que el republicano ha prometido construir y hacer pagar a los mexicanos si llega a la Casa Blanca.

«Trump no nos ha tratado ni como socios, ni como aliados, a partir de una visión distorsionada de México y su gente. Por eso era importante hablar con él y aclarar que cualquier colaboración futura debe partir del respeto mutuo», argumentó.

«La reacción de Donald Trump fue positiva», estimó Peña Nieto, quien desde el polémico encuentro ha tenido que asegurar, dos veces en Twitter y una en una entrevista con Televisa, que había dicho al republicano que el país no pagaría el muro.

Y es que Trump aseguró a periodistas que la cuestión de quién pagaría el muro no se había discutido en la reunión y en su oportunidad Peña Nieto no dijo nada al respecto porque, según explicó después, «en la conferencia hubo un poco de desorden».

«Le faltó preparación de escenario», señaló Salazar, quien admitió que haber improvisado probablemente le hubiera acarreado más problemas, como aquella vez cuando en 2011, siendo candidato presidencial, fue incapaz de citar los nombres y autores de sus libros favoritos.

«Lo único que lo puede sacar del aprieto es el siguiente aprieto en el que se meta», añadió tras recordar que su encuentro con Trump lo sacó de un escándalo peor, el relativo al plagio de una parte de su tesis de licenciatura, «en términos de lo que revela de la integridad moral del presidente».

«La torpeza se perdona, pero la deshonestidad es permanente», apuntó, mientras las redes sociales bullen con reproches al presidente tanto de ciudadanos de a pie como de figuras políticas, intelectuales y artistas.

El gesto de Peña Nieto hacia el magnate que tildó de «criminales» y «violadores» a los inmigrantes mexicanos en EE.UU. generó tristeza, rabia, indignación y vergüenza entre la sociedad. El rechazo es unánime. EFE (I)

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