Merkel desafía sondeos y gritos hostiles en dura campaña electoral berlinesa

La canciller alemana, Angela Merkel. EFE/WOLFGANG KUMM/Archivo

Berlín, (EFE).- La canciller alemana, Angela Merkel, desafió hoy a los sondeos adversos y defendió su línea frente a la crisis migratoria, en un mitin electoral ante las elecciones regionales del próximo domingo en Berlín salpicado por abucheos de la derecha radical.

«Berlín debe mantener su espíritu abierto, solidario y justo, porque eso es lo que nos hace fuertes», afirmó la líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU), para quien en ese cometido entra la respuesta positiva que ha dado Alemania cuando se le ha requerido que actúe con «responsabilidad» ante una crisis humanitaria.

«Trabajamos con todas nuestras fuerzas para dar con una solución política a la guerra en Siria«, prosiguió, para recordar a continuación que el objetivo de su partido es lograr «una reducción de la llegada de los refugiados», sin dejar por ello de prestar asilo a «quienes huyen del horror».

La canciller desgranó ese mensaje, entre pancartas con frases como «Mutti ist die beste» -«Mamá es la mejor», alusivo al maternal apodo que se le suele atribuir- y gritos hostiles, tras el cordón de seguridad, de «Merkel muss weg» -«Merkel debe irse».

El mitin se celebró en una plaza de Zehlendorf, un tranquilo barrio periférico del antiguo sector estadounidense de Berlín, y congregó a apenas un millar de militantes, cuyos gritos de apoyo se mezclaron con los abucheos de unos cincuenta representantes de la ultraderecha islamófoba.

Era su último mitin de apoyo a su candidato en la regionales, Frank Henkel, quien por lo demás no representa la línea más fiel a la líder del partido, sino al ala que presiona a la canciller exigiendo que frene la llegada de refugiados, más presencia policial y la prohibición del burka.

Henkel repitió esas consignas ante Merkel -quien hoy mismo, en otro acto, había defendido el pleno derecho a la libertad religiosa, incluido el uso del burka-, pero agradeció el apoyo de la canciller y afirmó que, gracias a su Gobierno, «Alemania está ahora mejor que nunca» y ha superado «crisis que han atenazado a otros países».

Ambos, canciller y candidato, trataron de transmitir orgullo y optimismo, en un momento en que los sondeos pronostican un revés para la CDU, actual socio menor del Partido Socialdemócrata (SPD) en el Gobierno de la capital alemana y ciudad-estado.

Todo apunta a que el SPD sufrirá una caída de votos, pero se defenderá como primera fuerza con un 21 %, según la encuesta semanal del diario berlinés «Tagesspiegel», mientras que los conservadores de la canciller quedarán en un 17,4 %.

El actual alcalde-gobernador de la capital, Michael Müller, no tiene la popularidad de su antecesor, el carismático Klaus Wowereit, en el cargo de 2001 a 2014, pero no parece que peligre su reelección.

A la CDU se le augura, en cambio, un segundo mazazo tras el sufrido hace apenas quince días, aunque al menos esta vez la «humillación» no se lo propinará la derecha radical de Alternativa para Alemania (AfD), como le ocurrió el 4 de septiembre en Mecklemburgo-Antepomerania, el «Land» (estado) del este donde creció Merkel y donde tiene aún su distrito electoral.

El golpe podría venirle a Merkel de Los Verdes, a los que se pronostica un 18,8 %, con capacidad de convertirse en nuevo socio del SPD en la capital, en tripartito con La Izquierda, con un 16 %.

A la «bestia negra» de la política alemana, AfD, se le vaticina entre un 13 y un 15 %, lejos del 20 % que obtuvo quince días atrás y más aún del récord del 24 % logrado en Sajonia Anhalt, otro «Land» del este, en las regionales del pasado marzo.

Será, de todos modos, un nuevo rugido de esta nueva ultraderecha alemana, presente ya en diez cámaras regionales (del total de 16 del país), apuntalada en el voto antiinmigración, de tintes islamófobos y que se alimenta del descontento por la acogida de refugiados.

A un año de las generales, previstas para septiembre de 2017, las urnas no están siendo precisamente favorables a la canciller, mientras que el SPD, pese a sufrir también fuertes sangrías de votos, ha conseguido defenderse como primera fuerza en las dos contiendas regionales de este mes. (I)

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