El camión que interrumpió en un mercado de navidad en el centro de Berlín que dejó como saldo 12 víctimas mortales y más de 50 heridos, era conducido por un terrorista que antes de manejar el camión y ejecutar el hecho tuvo que enfrentarse al conductor a quien asesinó.
El conductor de origen polaco, fue encontrado sin signos vitales luego del atentado dentro del camión. De edad de 37 años el chofer estaba casado y tenía un hijo de 17 años. Fornido, con un peso de 120 kg y una altura de 1,83 m, la víctima se habría resistido al ataque del agresor, mencionan los medios de comunicación polacos por Ariel Zurawski, patrón de la empresa transportista para la que trabajaba el conductor y primo de este.
«Una sola persona no hubiera podido con él. Se veían marcas de golpes, era evidente que había luchado. Su rostro estaba ensangrentado, hinchado. Tenía una herida de arma blanca. La policía me dijo que también tenía una herida de bala», aseguró.
Minutos antes de ser atacado, el conductor estacionó el camión frente al depósito del cliente, «en un barrio extraño en el que los únicos alemanes son los de las oficinas, y todo el resto son musulmanes». Luego comió un kebab (sándwich tradicional de los países árabes, sobre todo, relleno de diferentes carnes) e incluso se tomó una foto en la que aparecía sonriente. El último contacto telefónico del chofer fue con su mujer a las 15, hora local (13 GMT). Hablaron poco, puesto que ella todavía se encontraba trabajando y quedaron en llamarse una hora más tarde. Pero a las 16 ya no respondía el teléfono, menciona infobae.
Gracias a su sistema GPS, se descubrió que el camión fue puesto en marcha a las 15:45, pero sin salir del lugar, haciendo pequeños movimientos hacia adelante y hacia atrás, «como si alguien estuviera aprendiendo a conducirlo».
(I)