Bolivia recibe el Año Nuevo Andino 5526 con rituales en todo su territorio

Bolivia recibió hoy el Año Nuevo Andino número 5526 con rituales ancestrales celebrados en más de dos centenares de sitios considerados sagrados por los indígenas en las nueve regiones bolivianas.

El centro de las celebraciones fue la ciudadela prehispánica de Tiahuanaco, a unos 80 kilómetros de La Paz, a donde acudieron el presidente del país, Evo Morales, cuatro ministros, jefes militares y policiales, algunos diplomáticos y decenas de indígenas aimaras.

Los asistentes aguardaron los primeros rayos del sol con las palmas en alto para recargar energías, como se acostumbra hacer en esta celebración.

Previamente, los sacerdotes indígenas hicieron oraciones y ofrendas junto a una fogata levantada en un altar dedicado al «Willka Kuti» o «retorno del sol» en aimara, como llaman también a la fiesta, que además inicia el cambio del ciclo agrícola para la siembra en el campo.

En un evento posterior, Morales agradeció a los pobladores de Tiahuanaco por organizar el evento «que marca el retorno del Padre Sol y el inicio de un nuevo ciclo».

«En esta fecha el sol termina un recorrido e inicia otro. La energía de finalizar e iniciar un nuevo ciclo es una ceremonia que acompañamos proyectando nuestros objetivos en lo personal, familiar, en comunidad en todo el Estado», resaltó.

Otro de los puntos principales fue el mirador de Niño Kollo en La Paz, donde las autoridades municipales dieron la bienvenida al nuevo ciclo recibiendo los primeros rayos del sol.

Al igual que en Tiahuanaco, el preámbulo fue la entrega de ofrendas a la Pachamama o Madre Tierra con rituales presididos por sabios andinos y caracterizados por la quema de «sullus», que son unos preparados de incienso, hierbas y fetos de llama disecados.

El alcalde de La Paz, el opositor Luis Revilla, pidió «progreso y bienestar» para la ciudad y el país en el acto, en el que también participaron algunos sabios indígenas procedentes de Perú, Ecuador, Argentina y Chile.

El sociólogo e investigador cultural David Mendoza dijo a Efe que cada 21 de junio «se rompe un año y nace otro» en el que, según la cosmovisión andina, el ser humano entra en armonía con el cosmos a modo de un «reencuentro».

«El año nuevo comienza en el solsticio de invierno, en el día más corto del año. Es un día corto porque es como si el sol estuviera yéndose, no es una lógica común», aseguró el experto.

La cuantificación de los años suma los 5.000 que se cree tienen las culturas andinas antes de la llegada de los conquistadores españoles, más los 526 posteriores, agregó.

En 2009, el Gobierno de Evo Morales bautizó la fiesta como «Año Nuevo Andino Amazónico» y decretó que cada 21 de junio sea festivo nacional. El año pasado, las autoridades bolivianas agregaron la zona del Chaco a la celebración.

A partir de ese momento los rituales cobraron un nuevo impulso y se empezaron a celebrar en distintos lugares, en su mayoría presididos por autoridades locales y regionales.

En sus doce años en la Presidencia boliviana, Morales ha celebrado el año nuevo aimara en Tiahuanaco, pero también en otros sitios como el fuerte de Samaipata, en la región de Santa Cruz (este); en el salar de Uyuni, en Potosí (suroeste), o en su pueblo natal, Orinoca, en el departamento andino de Oruro (oeste). EFE

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