Ayer y hoy

Por Silvia Buendía

Corría el año 1988 y yo acaba de entrar a primer ciclo en la Escuela de Leyes de la Universidad Católica de Guayaquil. El ambiente político universitario estaba dividido en dos principales fuerzas: la izquierda y la derecha: En mi escuela los primeros estaban representados por el Partido Independiente y los segundos por Lex 81.

Siempre me interesé en la política, incluso tenía mis simpatías puestas en el Partido Independiente; pero tenía muy claro que a la universidad había ido a estudiar y sacar un título. Por eso me mantenía al margen de la participación activa en política universitaria. Eso no impidió que ese primer año, debido a una sucesión de hechos circunstanciales y ajenos a mi voluntad, yo fuera elegida por unanimidad Presidenta de mi ciclo. Mi compañera Karen Hansen-Vik fue, asimismo por unanimidad, elegida Vocal del curso. Entre los deberes de Karen estaba asistir a sesiones del consejo universitario y una mañana me pidió que la acompañara. Justo ese día se canceló la sesión y para no quedarnos con los churros hechos, Karen me dijo que fuéramos a visitar al Flaco Correa a su oficina que estaba allí nomás. Yo no sabía quién era ese flaco. Ella me dijo que era el político más representativo que había tenido la Universidad en los últimos años, que ahora estaba graduado de economista y trabajando en la recién estrenada oficina de Pensión Diferenciada. No podía ser que yo no lo conociera. Así que fui con ella a una pequeñísima oficina debajo de la escalera que llevaba a Tesorería, donde sentado en un escritorio en el que casi no le entraban sus largas piernas, conocí a Rafael Correa.

Rafael nos recibió contentísimo, generoso con su tiempo y con el escaso espacio de su oficina. Karen dijo que solo había pasado para saludar y presentarle a una amiga y poco después de hacer las dos cosas se fue y nos dejó allí. Me quedé casi tres horas conversando con él. Recuerdo esa conversación claramente, yo le dije que odiaba la economía, que no me gustaba nada que tuviera que ver con números. Él me dijo que la economía no tenía que ver con números, sino con personas. Que eran las personas las que generaban riqueza y que la riqueza no era acumular dinero en una cuenta bancaria, sino crear cosas buenas para todos. Que para él estudiar economía era un instrumento para ayudar a la gente a construir un mundo mejor. Al despedirnosRafael me dijo que regresara cuando quisiera, había sido una interesantísima conversación, debíamos repetirla. Yo estuve de acuerdo y le prometí volver. Y siempre quise volver, pero nunca lo hice.
Luego fue verlo como ministro de economía, poco después como candidato y finalmente como Presidente.Y yo, mientras tanto, maquinando mi deseo de volver a conversar con Rafael Correa.

Junto a Marcela Holguín y Luisa Delgadillo fui invitada el miércoles 3 de Agosto a un diálogo entre el Presidente y la prensa organizado por RTS. Aunque no soy periodista ni entrevistadora, sí soy la persona más audaz que conozco y por eso acepté conformar ese panel. Quería ser partícipe de una entrevista diferente, propiciar un diálogo relajado en la cual Correa pudiera soltarse y dar nuevas respuestas a preguntas nuevas.

Agradezco la oportunidad única que tuve de sentarme a conversar con el Presidente, pero debo decir que la entrevista me supo a poco. Muchos temas, corto tiempo y un entrevistado que hablaba en forma huracanada dando poco espacio para consolidar una dinámica de mayor intercambio. Creo que en el fondo Rafael Correa sigue siendo el muchacho de 24 años que quiere cambiar al mundo.Pero hoy es más desconfiado, menos paciente. Parece absolutamente convencido de lo que hace y convencido además de que aquello que hace está bien hecho. Lo percibo amando con un sentir violento y odiando en la misma forma. Está poseído de una fuerza intimidante que lo lleva a trabajar a un ritmo y en unos horarios casi inhumanos.

Pero para conversar hace falta bajar la guardia, o por lo menos, no estar siempre a la defensiva. Para conversar hace falta escuchar las preguntas e intentar honestamente responder las interrogantes en forma ilustrativa y con paciencia. Casi pedagógicamente. Como lo hizo él mismo aquella vez hace mucho tiempo con esa chica que era yo a los 18 años y que no sabía lo que era la economía.

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12 Comments

  1. Todos recuerdan a una persona que era entusiasta, se veía emprendedora, pero nada de eso queda su imagen autoritaria es lo único que resplandece, que bueno seria que regrese esa persona que todos recuerdan.

  2. Silvita creo que eres muy ingenua..en la campaña tambien se mostro idealista, apasionado, defensor de los pobres, pero a mi nunca me engaño…siempre sus discursos me sonaron falsos y mentirosos..

  3. Yo tambièn estudié en la querida U. Catòlica y también hize algo de dirigencia en mi facultad «Técnica-Zootecnia» en aquella época (1998), en la pasiòn de nuestra juventud pensabamos como cambiar el pais y me interesò estudiar la ideologia politica de la izquierda incluso asistiendo a foros en donde de debatia y se exponia la tendencia socialista que pregonaba el Che Guevara. Pero cuando te despiertas a la realidad, ya no como estudiante, sino como profesional te das cuenta que las idiologias no te dan de comer y que solo sirven cuando eres un verdero politico en donde se tiene que anteponer una visiòn. Que el ser humano es politico por naturaleza es verdad, pero antes que el politico debe estar el servicio desde cualquier tendencia. En la actualidad las verdaderas idiologias son el trabajo, la producciòn, la productividad y es lo que todavia no tenemos para despegar como pais.

  4. «Aunque no soy periodista ni entrevistadora, sí soy la persona más audaz que conozco y por eso acepté conformar ese panel»
    buena esa!

    yo entiendo q la idea d la SECOME al crear esos conversatorios (el día anterior hubo otro en Telerama) es posicionar un discurso del Gobierno. Si la intención del gobierno fuera conversar, hubiese sido una conversación.

  5. «Aunque no soy periodista ni entrevistadora, sí soy la persona más audaz que conozco y por eso acepté conformar ese panel»
    buena esa!

    yo entiendo q la idea d la SECOME al crear esos conversatorios (el día anterior hubo otro en Telerama) es posicionar un discurso del Gobierno. Si la intención del gobierno fuera conversar, hubiese sido una conversación.

  6. «Aunque no soy periodista ni entrevistadora, sí soy la persona más audaz que conozco y por eso acepté conformar ese panel»
    buena esa!

    yo entiendo q la idea d la SECOME al crear esos conversatorios (el día anterior hubo otro en Telerama) es posicionar un discurso del Gobierno. Si la intención del gobierno fuera conversar, hubiese sido una conversación.

  7. Mañana 10 de agosto tambien converzarà con el paìs y nuevamente expondra su monòlogo «LA ESTAMOS PASANDO MUY BIEN», vi la entrevista y leì su editorial; es innegable el carisma, la capacidad intelectual y comunicacional de @mashiRafael, pero tampoco podemos negar su incapacidad para consensuar, para escuchar, para generar acuerdos, para aceptarse tan humano como el resto de los 14MM de ecuatorianos. Dentro de su mundo justifica a la democracia solo como herramienta de sometimiento y no de representaciòn y convergencia.

  8. creo que todo quedo en intenciones y que el poder y los que estan alrededor le estan mintiendo por sus intereses deberia desacerse de esos oportunistas y abrir el dialogo de una manera honesta con la oposicion al fin y al cabo somos ecuatorianos y estamos por este pais al que amamos¡¡¡¡¡¡

  9. creo que todo quedo en intenciones y que el poder y los que estan alrededor le estan mintiendo por sus intereses deberia desacerse de esos oportunistas y abrir el dialogo de una manera honesta con la oposicion al fin y al cabo somos ecuatorianos y estamos por este pais al que amamos¡¡¡¡¡¡

  10. creo que todo quedo en intenciones y que el poder y los que estan alrededor le estan mintiendo por sus intereses deberia desacerse de esos oportunistas y abrir el dialogo de una manera honesta con la oposicion al fin y al cabo somos ecuatorianos y estamos por este pais al que amamos¡¡¡¡¡¡

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