Secreto militar

Por Alberto Molina

Es parte de la profesión de las armas, la de guardar reserva absoluta de la información sobre efectivos, estructura de mando, armamento, planes, organización de las unidades de una fuerza militar; tanto en la paz como en la guerra, porque cualquier infidencia puede ser aprovechada por los servicios secretos de los posibles adversarios que siempre están ávidos de información.

Si bien es cierto, es necesario mantener la reserva, fundamentalmente sobre los planes de empleo de la fuerza, muchas veces se cometió el error de exagerar en el celo de mantener en secreto información que incluso ha perjudicado a la misma institución militar. El mantener en secreto información que debía divulgarse ha creado suspicacias, sospechas y rumores que, de otra manera, convenientemente difundida la información, más bien crea un ambiente de confianza y credibilidad. Siempre se ha dicho que en los estamentos militares ha existido una verdadera cultura del secreto.

En la Guerra del Cenepa se puso a prueba, el valor de mantener la reserva, eso comprendieron no sólo los militares sino los periodistas que cubrían las acciones que se desarrollaban en el campo de combate, incluso sin que se impusiere una censura de prensa; en el manejo de la información durante el conflicto se rompió un mito “que en la guerra, la primera víctima era la verdad”, jamás se dio falsa información, tampoco se ocultó información disfrazándola de secreto; por eso tuvieron las Fuerzas Armadas la confianza y credibilidad del pueblo ecuatoriano, consecuentemente el respaldo fue absoluto.

En días pasados nos informamos por la prensa de un percance que había sufrido un avión de combate, se trataba de uno de los tres Cheetah que habían llegado al país y que se encontraba en vuelo de prueba, de los doce que había adquirido el Ecuador a Sudáfrica. El avión, en pleno vuelo, había sufrido una explosión de la cabina, producto de una súbita despresurización, el piloto herido con la ayuda del instructor sudafricano logró aterrizar. Con el derecho que les asiste a los representantes del pueblo, uno de los asambleístas pidió información sobre el proceso de compra de los aviones Cheetah; la respuesta oficial del Ministerio de Defensa fue categórica, la solicitud no procede “la referida documentación está calificada como secreto”, amparándose en la Ley de Seguridad Pública y del Estado.

El 21 de julio de 2004, el columnista del diario El Universo, Javier Ponce, publica el artículo “Los barcos fantasmas de Noruega”, en la parte final, señala. “Hay secretos militares que son estratégicos. Hay secretos que siguen siendo secretos por fuerza de la costumbre y porque los militares no se habitúan a la luz, prefieren los claroscuros. Pero hay secretos desvergonzados. El destino final de los barcos fantasmas de Noruega es uno de ellos”.

Antes la compra de los helicópteros Dhruv y ahora los aviones Cheetah qué!!!

Alberto Molina es coronel, en servicio pasivo, de las Fuerzas Armadas del Ecuador