El famoso «rol protagónico»

Por Vicente Albornoz

Con gran frecuencia se argumenta que el disparo del gasto público ha servido para devolver al Estado su «rol protagónico». Aunque es difícil saber qué mismo significa ese «rol protagónico», lo que se puede ver resulta bastante mediocre.

Los últimos datos disponibles de las finanzas del sector público dicen que en el primer trimestre de 2011, se gastaron USD 7 318 millones. Para tener una idea del crecimiento reciente, considérese que el primer trimestre de 2007, el gasto fue de únicamente USD 2 381 millones.

Aunque esos dos datos no son completamente comparables por el efecto de la inflación, parecería que, en números redondos, el gasto público se ha triplicado en cuatro años. Quizás valga resaltar que la información arriba mencionada no incluye los subsidios a los combustibles y que si se los incluyera el aumento podría ser aún mayor.

Se puede hacer muchas críticas a este enorme crecimiento, sobre todo que no es sostenible en el tiempo, que está financiándose en parte con deuda, que está sobrecalentando la economía, que una gran parte se está yendo en importaciones, etc.

Ante esas críticas, uno de los argumentos más recurrentes es que con más recursos y con más personal, el Estado ha recuperado su rol protagónico en el país. La pregunta es en qué película mediocre queremos que nuestro Gobierno sea protagonista.

Porque cuando se ve que el gasto en salud ha aumentado enormemente, pero muchos recién nacidos siguen muriendo por causas evitables en los hospitales públicos, es evidente que algo está mal. Este es el protagonismo de un Estado que gasta fortunas y no logra atender bien a los recién nacidos en sus protagónicos hospitales públicos llenos de funcionarios con muy protagónicas remuneraciones.

La salud siempre es una de las cosas más importantes, pero a pesar de la inmensa cantidad de recursos gastados por el Gobierno y a pesar de la búsqueda explícita de un mayor espacio para el Estado, resulta que una buena cantidad de personas se muere envenenada con alcohol metílico que el Gobierno ha sido incapaz de evitar que se embotelle. Ese es el Estado cuando quiere ser el protagonista.

O la Constitución de Montecristi, donde, por darle un mayor rol al Estado se decidió que las registradurías de la propiedad sean administradas por los Municipios. Y el mismo Municipio de Quito reconoce que hay una inmensa cantidad de trámites atorados en la nueva y protagónica Registraduría de la Propiedad.

Sin duda sería mejor tener un Estado que haga bien un papel secundario a tener un protagonista tan mediocre que destruye en lugar de construir, que quita en lugar de aportar, que daña en lugar de cuidar. Es como la inversa del rey Midas, capaz de convertir la riqueza proveniente del oro (negro) en un gran desastre.

El texto de Vicente Albornoz ha sido publicado originalmente en El Comercio, y reproducido con autorización de su autor.

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4 Comments

  1. No se puede esperar un análisis mas parcializado de un defensor a ultranza del neolberalismo, seguro prefiere que no se gaste nada en salud ni educación y que se priorice el pago de la deuda externa,seguro aplaudiría si volvemos al desastroso modelo económico y político al estilo de Mahuad ,Hurtado y Lucio.

    Lo positivo que  se puede sacar del comentario,es que si el actual modelo de gobierno que la mayoría de ecuatorianos hemos elegido en las urnas,le parece tan malo y un «fracaso» al Sr. Albornoz,eso significa que no vamos mal.

  2. Creo que el Estado no pretende ser protagonista, pretende invertir en infraestructura (hidroeléctricas, represas de agua, riego, carreteras) para que las usen los protagonistas PRIVADOS que deben invertir para sacarle el jugo a esa infraestructura.

    Si el Estado quisiera ser protagonista, asumiera actividades empresariales de sectores productivos, y sólo ha asumido actividades en sectores estratégicos.

    El tema de registradurías de la propiedad no es un rol protagónico, sino un simple mecanismo de registro para que todos tengan claro quién es propietario de qué. Siempre ha sido público, sólo que antes capturaba renta un privado.

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