Inútiles restricciones

Por Vicente Albornoz
Quito, Ecuador

Esto es como querer enfriar una olla de presión con bolsitas de hielo, mientras que la hornilla está al máximo. O, siguiendo con las temperaturas extremas, es como tratar de curar una neumonía con aspirinas, mientras se mantiene al enfermo en la refrigeradora. Es de locos.

Imagínese un lindo país con vista al Océano Pacífico, en el que el Gobierno dispara el gasto público y cada día gasta más y más. Pero al mismo tiempo no trata bien a los inversionistas y la producción interna crece poco. El enorme gasto del Gobierno se va, sobre todo, a pagar altos salarios a innumerables funcionarios públicos que, a su vez, como andan «con plata en el bolsillo», quieren comprar muchas cosas.

Desgraciadamente ni la estructura productiva del país ni la confianza de los empresarios permite que la producción interna atienda toda la demanda producida por ese enorme gasto público. Por lo tanto, la única vía de desfogue para toda esa plata que entra a la economía es comprar bienes extranjeros. Toda esa demanda sólo se puede atender si se importa más y más.

De esa manera, las importaciones van a crecer y crecer de una manera muy similar al gasto público. Entonces el Gobierno se asusta de ver el disparo de las importaciones y decide imponer restricciones. Y restringe duramente las importaciones de autos, llantas, electrodomésticos, celulares y otros productos que habían crecido fuertemente en los meses anteriores. ¿Adivinen qué va a pasar?

A ver, repitamos: las importaciones crecen porque el Gobierno gasta cada día más; el Gobierno se asusta de las altas importaciones y, en lugar de frenar el gasto, restringe las importaciones. En lugar de bajar la hornilla, pone bolsitas de hielo en la tapa de la olla.

Lo que va a pasar es que las importaciones con restricciones van a bajar, pero las importaciones totales van a crecer. Si usted sube la fuerza de la hornilla, la olla se va a calentar más. Talvez se enfríe el pedacito de la tapa donde puso el hielo, pero la temperatura de la olla subirá, al igual que la cantidad de vapor que saldrá.

Mientras aumente el gasto público y no crezca la capacidad productiva del país, más va a calentar a la economía, mayores van a ser las importaciones y mayores las divisas que saldrán del país para pagarlas.

En septiembre entraron en vigencia restricciones a las importaciones de 30 partidas arancelarias y esas importaciones han caído. De esos productos específicos, las importaciones de septiembre, octubre y noviembre de este año fueron USD148 millones menos que el año pasado. Pero en el resto de productos, las importaciones han crecido en USD 946 millones. Con restricciones y todo, estamos importando bastante más que hace un año, la hornilla está más caliente, las bolsitas de hielo no sirvieron. Pobre olla.

El texto de Vicente Albornoz ha sido publicado originalmente en El Comercio.

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3 Comments

  1. Las importaciones cresen porque la gente tiene mas plata para gastar , impulsada por el gasto publico como motor , que el estado gaste meno lo que haria seria que la gente tenga menos plata para gastar y si bajarian la importaciones .( serian mas pobres)

  2. Las importaciones cresen porque la gente tiene mas plata para gastar , impulsada por el gasto publico como motor , que el estado gaste meno lo que haria seria que la gente tenga menos plata para gastar y si bajarian la importaciones .( serian mas pobres)

  3. Las importaciones cresen porque la gente tiene mas plata para gastar , impulsada por el gasto publico como motor , que el estado gaste meno lo que haria seria que la gente tenga menos plata para gastar y si bajarian la importaciones .( serian mas pobres)

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