Crónica de un pescador en Miami

Por María Fernanda Egas
Miami, Estados Unidos

Advertencia: no es una crítica de cine. Es un simple comentario personal sobre esta nueva producción ecuatoriana. Y no voy a contar la historia, porque considero que cada uno debe ir a verla y sacar sus propias conclusiones. Digamos que es apenas un aperitivo.

Mi fijación con “Pescador” comenzó en los primeros días de diciembre del 2011, cuando leí el anuncio en facebook de la presentación de la última película del cineasta ecuatoriano Sebastián Cordero, protagonizada por Andrés Crespo, en el Miami International Film Festival. En cuanto fue posible, aseguré mis ingresos on-line. Pero el sábado 3 de marzo llegué “con las justas”, la sala estaba llena, solo quedaban unos asientos libres en las primeras filas. Fatalidad signo cruel.

Tuve que jugar al baile de las sillas, pues Cordero, con solo 40 años, ya ha ganado varios reconocimientos en festivales importantes del cine independiente, siempre llevando la marca Ecuador. Y por “Pescador”, Crespo había recibido el premio al Mejor Actor en el Festival de Cine de Cartagena de Indias, a tan solo dos días de estrenarse en los Estados Unidos.

Que si se lo merece por buen actor, lo dicen ya los especialistas. Yo creo que su momento ha llegado por su visión del cine con una perspectiva más social. Director y guionista de cortos y documentales, a Crespo le gusta la gente, por lo que logra crear el personaje con naturalidad y le adiciona una cierta introspección que se deja compartir con el espectador, creando unos cuantos segundos fuera de libreto que quedan a la libre interpretación personal. A pesar de la candidez que irradia “Blanquito”, Crespo logra ser lo que en la jerga costeña se denomina “el propio”.

Basada en una historia real ocurrida en el 2006, y publicada originalmente en la crónica «Confidencias de un pescador de coca», de Juan Fernando Andrade, el guionista es también autor del libro “Hablas demasiado” (Alfaguara 2009, con reseña de Alberto Fuguet), y es el mismo responsable por descargar la batería de la banda de rock manabita Los Pescados. Sin duda, Andrade también seguirá deleitándonos con más producción de la buena.

Cuando el libreto da un vuelco en Guayaquil, irrumpe el director y guionista de “Prometeo Deportado”, Fernando Mieles, con un “cameo” candente. Eterno soñador, este cineasta co-generacional de Cordero vive la película como propia.

Y Carlos Valencia ayuda a cerrar con gran estilo esta historia, que solo lo pudo poner a él, la estrella de “Ratas, ratones y rateros”, conduciendo un clásico convertible por las carreteras del Ecuador. Es definitivamente una road movie, con altas dosis de ficción y hasta un poco de humor. Pero coincidencias del destino o pura realidad nacional, la historia encaja magistralmente en el contexto de la tristemente célebre “narcovalija”.

Acabada la función al son de Maestra Vida, de Rubén Blades, se abre el foro para el que no habría suficiente tiempo. El público quiere saber sobre las locaciones, especialmente ese escenario irreal pero tan nuestro como El Matal. La música, la historia original, la súbita fama de Crespo. Cordero explica por qué escogió este tipo de final. Los dos están como peces en el agua.

La película tenía dos proyecciones programadas, y ganó una tercera para la clausura del festival. Antes de ella, Crespo y Cordero ya celebraban dos nuevos premios del Festival Internacional de Cine en Guadalajara, los Mayahuel de plata, al mejor actor y al mejor director. “El cine ecuatoriano es puro plomo”, dijo Crespo en su cuenta twitter. Y anunció que la avant-premiere en Ecuador será este 24 de marzo en El Matal, donde todo empezó, y como debe de ser.

Para mi esta es solo una prueba más de que cuando se une lo mejor del talento nacional para un gran propósito, el éxito viene por añadidura. Así como hoy tenemos una oportuna Ley de Fomento al Cine Ecuatoriano, bien podríamos replicarla en las demás artes. ¿Y qué tal incentivar otras áreas en las que aún reprobamos en el concierto internacional?

De seguro nuestro Ecuador sería un ejemplo planetario de alto calibre. Puro plomo.

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15 Comments

  1. El talento no es «nacional»…el talento es el talento, y punto, como lo es la inteligencia y la estupidez. Nada de esto reconoce fronteras ni necesita pasaporte. Cordero es un gran director, y sus películas las miro por buenas, y lo bueno siempre destaca

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