Eligiendo alcaldes

Por Vicente Albornoz
Quito, Ecuador

Las próximas elecciones van a ser el 17 de febrero de 2013, pero ahí no se elegirá alcaldes. En realidad, los ciudadanos iremos a las urnas para renovar los concejos municipales recién hacia abril del 2014.

Supongo que todos los políticos tienen clarísimas esas fechas, pero para muchos ciudadanos es un dato que nos puede sorprender, pero que es muy útil para explicar algunas estrategias políticas.

Tomemos, por ejemplo, el caso del alcalde de Quito cuya popularidad está evidentemente baja y todo indica que si las elecciones fueran en nueve meses (febrero 2013), no sería reelegido. Pero ese no es el cronograma político que enfrentan los alcaldes y bien pueden estar planificando obras que van a ser inauguradas en 22 ó 23 meses, justo antes de las elecciones relevantes para ellos.

El metro de Quito es un ejemplo, pues para febrero del próximo año lo más probable es que haya un avance mínimo, mientras que para abril 2014 ya podría haber algo que mostrar. Lo mismo se puede decir de la ruta hacia el aeropuerto que no va a estar terminada cuando sean las elecciones presidenciales, pero que un año más tarde bien podría estar funcionando. Se habla hasta de un teleférico que tendría un cronograma similar.

Todo eso significa que si bien la popularidad de Augusto Barrera puede estar baja por el momento, subirá mientras vaya inaugurando obras. Los alcaldes, en general, son «ejecutores de obras» por lo que su popularidad es mucho más volátil que la de otros políticos como el Presidente, los ministros o los diputados y puede subir muchísimo luego de algunas ceremonias pomposas de inauguración.

Las diferentes fechas para las elecciones seccionales y nacionales podrían, en ciertos casos, complicar las aspiraciones políticas de los alcaldes en funciones. Por ejemplo, si alguno de ellos quiere saltar a la arena nacional como diputado, tendría que renunciar a su último año en el cargo municipal y arriesgarse a perder en las elecciones legislativas (que también serán en febrero de 2013). Difícil elección para un político.

Adicionalmente, la primera vuelta electoral del próximo año podría servir de plataforma para quienes quieran terciar por alguna alcaldía en el 2014. Imagínese a algún político poco conocido que, a sabiendas que va a perder, se candidatice a diputado en las elecciones de febrero 2013. De esa manera, un año más tarde, al presentarse para alcalde, ya tenga un mayor nivel de reconocimiento en el público. Eso sería un interesante ejemplo de «ganar con una derrota».

En conclusión, puede ser que los alcaldes y los prefectos estén implementando planes que aparentemente no tienen lógica, pero que en el fondo tienen una enorme coherencia electoral. Ojalá los ciudadanos podamos ver más allá de eso y elijamos bien la próxima vez.

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3 Comments

  1. Cada que hay elecciones democráticas, este tipo sufre porque sabe que los ecuatorianos confían en la revolución ciudadana.
    SUFRIDOR, YA SABES QUE LOS ECUATORIANOS NO CONFIAMOS EN TIPOS COMO ESTE ALBORNOZ

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