Latinoamérica: El debate imposible

Por Gustavo Domínguez
Quito, Ecuador

La arena política de los Estados Unidos se encuentra sumida en encarnecida lucha por conquistar el más importante cargo de elección democrática, posiblemente del mundo, entre dos políticos tan marcadamente diferentes, que no sería desacertado afirmar que representan las dos caras de una moneda. Pero esta elección, que no solamente afecta a los ciudadanos de dicho país, genera expectativas y hasta cierto grado de ansiedad,  a quienes desde otras latitudes del planeta, somos lejanos expectantes de colosal combate.

Lamentablemente, la política exterior no es un tema de debate abierto para los candidatos presidenciales norteamericanos. Nunca ha formado parte de la agenda electoral, y esta situación nos resulta realmente desalentadora a quienes percibimos que tanto el pueblo norteamericano, la tan prestigiosa academia de dicho país, y a los mismos imperios mediáticos estadounidenses, no les interesa establecer como tópico esencial un intercambio abierto de propuestas políticas estrictamente relativo a materia internacional.

Mas allá del simple hecho de emitir opiniones personales o puntos de vista superficiales, no se acostumbra a que los candidatos debatan seria y específicamente sobre temas que arrastran a los Estados Unidos a involucrarse en situaciones que trascienden las fronteras de su territorio y de sus intereses internos.

Supongo que gran parte de esta carencia de discusión, se debe al poco interés que el público norteamericano le otorga a tan importante asunto. Consistiendo este quemeimportismo de los mandantes en el antecedente substancial para que la política internacional de dicho país sea exclusivamente diseñada y manejada por una poderosa burocracia en el Departamento de Estado, cuyo poder en la práctica, está sobre la altura de mandatarios democráticamente electos de la gran mayoría de países del mundo. Es todavía común escuchar en ruedas de prensa a oficiales del Departamento de Estado, emitir opiniones, advertencias y juicios sobre política interna de los países de nuestra región.

Es que en esta nueva Latinoamérica, donde gran parte de sus mandatarios democráticamente elegidos, manifiestan en nombre de sus pueblos a su poderoso vecino del norte estar hartos de ser masticados por esa arrogante burocracia, para luego ser expelidos hacia fuera sin que se hayan tomado el tiempo necesario para entender sus realidades y  necesidades como naciones soberanas, espera finalmente ser parte de una agenda que trascienda el problema de drogas que asfixia a los Estados Unidos, pero mata a mucha gente al sur de sus fronteras.

En estas épocas de tantos cambios en el mundo, cuando la realidad nos demuestra que las crisis económicas, políticas y sociales, no son exclusividad de la historia de nuestra región, es necesario estar seguros que los candidatos del país más poderoso de nuestro continente, perciben que sus vecinos del sur no son corporaciones o simple fichas de ajedrez que se pueden mover en un tablero a cuyo rival solamente se le han concedido un par de peones para su defensa.

Estados Unidos sigue siendo el principal socio comercial de la región, sin embargo, esta estadística está rápidamente cambiando y el sector modificando su política comercial para permitir a la gigantesca China ya disputarle a los Estados Unidos el primer lugar en algunos países del sur del continente. La inversión extranjera directa recibida por América Latina, de acuerdo a reciente publicación de la CELAC, solamente tiene un componente cercano al 18% del total proveniente de capitales con intereses norteamericanos, y sorprendentemente, de acuerdo al reporte de Inversión Extranjera directa de la UNCTAD 2011, los países emergentes de Asia se convirtieron en los principales compradores de firmas de América Latina y del Caribe en el 2010.

Sería interesante conocer si los candidatos finalistas tienen noción de esta realidad, más allá de solamente considerar que el gran problema que presentan sus vecinos del sur tiene el sello de estupefaciente e inmigración indeseada.  Lastimosamente todo indica, que en esta campaña electoral, nuevamente Latinoamérica, será solamente un debate imposible.

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1 Comment

  1. Las relaciones empeorarían más aún si la derecha toma la casa blanca y el senado y el congreso. Creo que los países como Argentina, Bolivia, Venezuela, Ecuador, Paraguay, Nicaragua y los de tendencias de izquierda se verán más enfrentados a la derecha gobernante de ese país, Aspi que esperemos que el sr. Obama siga al frente.

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