¿Miserable?

Por Fernando Larenas
Quito, Ecuador

¿Puede el odio de los políticos llegar a tanto, como por ejemplo que un funcionario, quien debería ser un ejemplo para la sociedad, defina a una persona con un adjetivo tan fuerte como miserable?

Parece que sí, el respeto es lo que menos importa cuando se alcanza el poder, el efímero poder, el de los ambiciosos especialmente, porque las personas normales y educadas lo único que ambicionan es vivir dignamente.

Uno de los mensajes que más sacudió a la sociedad tuitera el fin de semana fue el desaguisado del ministro Serrano a @Pablihno, un tuitero irreverente, como la mayoría de personas que viven conectadas a una de las mayores redes de comunicación que ofrece la Internet.

En Facebook este personaje se define “con voto y sin voz”, lo cual dice mucho de su irreverencia frente a la sociedad y al poder. “Tengo 32 años, me considero emprendedor, innovador, liberal o amante de las libertades, padre de familia, soñador; en fin, un ‘bananiense’ como cualquier otro, pero tan distinto a la vez”.

Así se define una persona que no es política, pero que tiene todo el derecho a opinar. “Ganar elecciones no hace a nadie más democrático que a otro, es tan absurdo como creer que los que más comulgan son mejores cristianos o por ir más seguido a clases se es mejor profesional”, escribe en su blog.

Un pensamiento así de claro no merecería más comentarios, pero el ministro de marras se salió de sus casillas, se inflamó como se dice ahora. El tuitero había preguntado por la situación del padre de un funcionario del gobierno acusado de un presunto delito.

La respuesta del funcionario pudo ser cortés o simplemente evadida, pero no, prefirió la más revolucionaria: “@Pablihno definición de miseria en el diccionario de la Real Realidad, miseria: Pablihno”.

El comentario desató diversas reacciones, algunas impublicables, pero en su mayoría de indignación. Como los lectores pueden apreciar en el breve currículo, el tuitero no es periodista, por lo tanto no aplicaría el concepto de bestia salvaje ni de corrupto.

Es que parece que el poder aún no se percata que el derecho a expresarse no es solamente de los periodistas o de los medios de comunicación. Si tienen cuentas en Twitter deberían considerar que quienes opinan lo hacen porque cuentan con una herramienta poderosa para emitir un mensaje o un pensamiento.

Deberían entender que los mensajes no siempre deberían contener propaganda o ataques a quienes no comparten las mismas ideas. Si quieren callar a @Pablihno tendrían que apagar todas las plataformas de comunicación, pero incluso así es imposible.

Los chinos y los cubanos se han dado modos de eludir los controles tecnológicos y los usuarios se reservan su derecho a expresar el pensamiento diverso de la sociedad.

* El texto de Fernando Larenas ha sido publicado originalmente en El Comercio.

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4 Comments

  1. Si ¡Miserables! Adjetivo de la lengua española que entre otras significa desdichado, abatido, sin valor o fuerza que, manipulado por «periodistas»  como el autor del artículo del mismo adjetivo, pretenden hacer escándalo de todo y por todo.

    El funcionario público no es como pretende hacer creer el señor Larenas ejemplo de nada. Es simplemente un ser humano con defectos y virtudes, en funciones diferentes y sujetas al control social y público, punto.

    Ustedes los periodistas, si fuese cierta su opinión, deberían entonces ser ejemplo de ética, de honestidad en cuanto a decir y publicar la verdad, de objetividad y creo sin temor a equivocarme que no los son, ni de lejos.

    Figúrese usted que sigamos el ejemplo de ustedes «periodistas» en el accionar y trajinar diario de nuestras vidas; Simplemente el caos, que por desgracia en la vida pública del país, de alguna manera lo logran.  

    Usted deja entrever de forma inquietante que se pretende acallar al tuitero, a sabiendas que eso, en un medio electrónico como el twitter es imposible, entonces mañosamente involucra sin son ni ton a China, a Cuba en no se que pretensión absurda o inducción mal intencionada.

    El simple hecho de que el tal ofendido @Pablinho, twitero que se oculta tras el anonimato, pues en su perfil no hay ni la foto, menos indicios de quien es, por si solo habla de la calidad moral del fulano y por ende de su defensor en que se ha convertido usted, señor «periodista».

    No estoy seguro de que el señor @P:twitter ablinho aún en desde su anonimato,  le ha pedido a usted que desde el poder de su espacio como articulista, auspicie su defensa ante el adjetivo emitido, no;  pero si estoy seguro de que usted se apropió del tema para fomentar la insidia pública, la confrontación innecesaria y por supuesto generar un par de dólares más a su remuneración por su «labor periodística».

    Lo considero un hombre inteligente y he leído artículos suyos de opinión realmente interesantes pero, creo que efectivamente el odio político o el antagonismo ideológico le ha ubicado en un nivel que no le corresponde.

    Hay temas mucho más importantes e interesantes para nuestra sociedad, que usted con solvencia podría tratar y opinar, no debilite su prestigio bien ganado en opinar acerca de asuntos irrelevantes o nimiedades como las que por hoy nos ocupan.

    Reto a usted que haga lo mismo que predica, no oculte mi opinión y publíquela.
     

    • Hola Marco, soy Pablo Villegas, @pablihno:disqus , hay varios errores en su comentario, pero me remitiré al hecho de que jamás he apoyado el anonimato en redes. En varias ocasiones he colocado mis números de teléfono inclusive. Usted busca a otro usuario que es parecido pero que no corresponde a quien se menciona en la nota. 

      Saludos y buena tarde!!

    • Tengo que darle la razón, hay temas mucho mas importantes tales como la narcovalija, la narcoavioneta, los chalecos de 10 millones, y muchos mas, desafortunadamente cuando se pregunta en cualquier foro, como fué lo que hizo Pablo Villegas preguntar porqué no se ha ubicado al padre del ministro Glass, acusado de violación a una menor de 13 años que tuvo su hijo este sábado anterior producto de esa violación, Pablo recibió esa respuesta: miseria de parte de un ministro que se autocalificó de «tocho»,

      Esas son las respuestas que recibimos de los defensores del gobierno, insultos, injurias, denuestos e imprecaciones.  Si no me cree mi aseveración anterior, revise por favor los comentarios en La República y verá que no le miento. 

      Supongo que dirá que me oculto, si lo hago, tanto tengo que ocultarme que, le cuento que la máquina desde la que opino tiene instalado un «web diverter» debido a que son varias veces ya que intentan leer la dirección desde la que me conecto, innumerables avisos del servidor de correo de intentos no autorizados de ingreso y cosas por el estilo.

      Pero le digo a usted, como se los he dicho a otros defensores del gobierno, cuando esté seguro que ni yo ni mi familia corremos peligro por el delito de opiniar, sabrá con nombres, apellidos y número de cédula de identidad quien soy, lo cual sorprenderá a muchos.

      Una pregunta, ¿porqué el entrecomillado a la palabra periodistas?

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