Humbert Humbert y el cangrejo

Por Xavier Vizcaíno
Quito, Ecuador

“La miré y la miré, y supe con tanta certeza como que me he de morir, que la quería más que a nada imaginado o visto en la tierra, más que a nada anhelado en este mundo.” Algo así habrá pasado por la mente del profesor enamorado. “Oh, Lolita, tú eres mi niña, así como Virginia fue la de Poe y Beatriz la de Dante”.

Humbert Humbert  (H.H.), viejo maestro de literatura, se enamora de la núbil Lolita y no atenúa su lascivia con molestos escrúpulos. Miente y manipula, enamora y desposa a Charlotte, la madre de la nínfula, todo para estar cerca de la púber amada.  No le preocupa el qué, solo el cómo.

“Ningún hombre logra jamás el crimen perfecto; el azar, sin embargo, puede lograrlo”. H.H. discurre varias opciones para eliminar a Charlotte. La empresa se facilita cuando ella descubre la trama oculta y confronta al pedófilo. Enloquecida por el dolor y los celos, sale de casa y desquiciada corre por las calles del barrio, donde la fatalidad (realmente un Packard de dieciséis cilindros) la golpea y arrastra hasta poner fin a su vida.  De esta manera, H.H. enviuda y el padrastro de Lolita se convierte en su tutor, marido y amante.

Lolita, la novela más conocida de Vladimir Nabokov,  hace uso audaz y monumental del lenguaje. La grandeza de la obra sobrevive al tiempo y las traducciones.  Es frecuente encontrarla listada en los catálogos de libros clave de la literatura universal. En el relato, Nabokov se abstiene de juzgar al protagonista, al punto que le permite ser el narrador. Sin embargo, el lector está en completa libertad de formar su juicio sobre la historia y sus personajes.

Las leyes penales de muchos países, entre ellos Ecuador, tipifican y castigan con dureza las relaciones sexuales entre adultos y menores de edad, pues se  conceptúan como “no consentidas”, en atención a la vulnerabilidad del menor. Añádase a esta premisa que las instituciones encargadas de aplicar la Ley están obligadas a llevar ante la justicia a los acusados de violar las normas,  para su juzgamiento en apego al debido proceso. Entonces, ¿es admisible que un funcionario de alto nivel moteje como “miseria” o “miserable” como única respuesta a quién reclama públicamente información sobre el paradero del acusado de un delito? Quisiera entender que el exabrupto ocurrió en un momento de ira e impotencia, no como estrategia evasiva o, peor aún, de intimidación.

El ciudadano debe exigir que le rindan cuentas, aunque las formas del requerimiento no sean necesariamente del agrado de algunos funcionarios: últimamente tan propensos a sentirse a medio camino entre hombres y titanes.

El Cangrejo, un cuento muy corto o un tuit muy largo:

Todos creían que El Cangrejo era un intelectual: el gran tamaño de la cabeza del crustáceo les hacía pensar eso. Luego se descubrió que el enorme cráneo era un espacio semivacío que escondía un cerebro diminuto y un formidable vientre. Fin.

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2 Comments

  1. Dijeron ser un proyecto politico hecho para “propietarios y productores” y resultaron ser una pandilla de cuatreros. Les pagamos a estos energumenos para ser victimas de sus insolencias y vejaciones de manera reiterada.

    El silencio de los ecuatorianos no significa que la bronca no este tocando la puerta.

  2. Si este entuerto le hubiera ocurrido al padre de un diputado de «oposición», o a un periodista o dueño de un medio «corrugto» de seguro que el infeliz hombre, no cabe otro calficativo para alguien que comete un crimen tan excecrable violar a una menor de edad, ya no estamos en la Antigua Grecia, pues aparte de constar en la lista de los mas buscados ya le hubieran dedicado unas cuantas cadenas nacionales, perifoneadas por la acariciante voz de Douglas Argüello claro.

    Hace poco Alvarado, en la entrevista de CNN de la cual no salió indemne, refiriéndose a un político, me parece que era Fernando Balda o Galo Lara no lo recuerdo, exponía lo que según él eran causas para no tomarlo en cuenta, y cuando llegó a un juicio de alimentos dijo «fíjese que catadura moral, un juicio de alimentos».  ¿Que comentario le merecería el infame, inmoral, bajo, rastrero, ruin, aberrante, abominable, miserable (este sí lo es) acto que cometió Jorge Glass Viejó, padre del ministro Glass?  Ojalá alguno de los empleados de la SECOM, aunque están prohibidos por su empleador el leer los medios «corrugtos» mas LA REPÚBLICA medio al que comparó con el «Guáchinton Pous», le pida que comente sobre esa violación, pero que no conteste llamando miseria a quien le pregunta.

    Respecto al cuento corto, pues a buen entendedor, corto relato.

    A los foristas, les recuerdo el no alimentar a los trolls, y les dejo esta frase que me llegó en un tweet:

    «No pierdas tu tiempo y tus energías, que son de Dios, lanzando piedras a los perros que te ladran por el camino»
    San José María Escrivá de Balager

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