Aborto

Por Ernesto Arosemena
Guayaquil, Ecuador

Pienso que este es el tema más importante sobre el cual escribiré en toda mi vida. Para con el ABORTO no puedo tener ninguna contemplación, ni puedo dar la mínima impresión de tibieza, ni siquiera de “tolerancia”. Este blog –me han dicho– maneja generalmente un tono bastante “conciliador”, pero con este particular nunca podré ni querré conciliarme. Esto no significa que tengo en mi cabeza ya satanizadas a todas las personas que apoyan el aborto: quisiera pensar que la mayoría de ellas están profundamente convencidas de que lo que promueven no es un asesinato. Tampoco condeno a toda mujer que haya abortado: la desinformación y la desesperación pueden nublar nuestro buen juicio. Obviamente lo que más necesitan es ayuda.

Mucho hay en internet tanto a favor como en contra del aborto. Yo sólo quisiera referirme a unos pocos aspectos que considero cruciales en el asunto. “Tres puntitos”, como dice un amigo sacerdote en sus homilías: la humanidad del embrión, la alteridad de los cuerpos y los supuestos casos justificados de aborto.

*

Se recurre a mucha basura numérica y lenguaje científico a la hora de querer definir si un embrión es o no un ser humano. No sé si toda esa ola de palabras confusas tiene como propósito evitar que las personas se den cuenta de lo que es sencillamente evidente, o si el afán por ver más allá de sus narices provoca que algunos no se percaten de lo que tienen ahí frente a ellos. El asunto es que, cuando uno lee cosas como que un embrión no es un ser humano porque todavía no tiene funciones cerebrales, “que es lo que nos hace humanos” (según quienes afirman esa estupidez), o que “el embrión no es humano, así como la semilla no es un árbol” (bastante repetido en internet), puede caer en la tentación de pensar “oye, qué coherente esa vaina, tienen razón…” Lo siento, pero “esa vaina” no es coherente. “Esa vaina” es una FALACIA, porque semilla no es a árbol lo que embrión es a humano: ¡semilla es a árbol lo que embrión es a ADULTO! ¡Semilla es a VEGETAL lo que embrión es a humano!

Me explico: la semilla es un ser, ¿o no? De acuerdo. ¿Este ser es mineral, vegetal, animal o qué? ¡BINGO!: Vegetal. La semilla no es un árbol, pero es un SER VEGETAL. Y algo engendrado por perros, por más embrionario que sea, ¿qué es? ¿Acaso es mineral? ¿Podrá ser vegetal? ¿De hecho, podría ser cualquier otra cosa que no sea un SER ANIMAL? Más aún, ¿podría ser otra cosa que no sea canino? ¿Pueden engendrar dos perros algo que no sea perro? ¿No? ¿Última palabra? ¡Bien!

Entonces, alguien explíqueme, ¿POR QUÉ PUEDE CABER SIQUIERA LA MENOR DUDA DE QUE ALGO ENGENDRADO POR HUMANOS SEA UN SER HUMANO? Un embrión, ¿existe? ¡Claro que existe! ¡Eso es precisamente lo que les molesta a los abortistas! Ergo, es un SER. ¿De qué tipo? Piénsalo muy bien antes de decirme que es mineral, o vegetal, o que es un virus, o cualquier otra cosa que no sea HUMANO. Algo mineral no puede llegar a ser vegetal, ¿o sí? Y algo vegetal no puede tampoco llegar a ser animal. Y algo animal que sea perro, ¿puede llegar algún día a ser gato?

Te concedo que, cuando algunas plantas o animales mueren, con el tiempo pueden fosilizarse y hacerse “mineral”, pero ¡NADA QUE NO SEA HUMANO PUEDE LLEGAR A SER HUMANO! Hasta los evolucionistas más extremos enseñan que para un salto de especie así se necesitarían millones de años, no unas cuantas semanas. El único caso que conozco de algo no-humano que se hizo humano es el de Jesucristo, Dios hecho hombre, pero obviamente forma parte de las prerrogativas de Dios, y sólo de Él, el poder hacer lo que le venga en gana. Otro caso es el de Pinoccio, pero… ¡ES UN CUENTO!

Recapitulemos: el embrión, entonces, es un SER; concretamente, un SER HUMANO, y más aún: VIVO, porque crece, y de hecho crece de manera muy acelerada (¡está vivísimo!). ¿Cómo puede ser que algo tan evidente se pase por alto? O sea, esto que les he dicho no está en ningún libro (que yo conozca), ni en internet (lo busqué y no lo encontré), ¡pero es EVIDENTE! El afán de buscar razones científicas, matemáticas, biológicas, numéricas, genéticas, etc., nos ha embrutecido para ver lo que no necesita explicación. ¿Quieres convencerme de que lo que nos hace humanos son las funciones cerebrales? Pana, LA ESPECIE QUE TE ENGENDRÓ es lo que te hace humano. Si hubieras sido engendrado por chacales, serías un chacal, y lo hubieras sido desde el primer instante en el vientre de tu mamita chacal; pero si estás leyendo esto es porque siempre, desde tu concepción, fuiste y sigues siendo un ser humano.

* *

Ahora, sobre eso del derecho sobre el propio cuerpo: ¡concedido! ¿En serio? ¡Sí, en serio! ¡Tatúate!: no es ningún pecado (sólo es una decisión de la que quizás –o quizás no– te podrías arrepentir si llegaras a viejo); o perfórate las orejas, la nariz, la ceja, adórnate lo que te dé la gana; si se te inflama el apéndice, sácatelo; trasplántate un riñón, ponte un marcapasos, etc. Pero el embrión (o el feto) que lleva una mujer embarazada dentro de su cuerpo, NO ES PARTE DE SU CUERPO.

¿Quieres ponerte, ahora sí, pseudo-científico? El embrión tiene otro código genético. Si sacaras células de cualquier parte del cuerpo de alguien, en teoría podrías clonar a esa persona, ¿cierto? Y si sacaras células del embrión que está en el cuerpo de una embarazada, ¿a quién clonarías? ¿A la madre o al hijo? Tienen diferente ADN, tienen hasta el tipo de sangre distinto muchas veces. ESTÁ en su cuerpo, definitivamente, y DEPENDE de éste, pero NO ES UNA PARTE DE su cuerpo. Como ya vimos, es un SER, un ser HUMANO, distinto esencialmente de la madre que lo lleva.

Les dejo este link, por cierto, con la Declaración Universal de los Derechos Humanos: hasta ahora no encuentro cuál es el derecho que faculta a las mujeres para abortar, pero sin duda el ARTÍCULO 3 contempla el derecho a no ser abortado.

¿Qué derecho SÍ TIENE la madre sobre ese “engendro”? Tiene el derecho a darlo en adopción. Eso sí, totalmente. Nadie le exige que lo críe si no lo quiere. De hecho, si quiere matar a su hijo, no merece tenerlo, y no haría un buen trabajo criándolo, así que debería darlo en adopción. Aguantar nueve meses medio incómodos es definitivamente mejor que arriesgar la propia vida y/o quitársela a otro ser humano. Y no es que no exista quién ayude a mujeres con embarazos no deseados: ese curita que tanto odias, de quien tan mal hablas, por ejemplo; él tiene una fundación para ayudar justo con eso. ¿Preferirías morir o matar antes que pedirle ayuda de ese cura? Allá tú, pero la ayuda existe, está ahí, y hasta te la dan con amor. Debe haber también otras entidades en alguna parte, seguro que no es la única.

* * *

Sobre los supuestos casos en los que es “justificable” el aborto: no existen. La verdad, no hace falta especificarlo mucho: NO HAY CASO ALGUNO EN EL QUE SEA JUSTIFICABLE EL ABORTO.

Ninguno, ni siquiera uno, ni el más extremo que puedas pensar (OK, si el destino del universo dependiera de que no nazca tal individuo concreto… déjame pensarlo… pregúntamelo mejor cuando eso suceda). Si la madre está en peligro de muerte, el médico tiene la OBLIGACIÓN de tratar de salvar A LOS DOS (el Juramento Hipocrático original incluso prohibía el aborto, y el de Ginebra manda tener “absoluto respeto por la vida humana”). Si alguno de los dos muere en la intervención, eso es otra cosa, pero no se puede buscar directamente la muerte del feto (recuerda: ser humano), ni como fin, ni como medio.

Si la creatura está defectuosa, la misma naturaleza no le dejará nacer con un defecto demasiado grave; pero si nace y logra permanecer con vida, la sola existencia de ese pequeño ser humano es ya un bien en sí mismo. ¿Cómo puede haber personas que prefieran abortar antes que tener un hijo, por ejemplo, con Síndrome de Down? Por diversas circunstancias familiares tuve que cambiarme de Guayaquil a Quito en 1998 y, lastimosamente, me perdí todo el crecimiento de la hermana menor de uno de mis mejores y más antiguos amigos; pero ahora que la he visto más grandecita y la he podido ver también en fotos, puedo atestiguar que esa dulzura de personita con Síndrome de Down es MUY feliz, y ha hecho MUY feliz a toda su familia; y me atrevo a asegurar que, GRACIAS A ELLA, cada miembro de esa familia es una mejor persona.

Últimamente también se ha oído hablar de una propuesta de ley que permite el aborto para las mujeres que han sido violadas. Te invito a googlear las estadísticas (yo sólo puedo ofrecerte estos 4 links –uno, dos, tres, cuatro–; pero si tú tienes más tiempo que yo, te exhorto a buscar más): el porcentaje de mujeres que quedan embarazadas tras una violación es mínimo (algún tipo de bloqueo psicosomático que esteriliza temporalmente a la mujer que sufre ese shock), tan mínimo que pienso que no ameritaría hacer una ley al respecto. Pero más aún, de ese mínimo porcentaje de violadas que se embarazan, la aplastante mayoría decide tener el bebé, y no aceptan la propuesta del aborto. ¡En serio, búscalo!

“¡Es que usted no sabe! –me dices– ¿Y si fuera su mamá o su hermana la que han violado y está embarazada?” Te respondo, sin pensarlo dos veces, que desearía con todo mi corazón evitarle a mi madre o a mi hermana el trauma, aún mayor, que se llama “Síndrome Post-Aborto”. Las secuelas psicológicas de la violación son mucho más fáciles de superar que este síndrome. Para una mujer que ya de por sí está en crisis por haber sido violada, y ha quedado mentalmente tan frágil como para dejarse convencer de matar a su hijo, someterla a un aborto sería dejarla en tan deplorable estado mental que la mayor parte del día pasaría tumbada en posición fetal (oh, la ironía…) chupándose el dedo y llorando por la vida que eliminó, escribiéndole cartas a su “bola de células” y coleccionando zapatitos de bebé. ¡No es chistoso, gente! ¡Es preocupante, penoso, conmovedor… enfurecedor! Y todo por no esperar nueve míseros meses hasta que nazca el objeto de sus preocupaciones…

– – – –

Ojo que hasta ahora no esgrimo argumentos religiosos, ni pienso hacerlo: ¿para qué citar la Biblia o el Magisterio de la Iglesia cuando el tema en cuestión es de índole tan terrena y humana? La sola razón basta y sobra para iluminar este asunto.

Por último, no pretendo haber podido, ni de lejos, convencer a la mayoría de abortistas acerca de los temas que me propuse plantear (la humanidad del embrión, la alteridad de los cuerpos y los supuestos casos justificados de aborto), pero sí tengo la esperanza de que, como mínimo, consideren dar el beneficio de la duda al primer punto. ¿Existe al menos una duda razonable sobre la humanidad del embrión? ¿Se puede admitir la posibilidad de que ese «cúmulo de tejidos» sea un ser humano (no en potencia, como algunos bienintencionados católicos han alegado infructuosamente, sino en acto)?

Imagino que, viendo alguna de esas tantas películas que se han hecho sobre juicios penales, muchos se habrán dado cuenta de que se le exige al jurado que la decisión del caso sea tomada por encima de toda duda razonable. Por ahí también encontré que existe otro principio jurídico denominado “In dubio, pro reo” («ante la duda, a favor del reo»), que a manera de alegoría puede servirnos como principio inspirador: Si existiera la menor posibilidad de que eso que quieres extirpar de tu cuerpo sea, de hecho, una vida humana, ¿no valdría la pena esperar esos nueve meses antes de “deshacerte del paquete”? ¡Quién sabe!, de pronto hasta le tomas cariño y decidas quedártelo. Sólo piénsalo, ¿ok?

Y para los activistas del aborto: Obvio que no espero que se hagan “pro-vida” así espontáneamente; pero, ¿será que al menos pueden dejar de promocionarlo? ¿Aunque sea por duda razonable?

Dios les bendiga.

* Ernesto Arosemena es Diácono de la Iglesia Católica. Su texto ha sido publicado originalmente en su blog, «Al César lo que es del César».

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18 Comments

  1. Aunque un poco desprolijo en la redacción, el artículo es bueno y certero.
    Hay un aspecto que se está dejando de lado o que no se lo ha mencionado y que está estrechamente vinculado con la humanidad del embrión, y es este:
    el aborto se lo realiza justamente porque tenemos la certeza de que el resultado final del embarazo es, indefectiblemete, un ser humano. Un ser humano que llora, que necesita alimento, medicinas, cuidados, un nombre y un apellido y más tarde una escuela, colegio, etc, y es eso justamente lo que se quiere evitar.
    Es decir, quienes abortan saben, inconscientemente, que lo que están matando no es el embrión descerebrado de hoy, sino el bebé completo de mañana.
    Pueden darse mil razones a favor del aborto, pero argumentar que no es un ser humano lo que se mata cuando se practica uno, para mí, no tiene sentido.

  2. Más claro que el agua clara !!

    Gracias, Cesar, por tan clara argumentación .

    (no importa si se sacrifica la prolijidad de la redacción en favor de usar un lenguaje que llegue a la mayor cantidad de gente)

    • Gracias, Carlos, por tu comentario.

      De hecho, me llamo Ernesto. El blog se llama «Al César lo que es del César…» como alusión a las palabras de Jesús.

      Ciertamente no utilizo un estilo propiamente literario: escribo como pienso, pero eso creo que es precisamente lo que le gusta a mis lectores.

      Gracias por leer y comentar. Dios te bendiga.

  3. vida es, humano es, ¿persona es? ¿individuo? ¿sujeto de derechos? ese es el tema real de toda esta discusión, la moral y el utilitarismo son solo adornos. poniendo como ejemplo irrisorio, meramente para filosofar, el caso del ‘violinista parásito’: si mañana amaneces conectado a un hombre que necesita tu sangre para mantenerse con vida ¿es tu obligación vivir conectado a él? si decides dejarle de dar vida (por cualquier razón que se te pueda ocurrir, desde necesidad médica hasta pereza o ganas de bailar) ¿eres un criminal? ¿el derecho a la vida de ese ser está por encima del derecho a la tuya y de la autodeterminación de una persona que sí puede sostenerse con vida por sí misma?

    ese es el trasfondo real: ‘no dar vida’ no equivale a ‘quitar vida’. si yo te dejo de dar sangre, no te he matado; simplemente no te he mantenido vivo. un derecho natural no puede necesitar de la acción positiva de nadie, es incongruente desde su propio concepto (ya no sería un derecho iusnatural).

  4. Excelente artículo Ernesto, apoyo 100% a la !!VIDA!!! y NO al ABORTO, no debemos dejarnos confundir y convencer por ideologías, pensamientos, etc., que quieren hacernos creer que el Aborto se lo tiene que legalizar, NO al Aborto!!!..Si a la VIDA desde la concepción, embrión y feto,…

  5. “Se recurre a mucha basura numérica y lenguaje científico a la hora de querer definir si un embrión es o no un ser humano. No sé si toda esa ola de palabras confusas tiene como
    propósito evitar que las personas se den cuenta de lo que es sencillamente evidente,
    o si el afán por ver más allá de sus narices provoca que algunos no se percaten
    de lo que tienen ahí frente a ellos. El asunto es que, cuando uno lee cosas
    como que un embrión no es un ser humano porque todavía no tiene funciones
    cerebrales, “que es lo que nos hace humanos” (según quienes afirman esa
    estupidez), o que “el embrión no es humano, así como la semilla no es un árbol”
    (bastante repetido en internet), puede caer en la tentación de pensar “oye, qué
    coherente esa vaina, tienen razón…” Lo siento, pero “esa vaina” no es
    coherente. “Esa vaina” es una FALACIA, porque semilla no es a árbol lo que
    embrión es a humano: ¡semilla es a árbol lo que embrión es a ADULTO! ¡Semilla
    es a VEGETAL lo que embrión es a humano!”.

    Bueno, no se observa una definición exacta de lo que se entiende por ¨ser humano¨, pero si se refiere a que el embrión es ¨vida humana¨ (por las referencias en algunos párrafos posteriores), entonces estoy de acuerdo en que es incorrecto afirmar que el embrión no es un ser humano. Pero ese no es en realidad el problema con el aborto, el problema
    es demostrar que al embrión se lo puede considerar ¨PERSONA¨ (para poder
    sostener que el aborto es un ASESINATO).

     
     “Sobre los supuestos casos en los que es “justificable” el aborto: no existen. La verdad, no hace falta especificarlo mucho: NO HAY CASO ALGUNO EN EL QUE SEA JUSTIFICABLE EL ABORTO”.

    No estoy de acuerdo con la falacia de ¨afirmación gratuita¨ del señor Arosemena de que no hay caso alguno en el que sea justificable el aborto (no encuentro argumentación racional o
    evidencia empírica que soporte su sentencia).

     
    “Ninguno, ni siquiera uno, ni el más extremo que puedas pensar (OK, si el destino del universo dependiera de que no nazca tal individuo concreto… déjame pensarlo… pregúntamelo mejor cuando eso suceda). Si la madre está en peligro de muerte, el médico tiene la OBLIGACIÓN de tratar de salvar A LOS DOS (el Juramento Hipocrático original incluso prohibía el aborto, y el de Ginebra manda tener “absoluto respeto por la vida
    humana”). Si alguno de los dos muere en la intervención, eso es otra cosa, pero
    no se puede buscar directamente la muerte del feto (recuerda: ser humano), ni
    como fin, ni como medio”.

    El juramento hipocrático original no es el único juramento que hacen los médicos, ni tampoco el de Ginebra, existe también la versión modificada del profesor Louis Lasagna. Por cierto, apelar a la tradición para defender una argumentación (en este caso, apelar a
    la tradición hipocrática), es cometer una falacia ¨ad antiquitatem¨. Ya ha
    corrido ¨mucha agua bajo el puente¨ desde la elaboración de ese juramento.

     “Si la creatura está defectuosa, la misma naturaleza no le dejará nacer con un defecto demasiado grave; pero si nace y logra permanecer con vida, la sola existencia de ese pequeño ser humano es ya un bien en sí mismo”.

     Es un error afirmar que la misma naturaleza evitara un nacimiento con un defecto ¨demasiado grave¨, por ejemplo en el caso de la anancefalia (defecto muy grave), es posible que la criatura haya nacido viva. No encuentro justificación de que la sola existencia de ese ser ya sea un bien en sí mismo, además podría ocurrir que su existencia resulte
    en un mal, por ejemplo, dependiendo de la patología, podría causar un mal
    objetivo (problemas de salud para la madre durante el embarazo o al momento del
    parto), o sufrimiento por parte de los padres al conocer y presenciar la
    terrible enfermedad que aqueja a su hijo nonato.

  6. “¿Cómo puede haber personas que prefieran abortar antes que tener un hijo, por ejemplo, con Síndrome de Down? Por diversas circunstancias familiares tuve que cambiarme de Guayaquil a Quito en 1998 y, lastimosamente, me perdí todo el crecimiento de la hermana menor de uno de mis mejores y más antiguos amigos; pero ahora que la he visto más
    grandecita y la he podido ver también en fotos, puedo atestiguar que esa dulzura de personita con Síndrome de Down es MUY feliz, y ha hecho MUY feliz a toda su familia; y me atrevo a asegurar que, GRACIAS A ELLA, cada miembro de esa familia es una mejor persona”.

     Me alegra saber que esa persona hace feliz a su familia, pero el síndrome de Down no es la única complicación que se considera al realizar un aborto, ya que hay diferentes tipos de aborto, entre ellos el terapéutico o médico, que se presenta, por ejemplo, en el embarazo ectópico tubular:

    http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmedhealth/PMH0001897/

    En esos casos el médico no tiene otra alternativa que no sea el aborto, a menos que quiera ser testigo de peligrosas complicaciones en la madre como el choque hipovolémico o inclusive la muerte.

     
    “Últimamente también se ha oído hablar de una propuesta de ley que permite el aborto para las mujeres que han sido violadas. Te invito a googlear las estadísticas (yo sólo puedo ofrecerte estos 4 links –uno, dos, tres, cuatro–; pero si tú tienes más tiempo que yo, te
    exhorto a buscar más): el porcentaje de mujeres que quedan embarazadas tras una violación es mínimo (algún tipo de bloqueo psicosomático que esteriliza
    temporalmente a la mujer que sufre ese shock), tan mínimo que pienso que no
    ameritaría hacer una ley al respecto. Pero más aún, de ese mínimo porcentaje de
    violadas que se embarazan, la aplastante mayoría decide tener el bebé, y no
    aceptan la propuesta del aborto. ¡En serio, búscalo!”.

     Espero que esa ¨lógica¨ no se aplique nunca a casos como el de el embarazo ectópico (que también se da en porcentajes mínimos). Ahora bien, yo no estoy en contra de que una mujer violada aborte un producto no deseado, peor aun en el caso de una menor de edad, por ejemplo una menor de catorce años violada y embarazada por algún familiar (con todo lo que esto representa). 

     “¡Es que usted no sabe! –me dices– ¿Y si fuera su mamá o su hermana la que han violado y está embarazada?”
    Te respondo, sin pensarlo dos veces, que desearía con todo mi corazón evitarle a mi madre o a mi hermana el trauma, aún mayor, que se llama “Síndrome Post-Aborto”.

    Aquí el señor Arosemena comete una falacia de ¨petición de principio¨ ya que de por hecho que el trauma por un aborto es mayor que el trauma por una violación, lo cual tendría que demostrar, antes de darlo por hecho.

     “Las secuelas psicológicas de la violación son mucho más fáciles de superar que este síndrome. Para una mujer que ya de por sí está en crisis por haber sido violada, y ha quedado mentalmente tan frágil como para dejarse convencer de matar a su hijo,
    someterla a un aborto sería dejarla en tan deplorable estado mental que la
    mayor parte del día pasaría tumbada en posición fetal (oh, la ironía…)
    chupándose el dedo y llorando por la vida que eliminó, escribiéndole cartas a
    su “bola de células” y coleccionando zapatitos de bebé. ¡No es chistoso, gente!
    ¡Es preocupante, penoso, conmovedor… enfurecedor! Y todo por no esperar nueve
    míseros meses hasta que nazca el objeto de sus preocupaciones…”.

    Curioso que el señor Arosemena diga que la mujer violada queda mentalmente ¨tan frágil¨ y sin embargo sostenga que las secuelas psicológicas de una violación son ¨mucho más fáciles de superar¨ que las del aborto (sin demostrarlo, por supuesto). Y si bien es
    cierto que hay mujeres que sufren algún tipo de trauma psicológico al realizarse un aborto (quizás un profundo sentimiento de culpa), de eso no se sigue que todas las mujeres sufran algún tipo de trauma por ese motivo.

     “Ojo que hasta ahora no esgrimo argumentos religiosos, ni pienso hacerlo: ¿para qué citar la Biblia o el Magisterio de la Iglesia cuando el tema en cuestión es de índole tan terrena y
    humana? La sola razón basta y sobra para iluminar este asunto”.

     Me parece correcto el no utilizar los dogmas metafísicos de la ICAR en esta discusión. Es posible que la sola razón baste y sobre para definir el tema, pero no encuentro argumentos sólidos que sirvan para sostener la mayoría de afirmaciones realizadas en este artículo.

    • Gracias, David, por tus extensos comentarios. Siempre da gusto ver que han leído el texto que uno ha escrito.

      Sólo te comparto una idea, aparte de las que he dicho claramente en el artículo, que considero que vale la pena reflexionar, incluso si llegara todo el mundo a considerar que lo que he dicho en este texto me lo he sacado «de la manga» y no tiene ningún sustento:

      La vida humana del ser concebido tiene EXACTAMENTE EL MISMO VALOR que la de la madre. EXACTAMENTE EL MISMO. No vale más la vida de la madre, y ciertamente no valen más los trastornos psicológicos, económicos, sociales, o de cualquier índole, que pueda sufrir la mujer por llevar a término su embarazo. El tema aquí es de VIDA. Las otras circunstancias de una u otra manera pueden solucionarse o paliarse con terapia, con adopción, con ayuda, con amor, etc., pero la VIDA que se pierde no se puede recuperar. Igual de trágico es la muerte de una mujer adulta que la de un ser humano no-nato, pero ya concebido. No es ético que el médico juzgue que la vida de la madre vale más que la del hijo. El médico debe procurar por todos los medios salvar a los dos. Como digo en el artículo, puede ser que como resultado de este intento muera el feto, pero eso no es igual a decir que para salvar la vida de la madre vamos, de contado, a matar al hijo. Toda vida humana vale lo mismo.

      Ciertamente puedes no estar de acuerdo con lo que he dicho, y considerar que la vida del feto vale menos que la de la madre; y podrías tener razones aparentemente lógicas, como que esa mujer puede concebir más hijos, o necesita criar a los que ya tiene, pero la verdad es que eso sería menospreciar la vida ya existente dentro de su vientre. No porque se puedan tener más hijos se va a matar al que ya se tiene. No estamos hablando de un carro, o de dinero, o de cualquier otra cosa sino de una VIDA HUMANA.

      Respeto tu opinión. Obviamente no la comparto, pero agradezco tu contribución al tema. Gracias otra vez por leer mi artículo.

      Dios te bendiga.

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