Assange, presidente

Por María Fernanda Egas
Miami, Estados Unidos

Estimado Julian:

Anteriormente comparé tu caso con los autores del libro El Gran Hermano, que recopiló evidencias sobre las empresas del hermano del presidente, Fabricio, y sus millonarios contratos con el Estado.  Ellos fueron sentenciados por daño moral y con esto se pretendió desmentir sus investigaciones. Pero a los cuatro veedores que concluyeron que sí hubo un perjuicio al Estado por USD$143 millones se les prohibió la salida del país y solicitaron asilo político al considerarse perseguidos por el gobierno ecuatoriano.

También te comparé con el juez Baltazar Garzón, condenado en su propio país por el caso Gürtel y donde no puede ejercer por los siguientes 11 años debido a que la corte consideró una actividad dictatorial haber grabado conversaciones de manera clandestina. Aunque el fin fuese llegar a exponer una vergonzosa verdad.

Los comparé por considerarlos mosqueteros en la lucha por la libertad de información, que debe ser pública, y cuyo encubrimiento solo puede aupar la corrupción y el abuso de las autoridades mundiales.

Pero la triste coincidencia entre la oferta de asilo que te dio este gobierno y su actuación casi simultánea en otras situaciones de libertad de expresión, dejan entrever que sus propósitos no son tan cándidos y desinteresados como parecen.

En junio pasado, el Ecuador que te ha ofrecido asilo, se lo retiró ex capitán del ejército Alexander Barakov, refugiado desde el 2010, opositor al régimen del dictador bielorruso Alexander Lukashenko, apenas una semana antes de recibir su oprobiosa visita. Mientras el mundo observa tu caso, él está a punto de ser extraditado y puede ser condenado a pena de muerte. Su crimen capital fue denunciar la corrupción de Lukashenko, pero es perseguido por los cargos de soborno y fraude.

El 7 de julio reciente fueron cerrados 20 medios de comunicación en Ecuador, con la consiguiente requisa de equipos que contenían o difundían información. Hasta ahora, el gobierno ecuatoriano ha cerrado casi 30 estaciones de radio, de 6 canales nacionales independientes quedan solo dos, ha fustigado a revistas La Vanguardia, Vistazo, y a los diarios Hoy, El Comercio, La Hora y Expreso, a más del sonado caso El Universo.

No hay en el Ecuador una coherencia entre considerarte un luchador por la libertad de expresión y defenderte de un complot internacional, mientras el gobierno ha perseguido, enjuiciado y encarcelado periodistas por delitos de opinión. Lo mismo de lo que tu has sufrido, ruina económica y moral, es lo que padecen los señores Pérez propietarios de Diario El Universo y su editor de Opinión, Emilio Palacio, quienes fueron condenados a pagar 40 millones de dólares por la demanda del ciudadano que para ello no quiso ser presidente, pero para dirigir el juicio a su favor utilizó con descaro todo su poder de manipulación. A pesar del perdón presidencial, los directivos no se sienten seguros y por lo menos Palacio sigue fuera del país.

Y por si no te has enterado, este 11 de julio el Consejo Nacional de Telecomunicaciones admitió la obligación a los proveedores del servicio de internet de remitir a la Superintendencia de Telecomunicaciones toda la información relativa a las direcciones IP asignadas a sus clientes, con un pedido administrativo y sin orden judicial, lo que como bien sabes, permite al Estado ecuatoriano saber todo movimiento realizado a través del internet por sus ciudadanos, desde correos electrónicos enviados y páginas visitadas hasta movimientos bancarios, en una clara oposición a la libertad de expresión contemplada en el artículo 13 de la Convención Americana de los Derechos Humanos.

Pero no deberíamos asombrarnos de que en nuestro país no se respeten los derechos a la libertad de expresión e información, si ni siquiera repudiamos como país la masacre en Siria, donde poco importa qué pienses para perder la vida.

La oferta que has recibido resulta muy conveniente para que el gobierno ecuatoriano se vanaglorie internacionalmente de un respeto y tolerancia a la libertad de expresión ilusorias. Hoy gozamos de la autocensura, insultos presidenciales, ridiculización de periodistas a cada semana en su sabatina, apoyado de sketchs “humorísticos”,  el ensañamiento con varios directivos de medios de comunicación que resulta en condena pública y desprestigio laboral. Toda esta campaña es financiada con decenas de millones de dólares anuales que pertenecen al pueblo ecuatoriano.

Sabrás que el tratamiento que recibió tu madre en Ecuador fue excepcional y que los ecuatorianos nos identificamos con recibir lo mejor posible a nuestros visitantes.  Pero también existen madres ecuatorianas que sufren por sus hijos exiliados, desempleados, desprestigiados por este gobierno que jamás las invitará a tomar el té en Carondelet. Incluso hay una madre que teme que el Estado le quite a sus hijos por una delación de acuerdos políticos a puerta cerrada, al más puro estilo Wikileaks.

Lamentablemente, creo que nuestro gobierno ha jugado con tus sentimientos para su beneficio electoral. Nuestro servicio exterior ha demostrado increíbles intenciones con el caso de la valija diplomática con 40 kg de cocaína líquida en Italia –caso cerrado el 13 de julio sin proporcionar nombres de los involucrados-; con la intervención en asuntos internos de Paraguay en la reciente destitución de Lugo; con la desconfianza de nuestro vecino Colombia en el caso Angostura.  Al llamar a nuestro embajador en Londres a consulta antes de los Juegos Olímpicos, y esperar hasta que estas concluyan para anunciar la concesión del asilo, parecería que ya sabrían que el Reino Unido podía negarte el salvoconducto. La escena siguiente: un suceso mediático que pretenden usar a su favor, pero que lamentablemente no te conduciría a la libertad que buscas.

Esta podría ser una señal para que te lo pienses mejor: Ecuador es un país con altísimos índices de violencia, la política del gobierno actual de fronteras abiertas con Colombia nos tienen en vilo por el sicariato, uno más de los crímenes que quedan en la impunidad. Aún así, como colega y ser humano que comulga con tu deseo y derecho de libertad,  desearía que tu vida en Ecuador transcurriese en paz, que seas feliz y que no te falte oportunidad de comprobar que las mujeres ecuatorianas no solemos ser rubias naturales, pero sí menos complicadas que las suecas.

Es más, creería que una buena alternativa sería aprovechar que ya mismo el gobierno llama nuevamente a una consulta popular para cuestionar al legislativo, y de paso pida, por única ocasión, darte la naturalización y el derecho de postularte en estas elecciones y a gozar de inmunidad. Como los ecuatorianos ya tuvimos un deportista de origen extranjero como abanderado de nuestra delegación en Londres, y nos ha parecido de lo mejor que allí mismo salgas a hablar al mundo desde el balcón de nuestra embajada, seríamos tan generosos de elegirte presidente, para que nos guíes en la verdadera lucha contra la tiranía, la esclavitud de la información y las violaciones a los derechos humanos, gozando de la seguridad pretoriana que merece nuestra máxima dignidad.  Si se trata de salvar el pellejo, todo vale.