Timochenko, Presidente de Colombia

Por principios, creo que hay que apoyar la paz. Es cierto que uno debería pensar que un proceso de esta naturaleza debería empezar por la liberación de los más de quinientos rehenes que permanecen secuestrados, y a quienes hemos visto enjaulados y con cadenas en las pruebas de vida que han entregado. Y hasta entiendo que muchos puedan pensar que no es posible sentarse a dialogar con personas que han asesinado a miles de inocentes ajenos al conflicto. Pero entiendo también que de esa manera el único fin posible del conflicto es el exterminio del enemigo. Por lo que no queda más que hacer votos, y apoyar en lo que nos sea posible, para que el proyecto de Santos tenga éxito.

Lo escribo después de haber leído que este martes, una semana después de que Telesur informara del inicio del proceso, que la aviación colombiana ha bombardeado una zona cercana a la frontera con Venezuela y asesinado a Danilo García, uno de los jefes guerrillos, y mano derecha de alias Timochenko, el actual máximo jefe de las FARC. Y no entiendo cómo dos partes pueden sentarse a negociar mientras al mismo tiempo se están matando y se mantienen encadenados a centenares de rehenes.

La primera conclusión que saco es que este Santos no es un hombre en que se pueda confiar. Y que de la misma manera que no hemos podido confiar en él los partidarios de la libertad ante sus devaneos con Rafael Correa, Hugo Chávez y Raúl Castro, tampoco podrán hacerlo las FARC, porque las liquidará en el momento en que se descuiden. Pero no nos queda más que confiar que su sentido de permanencia en la Historia va a conducirlo por el camino adecuado. Santos no quiere pasar a la posteridad como un presidente más. Quiere ser recordado como el Gran Pacificador, el hombre que hizo lo imposible, y si para eso tiene que ir a sentarse a negociar con Timochenko y Fidel Castro, sentados en La Habana, con el acompañamiento de Hugo Chávez, pues está dispuesto a ello.

Y creo que es nuestro deber apoyarlo. No va a ser fácil. Como no va a ser sencillo asimilar las concesiones que necesariamente Colombia tendrá que hacer para lograr la paz. Hay que recordar que el conflicto centroamericano, que ensangrentó el itsmo durante la década de los ochenta, no terminó sin unas reformas sociales, pero sobre todo políticas, que terminaron creando las condiciones, por ejemplo, para que el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional llegara al poder en El Salvador por la vía de las elecciones libres. La paz habrá llegado el día que sea posible que Timochenko se presente a elecciones. Solo entonces Santos habrá pasado a la Historia.

Más relacionadas

4 Comments

  1. Por muy buenos que sean los objetivos nacionalistas de las FARC, las formas de actuar mediante extorsión y violencia dejan en evidencia que deben dejar las armas inmediatamente.

    Un saludo al pueblo colombiano!

  2. Esta paz esta muy lejos de llegar,las FARC solo esta distrayendo a los Colombianos ellos estan muy comprometidos con los narcotraficantes y la mafia no perdona.Si se llegara a firmar la paz Timochenko y sus socios apareceran muertos en cualquier calle de Colombia.Ademas antes de comenzar un dialogo puso como emisario a un condenado de la justicia de USA al tristemente celebre Simon Trinidad condenado a 60 anios de carcel e imposible que la justicia americana lo deje libre.Las FARC no le interesa la paz y lo que debe hacer Santos es la exterminacion total.!Entonces habra paz…

Los comentarios están cerrados.