Pronóstico incierto

Por Danilo Arbilla
Miami, Estados Unidos

Que el clima ha cambiado, qué novedad. Incluso ha cambiado hasta en la economía. Por ejemplo, desde hace unos 15 años comenzaron a soplar unos fuertes vientos, casi desconocidos, que impulsaron hacia arriba los precios de las materias primas y uno de sus efectos fue poner en tela de juicio a la tan mentada teoría del deterioro de los términos del intercambio.

Otro de los efectos fue que gobernantes y ministros de economía de la región, en su mayoría neoprogresistas y populistas, comenzaron a pavonearse en foros internacionales como los nuevos magos de la economía ante el aplauso complaciente y la mirada embelesada de inversionistas y el empresariado universal ( que no se distrae en trivialidades principistas ni humanistas). Y si bien el viento a favor se mantiene, aunque algo ha amainado, han surgido inquietudes – entre otras a donde ha ido tanto plata- que están generando algunos vientos en contra.

El caso de Brasil puede ser un ejemplo. Seguramente José Dirceu, Jefe de Casa Civil ( Primer Ministro) en el primer Gobierno de Luiz Inácio Lula Da Silva y Jose Genoino Presidente del Partido de los Trabajadores, que fuera fundado por Lula y también ministro durante su gobierno, serán condenados, entre otros, por el caso del «mensalao».

Se trata de uno de los mayores casos de corrupción política en la historia de Brasil. (Es muy difícil que ellos dos no sean condenados, si no lo fueran el escándalo seria aun mayor). Dirceu quedará como el cabecilla de toda la trama. Pero para muchos, y para gran parte de la opinión publica es el numero dos, porque el numero uno fue Lula, de quien Dirceu era se mano derecha y su mejor amigo y como tal se portó asumiendo todas las culpas, se dice.

«Muchas de las negociaciones se realizaron en el despacho de Dirceu en Planalto , que estaba a metros del de Lula, al que José entraba y salía sin golpear, ¿ y Lula no estaba enterado, quien se lo va a creer?”,es lo que dicen.

Lula está fuera del juicio, pero su figura seguramente va a quedar lesionada. Es difícil que en estos tiempos el pueblo brasileño siga afiliado a aquella máxima de «Adhemar rouba mas faz».

Otro caso es el de la señora Cristina Fernández de Kirchner. Le fue muy mal en su visita por los Estados Unidos y peor en sus conferencias (o charlas) en Georgetown y Harvard. Se salió de madre. Comenzó bien, campeona, pero rápidamente quedó claro que le faltaba entrenamiento para enfrentarse a un auditorio no complaciente: no son los mismos jóvenes estudiantes, por muy simpáticos y hasta tímidos que sean, que los funcionarios en el Salón Blanco de la Casa Rosada.

Lo que se vio fue que la presidenta pierde rápidamente la elegancia, que su léxico no es muy fino y que está en contra de la libertad de expresión. Además se descolocó mucho cuando le preguntaron sobre el brutal enriquecimiento de ella y su marido desde que llegaron al gobierno. Quedó claro por qué no le gusta la prensa libre. Luego parece que se fue de compras ( y no a liquidaciones ni a “out lets”). Y al llegar a Argentina procedió a destituir, violando la Constitución, al presidente del único cuerpo de contralor del Estado que aún no tenía bajo su dominio. Pero no le está siendo fácil. Cada vez la brisa es menos suave.

Es un vientito con lluvia, que moja la tierra, afloja las raíces y eso explica de porqué a veces se caen árboles grandes que parecían que eran muy fuertes y nada los movía.

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