Elecciones chilenas

Por Joaquín Hernández
Guayaquil, Ecuador

La primera lectura de las elecciones municipales realizadas en Chile el domingo 28 de octubre pasado es la derrota del presidente Sebastián Piñera y de los partidos que conforman su Gobierno y el triunfo de la Concertación al arrebatarle alcaldías importantes como Providencia, Santiago, Concepción, Recoleta, Conchalí entre otras. Quizá lo más sonado fue la victoria de la socióloga Josefa Errázuriz en Providencia, candidata independiente, sobre Cristian Labbé, -defensor del Gobierno de Pinochet en público, – quien había sido alcalde de ese municipio capitalino durante 16 años. Errázuriz ganó por el 55,3% contra el 44,6 de Labbé, coronel en retiro del Ejército. La pérdida de la comuna de Providencia es enormemente significativa porque representa además el triunfo de los sectores sociales sobre las lógicas partidistas, aparte del duro golpe al pasado pinochetista.

Las cifras de los comicios son en apariencia elocuentes: la Alianza por Chile, la coalición de partidos que lidera el presidente Sebastián Piñera bajó de 144 alcaldías a 121. La Concertación en cambio pasó de 147 alcaldes a 168. Dos figuras aparecen inmediatamente beneficiadas para los comicios presidenciales del 2013: la ex presidenta Michelle Bachelet que sería candidata por la Concertación por una parte y por otra, el actual ministro de Defensa Andrés Allamand, que no habría sido perjudicado por la derrota.

Quien asumió el liderazgo de la campaña del gobierno y se perfilaba, en caso de resultar victoriosos, como sucesor de Piñera era Laurence Goldborne, actual ministro de Obras Públicas. La contundente derrota de la Alianza sepulta sus posibilidades presidenciales para el 2013.

Fueron sintomáticas las palabras de Andrés Allamand en La Moneda, pasadas las 22 horas, después de que el presidente comentara los resultados: La humildad es siempre importante, y cuando uno no lo es, se pagan las consecuencias. La corta frase de Allamand ha provocado fuertes reacciones en un momento en que se buscan las causas y los culpables de esta derrota.

Pero una lectura más atenta de los resultados no da lugar al optimismo por lo menos para los partidos de la Concertación ni permite vaticinios. El convidado de piedra de estas elecciones ha sido el alto porcentaje de personas que no participaron en los comicios, un 55% que prefirió quedarse en casa gracias a la existencia del voto voluntario. El abstencionismo es en sociedades democráticas, el mejor termómetro para medir la decepción de la ciudadanía ante el incumplimiento de las promesas, la insatisfacción por el presente y la poca credibilidad ante el futuro.

Lo sucedido en Chile por supuesto no tiene nada que ver con Venezuela donde un presidente de la república copa los medios de comunicación con total desventaja para su opositor. Implica además una ciudadanía madura capaz de abstenerse de la fiesta y un gobierno igualmente democrático que compite en igualdad de condiciones y acepta el veredicto popular. Nada que ver con las manipulaciones de otras partes de América Latina.

* El texto de Joaquín Hernández apareció publicado originalmente en el diario HOY.