El candidato Auki Tituaña

Por Marco Lara Guzmán
Quito, Ecuador

Era de esperarse. La postulación de Tituaña, como compañero de Guillermo Lasso no podía despertar sino algunas reacciones adversas, tanto por lo inesperado de la decisión, cuanto porque desarmó varios esquemas y quemó la pólvora de los contrincantes. Aunque no importa mi opinión, a mi me ha parecido bien y muy bien.

Auki Tituaña es un personaje de peso específico propio, al que nunca he conocido sino por sus obras y por la prensa. Debidamente preparado en lo intelectual, y mucho más que sus detractores, dispone de un ejercicio político de gran notoriedad. Quienes han condenado su nueva posición lo han hecho, no tanto por razones de peso doctrinario o de relevancia, sino porque han quedado descolocados y desconsolados, sin saber qué hacer y se han ido por lo inquisitorial, es decir por sancionarle, apartándole de las filas de Pachakutik, cosa que salía sobrando después de la aceptación de la postulación. Los dirigentes de esa agrupación han reclamado por una presunta deslealtad hacia la independencia de tales filas, pero nunca han dicho nada, cuando de entre sus adherentes han salido eficaces y disciplinadísimos ejecutores de la voluntad oficialista, varias de cuyas medidas han golpeado a Pachakutik y Conaie.

El primer aspecto de gran valía, tomado por Lasso y por Tituaña, ha sido la demostración de que la hora del país exige y exigirá de una formidable y amplia apertura de todos los sectores hacia la formación de una gran plataforma nacional incluyente, término de moda que encierra la renuncia, al menos pasajera, de egoísmos partidistas a favor de una concepción generosa para trabajar por una democracia libre y verdadera. Cuando la concepción política del oficialismo y de otros presuntos dueños de la verdad, es una irreconciliable división ciudadana que busca separar totalitariamente a buenos de malos, es indiscutiblemente buena una actitud unificadora y eficaz.

Por otra parte, la inclusión de Auki Tituaña en la fórmula del movimiento CREO, es una réplica muy válida e inteligente a las pretensiones de sus antagonistas que quisieran arrinconar a la candidatura de Guillermo Lasso en la esquina de la derecha. Dicha incorporación, junto con la de muchos y valiosos dirigentes del dentro izquierda, dejó sin piso el mencionado acorralamiento y que los adversarios sigan usando la cantaleta de pelucones y más calificativos similares.

Bien anda la candidatura de CREO. Es incluyente y no excluyente como la de quienes viven felices en sus pequeñas parcelas que no dan para vivir en el sentido electoral. Lanzó la propuesta de incrementar el bono a cincuenta dólares, a la que los generosos replicaron con mayores cantidades, dejando al oficialismo sin ningún protagonismo en la materia. Lasso responde con exacta contundencia los ataques, sin caer ni en afirmaciones grotescas ni en despropósitos ni exabruptos irritantes.

El oficialismo le ha vuelto centro de sus preocupaciones, lo cual significa reconocimiento implícito de que es la candidatura más fuerte que tiene al frente. Eso vale más de lo que se puede creer, es decir una casi segura entrada a la segunda vuelta.

* El texto de Marco Lara ha sido publicado originalmente en el diario HOY.

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