Democracia, toros y libertad

Por Luis Sánchez Calderon
Quito, Ecuador

Hoy no quiero hablar de toda la gente y dinero que mueve la fiesta brava, porque también lo hacen el sicariato y la delincuencia. Hoy, en plenas fiestas de Quito, no quiero nada más que ver una corrida de Ponce, Castella y El Juli en el coso de Iñaquito. Hoy quiero sentir esa emoción de hacer filas, lograr deslizarse por las puertas de ingreso antes de que salga el primer toro, pasar por debajo de los graderíos y súbitamente ver 15 000 almas esperando que inicie el paseíllo. 15 000 almas que no se odian por preferir distintos tipos de toreo, que se estremecen y no se alegran si algún matador es alcanzado por el pitón de un toro y provenientes de todo el Ecuador, Colombia, Perú, México y España. Pero no se puede, porque desde el 2011 nada fue igual y eso trajo como consecuencia el abandono de los espectáculos taurinos en Quito este año.

Todo comienza en el 2006, cuando asume el poder un presidente apoyado por varias personalidades de la afición taurina: algunos ministros, el mismo vicepresidente, el actual fiscal, entre otros. No parecía que en un país con gran inestabilidad política alguien se iba a atrever a perder tantos votos y menos si algunos de sus colaboradores cercanos eran taurinos.

El acoso comienza en el 2008 cuando el Conartel prohíbe difundir corridas de toros en horario familiar por “considerarlos violentos”. ¡Qué insensatez! Cuatro burócratas imponen lo que les gusta o no ver a 14 millones de ecuatorianos, sin un estudio, sin nada que respalde lo que dicen, cuatro burócratas que probablemente nunca hayan ido a una plaza de toros y peor visto una corrida por televisión. El mismo año salen de programación ‘Los Simpsons’ y ‘Dragon Ball Z’ por la misma razón, pero poco tiempo después la medida deja de aplicar para las dos series de dibujos animados. Claro, quitaba más votos que los toros.

Parecía que iba a ser el único acoso, y se aceptó a regañadientes.  A partir de entonces, para ver el resumen de la corrida había que quedarse despierto un poco más. No les bastó. En el 2009, la Defensoría del Pueblo prohíbe la entrada a menores de 12 años a espectáculos taurinos. Qué ironía: la “Defensoría del Pueblo”, aduciendo que son un grupo de atención prioritaria y que los toros son violentos. Igual, sin un estudio, sin nada técnico, solo mediante el criterio de otro “iluminado” burócrata y de hecho con un estudio que demuestra todo lo contrario:

Hace algunos años, se realizó un informe debidamente documentado científicamente por cuatro equipos independientes en los campos de la psicología, sociología y psiquiatría, a los cuales se les exigió independencia, muestra amplia, métodos rigurosos y replicables. Este estudio, “Posibles repercusiones psicológicas de las corridas de toros en niños menores”, tras un estricto análisis de la información obtenida, concluyó con el siguiente resumen:
“Con los datos actualmente disponibles, no se puede considerar como peligrosa la contemplación de espectáculos taurinos por menores de 14 años, cuando se trata de niños psicológicamente sanos y que acuden a estos festejos de forma esporádica, voluntariamente y acompañados de adultos que tiene actitudes positivas ante las corridas de toros. No debe olvidarse que los niños que acuden a las corridas de toros, al ser llevados por unos padres o adultos que pagan por ello, constituyen una muestra autoseleccionada procedente  de un entorno social en donde las corridas de toros estén fuertemente respaldadas socialmente.

No hay bases suficientes para sustentar científicamente una medida como la prohibición de entrada de los menores de 14 años en las plazas de toros.”1

Gravísimo porque en toda actividad humana que se transmite de generación a generación no existe nada peor que tratar de cortar el círculo. En este punto los verdaderos taurinos dejaron de apoyar a un gobierno que en el campo de la tauromaquia emitía prohibiciones fascistas (fascistas en el sentido de impuestas sin más fundamento que el “buen” criterio de una persona o un grupo de personas). De estas dos prohibiciones se revela algo: el inmenso poder del Ejecutivo luego de la aprobación de la Constitución en septiembre del 2008, para imponer vía decreto lo que organismos estatales supuestamente independientes digan que dice la Constitución, sin pasar por la Asamblea Nacional. También cabe mencionar que desde que Barrera asume la Alcaldía de Quito, las calles aledañas a la plaza de toros ya no permanecían cerradas el tránsito vehicular, un verdadero crimen considerando la tasa de muertes por accidentes de tránsito en Ecuador.

Ya se esperaba lo peor después de estos dos ataques. La situación se agravó cuando se prohibieron los toros en Cataluña en el verano del 2010. Ya tenían una perfecta excusa para hacer lo mismo en la Asamblea y con tintes “democráticos”. Pero el problema va más allá, en estos últimos días se dice que la Feria de Quito se suspendió y que se “mire quiénes son los dueños”, que lo hicieron por fines políticos, ¿por qué no se hizo lo mismo en la consulta popular?, ver quién la planteó y quiénes eran los empresarios. En efecto, si se conoce quiénes eran los empresarios parecería que las preguntas 3, 8 y 9 de la consulta del 2011 son en contra de una sola familia del Ecuador.

En enero del 2011 se lanza una Consulta que es votada en mayo del mismo año. La pregunta contra la tauromaquia decía “¿Está usted de acuerdo que en el cantón de su domicilio se prohíban los espectáculos que tengan como finalidad dar muerte al animal?”. En ella se ve ignorancia porque primero la tauromaquia no tiene como finalidad dar muerte al animal (porque no es el fin con que o por qué se lleva a cabo una corrida) y segundo porque las peleas de gallos no estaban incluidas (y deberían haberlo estado bajo lo que se define como finalidad según la consulta).

Más allá de ver los resultados en Quito, en donde por cierto el “Sí” superó apenas con decimales porcentuales la mitad del total de electores del cantón, es necesario entender por qué la consulta era de lo más ridícula y contradictoria. Es ridícula y contradictoria porque no se impone a nivel nacional sino cantonal. Fue hecha de esta manera para que la gente de unos cantones no juzgue las prácticas de otro cantón sin entenderlas. Pero ¿por qué se hizo a nivel cantonal?, por qué no parroquial o barrial o incluso por qué no a nivel familiar o individual. Acaso alguien en el sur de Quito tiene derecho a imponerle a alguien de Nanegalito (también cantón Quito) qué va a ver en el cine o qué no puede comer. Es más, ¿un vecino puede obligar a sus otros vecinos a que no vean algo que no le gusta a él? ¿Qué es lo que hace que la mitad más uno pueda hacer lo que le dé la gana y la mitad menos uno, no? Votar puede ser la forma más pacífica de elegir una autoridad pero es una idiotez si se trata de determinar qué está bien y qué está mal a través de votos. ¿Además, qué hace que la Constitución dé derechos a la “Pacha Mama” (una aberración jurídica) en Quito pero no en Machachi? ¿Por qué no se hizo una consulta para prohibir a los Diabluma que se junten porque “generan violencia”? El acoso fue tal que en la consulta popular la Unión de Toreros del Ecuador no pudo hacer campaña porque no eran una “organización política”. ¿Adivinen quién pudo? Sí, exactamente, los amigos de Diabluma calificados por el propio presidente de “jóvenes valientes”. Para terminar, una reflexión: Pilatos tuvo la misma culpa de que se condene a Jesucristo en vez de a Barrabás que los que querían crucificar a Jesucristo, solo que Pilatos fue un cobarde.

Este es el clima de injusticias y verdadera persecución a los taurinos desde el 2008. Una persecución que espero que se acabe pronto. Una persecución que ha sido, es y será contra cualquier otro grupo de gente que no piense o no haga lo que hace la mayoría. Espero y tengo la seguridad de que los toros volverán a la Monumental de Iñaquito en un día no muy lejano, cuando la libertad esté por encima de caprichos de la mayoría. Hasta mientras a salir a las calles, a protestar y a hacerse escuchar.

  1. Los toros también son para los niños. Cultoro.com

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17 Comments

  1. Nadie ha prohibido la corrida de toros en las ferias de Quito. Incluso, el año pasado hubo las sangrientas corridas. Sin embargo, no fue casi NADIE. Eso es una tendencia planetaria. Las sociedades evolucionan y se van dando cuenta que hay cosas que están desfasadas (en este caso salvajismo cavernario). La propia España es antitaurina. A la mayoría de los ecuatorianos no nos gusta que un desquiciado salga con una espada y que por diversión le propine puñaladas a un animal. Eso es un acto salvaje de la época de Calígula. A mí me pareció acertada la decisión de haber sacado de la tele esa injusta y violenta masacre sin sentido. Asimismo, MUCHOS PADRES aplaudieron la medida de no permitir menores de edad en las plazas de toros del Ecuador.

    • Los ecuatorianos votaron mayoritariamente por Abdala, Lucio, Mahuad, Correa, los alemanes votaban MASIVAMENTE por Hitler, los americanos eligieron DOS VECES a Bush, ESO solo como para ILUSTRARTE de que ser «mayoria» no necesariamente implica sabiduria. Y eso en el supuesto NO CONSENTIDO bajo el cual ustedes indigentes intelectuales se apoyan de que son «mayoria» en lo que les acomode.

      OK, INSIGNIFICANT HUMAN CARPET?

      • Esa es la verdad Fernando, la disminución de la pobreza que tanto habla el mitomano va de la mano con el aumento de los beneficiarios del bono. Entonces, según el mitomano, a mayor cantidad de beneficiarios del bono que viven con 30 dólares es menor la pobreza del país, y esa gran cantidad de personas que no contribuye al desarrollo del país es la que no reflexiona el voto. Además este boris habla de justicia el hecho de haber sacado de la tele esa injusta y violenta masacre llamada feria taurina, yo considero que también debe sacarse de la tele esa sátira, violenta, injuriosa, hipócrita y vil cadena o programa llamado enlace ciudadano, con el que se ofende a cualquier persona a nivel nacional, con el que se acaba y se denigra el buen nombre de cualquier persona, con el que se insulta a cualquier persona que piensa diferente o más bien dicho que piensa correctamente y no se calla.

    • Seguramente algún revolucionario, al que le contó otro revolucionario, a quien se lo dijo el primo lejano de una amigo de un amigo suyo, le dijo que no fue casi nadie, equivocado, yo fui a las corridas el año pasado, como desde hace 50 años, y si bien no estaban llenas hasta la bandera, en muchos casos se llenó el 90% de la plaza, aún cuando no había la muerte del toro en el ruedo, no invente, no mienta, no siga la línea de su jefe, el «llulla» como lo denominó la señora Tibán.

      ¿La propia España es antitaurina? Nada mas alejado de la verdad, la única comunidad que lo ha prohibido es Cataluña, medida que está en estudio para ser revertida, y lo hicieron por un sentimiento «nacionalista» por desligarse de España y de sus constumbres, hecho que se ha demostrado en los últimos meses con las manifestaciones pro-secesión que se dieron de bruces en las urnas cuando la mayoría de catalanes votaron contra tal iniciativa, y ustedes, acostumbrados a la oclocracia deberían saber que no es no. Tan taurina es, que cuando se integró a la UE, dado que esa mancomunidad tiene leyes muy estrictas respecto al maltrato animal, tuvo que hacer excepción en el caso de España, Portugal y Francia, porque reconocieron que las corridas formaban parte del ser nacional.

      La culta Francia, cuna de grandes pensadores, ha decretado como Patrimonio Inmaterial a las corridas de toros desde hace dos años, porque reconoce la importancia que en la formación del acervo cultural francés tiene ese espectáculo.

      La educación de los menores de edad está en manos de sus mentores, de quien ejerce la patria potestad, no de una decisión de un juez de segunda, seguramente tomada a la sombra del miedo a ser echado de su puesto, en el caso de mis hijos, solamente a uno le gustan las corridas de toros, a los otros no, no les obligo, llevo a quien si le gustan.

      Las corridas están prohibidas, no dar muerte al toro, la suerte suprema, es lo que remata la faena, ese es el fin del animal, que de paso es una propiedad, es su dueño quien decide como, cuando y donde debe morir, no usted, ni el gobierno ni los abortistas de Diabluma, sino su dueño. Adicional a esto el fastidio al que somenten a quienes vamos a una corrida, revisarlo que uno lleva, eso se llama acoso, Yo me mantengo solo, no necesito, como los Diabluma, de papá estado que me mantenga, ni de mamá estado que me diga lo que debo o no hacer, soy un adulto, un hombre libre y yo decido por mi mismo, cosa que los serviles a la revolución desconocen, pues están a órdenes de quien los alimenta.

      Como apunta el articulista, muchas de las acciones del gobierno han sido destinadas contra una sola familia, las leyes con dedicatoria (los bancos no pueden tener esto, ni lo otro, ni lo otro), las limitaciones a las tarjetas de crédito, aparte del asunto de los toros y la reciente ley anti-banca, todo en contra de una familia cuyo crimen es ser exitosos.

      Personalmente no me gustan las peleas de gallos, el ver a los animales como se destrozan no es de mi agrado, pero respeto a quienes gustan de tal espectáculo, mi mujer por poner un ejemplo es muy aficionada, le llevo a la gallera, pero yo no entro. Este espectáculo, sobre todo en el campo costeño, muchas veces es auspiciado y alentado por ricos hacendados para diversión de sus trabajadores, ¿si me lee? por RICOS HACENDADOS, dos palabras que ustedes odian, RICOS y HACENDADOS, ¿porqué no van un dia a mi tierra, Manabí, y se ponen en una gallera a pontificar sobre los derechos animales y la prohibición de muerte de ellos en espectáculos?, porque el 90% de los gallos no sale vivo de una pelea, o queda tan mal herido que su dueño tiene que torcerle el pescuezo delante de todos los asistentes. Les desafío, vayan allá y al regreso me cuentan que tal les fue, veamos que tal les tratan allá con sus ideas progresistas.

      Mala cosa es la envidia, dijo el filósofo, mas cuando esta proviene de quien supuestamente guia los destinos de un país, y de ella se hacen eco otros envidiosos y amargados que nunca han producido nada, ni creado un empleo ni generado riqueza, sino que viven solamente de la esperanza de apropiarse de «lo que otros han robado» (Galeano dixit) en su propio beneficio.

      Al poner tantos tapujos a las corridas de toros, que siempre fue el punto central de la fiestas decembrinas, las han matado, no sé si usted vivirá en nuestra hermosa capital, pero nunca en mis casi 60 años he visto unas fiestas tan apagadas, sin brillo y desabridas, por mas que el servil, e inútil, alcalde APe de la ciudad quiera demostrar lo contrario.

      Me he tomado la molestia de contestarle, no porque su opinión valga la pena, sino porque está basada en falacias, como mucho del pensamiento y las acciones del actual gobierno y sus acólitos, no espero respuesta, ni siquiera la leeré.

    • jajajJjaj………quito es taurino de siempre asi te arda mono troll……..mas tarde que temprano tienen que largarse toda la jorga de monos rosas que nos gobiernan…………viva quito robolucionarios de pacotilla……….

  2. La persecución no es solamente a los taurinos; es a todos lo quiteños.
    Lo que pretenden es imponernos sus complejos y sus miserias; lo que quieren es:

    EL QUITO «IMPUESTO».
    (Cuento «corto»)…. y de nunca acabar. ¿o sí?

    Soy quiteño, nacido en Quito, a diferencia de la gran mayoría de quiteños; de madre quiteña y taita chagra, como la gran mayoría de quiteños y aunque comparto el mismo frío, no vivo en Quito, al contrario de la gran mayoría de quiteños. Eso al menos por ahora.

    Sí, crecí en Quito, me refiero al franciscano, el de la paz y tranquilidad imperante y nunca aburrida, que fue tan importante para que nuestros padres nos inculquen, nos induzcan; mejor dicho nos «impongan» buenos modales y la valiosa costumbre del respeto por todos y hacia todo; claro está, en ocasiones, gracias a alguna «impuesta» peregrinación con propósito de enmienda frente al cuadro del infierno, allá; en la Compañía de Jesús.

    Cómo olvidar los coches de madera, los trompos y los trompones; las caminatas de regreso a casa una vez burlado el transporte de la escuela, el cálido sol, la lluvia intensa, la espantosa granizada que empapaba los zapatos nuevos ya abollados por patear las piedras mientras no entendíamos porqué el inoportuno San Francisco nos chorreaba el Cordonazo en pleno veranillo de las almas a las que encomendábamos no llegue nunca la zamarreada que nos iban a «imponer».

    Que antojos me produce recordar el mote con fritada, el chulpi con chochos, la tripa mishqui, aplanchados, quesadillas y moncaibas; colaciones y hasta higos con queso, que nos embutíamos luego de la excursión a la quebrada o del partido de fútbol en la calle cuando nos «imponían» una tremenda goleada los de la jorga rival; esos, los longos del barrio de al frente.

    Que recuerdos gratos al salir del colegio; un poco antes de acabar clases claro está, revoloteando por algún colegio femenino, galanteando, cortejando, decepcionándonos de nuestro ineficaz arte en la difícil conquista amorosa a las quiteñas; meditando en la excusa por llegar tarde a casa, ya en la puerta de un museo, ya en la biblioteca y a veces en veloz huida «impuesta» por el boletero del Variedades o del Fénix.

    Que reminiscencia inexplicable, la tienda de las esquina que daba posada al rasgar destemplado de una guitarra, el licor encubierto y el humo de un cigarrillo pasado por todas las bocas enmascarando el gimoteo nervioso del amigo entrañable, del hermano eterno; sin palabras, dubitando entre temores y alegrías, balbuceando sus resquemores y dudas por el próximo suceso, por la responsabilidad ineludible e impostergable por haber «impuesto» todo el germen de su amor a la novia amada tras el baile de graduación.

    Recuerdos tan cercanos de correteos y carajazos de los chapas que nos prodigaban los insultos más recónditos por las pedradas ofrecidas por la desbandada juvenil; revolucionaria, rebelde, con causa o sin ella las más de las veces; en formación, analítica, reflexiva, superior, inconsciente, solidaria, soñadora y contraria a toda «imposición» fuera esta necesaria o no; repelida a fuerza de gases, que se aplacaban con un cigarrillo y un pectol, pues había que tener la boca fresca porque en casa esperaba el arroz de cebada. Seguro que era un día lunes.

    Que decir ahora de esa nebulosa que cubría la inexperiencia criticada severamente de un momento a otro por ese ajeno en nuestra vida que se volvió de pronto tan importante; todo él, taurino, muy serio, de cara arrugada, pelo templado y terno impecable; desbordante de preguntas y sin ofrecer nunca una respuesta, tan lleno de números y reuniones importantes, siempre con la sonrisa forzada y al que se le debía extremo respeto por su inagotable sabiduría a pesar que bien nos diéramos cuenta que en realidad no sabía mucho; pero que era mucho pues con él llegaba la paga para acumularnos de experiencia y subir atropelladamente los escalones de un ascenso con la precaución extrema de no errar nunca para evitar se nos «imponga» alguna desagradable sanción.

    Ese fue el Quito que dejé en el tiempo, el que viví y el que vivo de vez en vez, al que regreso siempre porque nunca me fui; en el que está la vida, la familia y los amigos, los muertos amados y los amores muertos sepultados en el recuerdo; donde están los aciertos y los errores, donde caminaba libre; donde se decía todo sin callar nada, donde las «imposiciones» eran las necesarias, las oportunas, las justas; las que se revertían para el beneficio de todos y no para beneficiarse de todos.

    Ese Quito, que amaneció un día con la euforia de esta revolución que abusiva se adueñó de su primer grito; que ahora silencia, exprime y discrimina a todos los quiteños; los de nacimiento y los que no lo son.

    Imposiciones, tarifas, tasas, aportes, contribuciones, patentes, multas; ¡uff!, en fin, lo que sea, impuestos para nosotros; los quiteños, por ser diferentes, por vivir en la altura, por tener historia, por hacer la historia, por vivirla, por lucharla y aguantarla durante el paso de generaciones.

    Impuestos para los quiteños, por ser ellos, para que duerman en el portal de los colegios sin poder hacerse de un cupo para el estudio de sus hijos; para que no tengan salud a pesar de haber contribuido con toda una vida llena de impuestos.

    Impuestos, para que las calles sean un gigantesco bazar lleno de informales y desempleados que no les alcanza para pagar impuestos.

    Impuestos, para que la justicia esté a orden y capricho de quien mal administra los impuestos y que los delincuentes hagan de las suyas y que si se los pilla vayan cómodos y seguros en la cabina del patrullero; no me refiero a los que lo conducen que de hecho también se los paga con impuestos.

    Impuestos, para que se prodigue un trato respetuoso y considerado al narcotraficante y al violador y más aún a sus hijos; para que los terroristas asaltantes y criminales sean santificados y de paso se levante un monumento en su honor a costa de impuestos.

    Impuestos, para que la «brutalidad y estupidez» cumpla al pie de la letra las órdenes impuestas comprando incluso voluntades solventadas con impuestos.

    Impuestos para la corrupción, para las dietas, para los viáticos, verbenas, cantadas y comidas de “las y los” revolucionarios; para sus sueldos, bonificaciones, compensaciones, premios y comisiones; para que paguen sus cuentas, sus vacaciones y sus impuestos; que los deberían pagar doble, porque ellos mismo ya son un caro y desagradable impuesto.

    Impuestos, para que las calles sean un cúmulo interminable de basura y de baches; de buses hediondos, donde se nos restringe la circulación impuesta con el pico y placa sin que nos entreguen las placas porque de seguro ya no alcanzan los impuestos.

    Impuestos, para que nos incomoden en nuestras calles con el ulular de las sirenas al paso lujoso de los “importantísimos” y veloces cortejos revolucionarios que atropellan y matan, que son bien custodiados todo el tiempo y en abundancia, pagados con impuestos de los quiteños que nos debatimos aterrados entre la delincuencia común, la organizada y la revolucionaria.

    Impuestos por la luz, por el aire, por el fuego y por la tierra; por el agua que se bebe y la que se deja correr; por la seguridad que no hay, por la basura que no se recoge, por el rodaje que no se permite; impuestos por dar trabajo, por producir y por trabajar.

    Impuestos por la sonrisa y amabilidad, por las renegociaciones y primeras piedras, por el endeudamiento y por los chinos; por los larguísimos y únicos puentes festivos, por las brigadas solidarias de ciudadanos universales de libre movilidad que se alojan, asaltan y trafican en Quito, por el canto a la vida, por la altivez y soberanía, por la calidad y calidez, por el orgullo de no ser machista. ¿¡Y qué más!?

    Impuestos por la bici, por el primo y por el toro; por el carro nuevo, por la virginal honra y por el humo que nos hace llorar; por el aeropuerto, por las vías que no están y hasta por el colibrí; por las insignificancias, por los honestos y por «S» que le sigue al veinte y nueve del que no se puede hablar.

    Impuestos por el rescate y la costosa publicidad, por el asilo y hasta por prestar a los que se van; por los uniformes raídos y por los chalecos que no van; por el metro, por la valija, por el premio Nobel, por los negociados y por todo lo demás.

    Impuestos a los quiteños, por estar prohibidos de olvidar, por resistir el menor análisis, por la complicidad, por el silencio; por diferir revelarse al abuso, al engaño, al insulto; a la amenaza que pretende callar voces, adoctrinar la educación y pisotear nuestras libertades y derechos.

    Impuestos de Quito, que siempre lo hacemos porque siempre lo queremos.

    Impuestos en Quito, a Quito, por el país y para la alianza; para el bono, para la tarima, para que éste se «ree»-luzca, para que éste quede bien; impuestos para el «economista».

    Impuestos por todo, por el «cambio», por el «progreso», por el proyecto político, por la revolución………..

    ¡Impuestos por pendejos!

    Por un Quito LIBRE, sin ninguna barrera que lo detenga ni correa que lo estrangule; todos al cacerolazo quiteño.

    6 de diciembre, 4:30 pm., Plaza Foch.

  3. El pueblo de Quito…..ese pueblo que piensa, dijo NO a los toros en a consulta popular….y dijo SI a Rafael Correa en toda la consulta….y va a decir Si a Rafael Correa en las proximas elecciones…..

  4. ¡Cuantas palabras tuvo que utilizar Luis Sánchez Calderón para tratar de hacer ver un asesinato en algo «poético»!. «…y 15,000 almas celebrando…».

    Es muy simple: la tauromaquia es un acto de tortura para espectadores atrapados en el medievo.

    «Libertades» está claro que el mundo taurino, además de utópico, no tiene idea de lo que piensa y por qué piensa lo que «piensa»… no distinguen entre «Libertad» y «Libertinaje», si nos apegáramos a la ideología retorcida de los taurómacos, simplemente y con las percepciones de «libertad» putrefactas, deberíamos «respetar» las «libertades» de los pedófilos por su gusto de victimar a un infante y al mundo «underground» de videos SNUFF por su gusto y «libertad» de grabar torturas y asesinatos MUY similares al de la tauromaquia aplicada a humanos y cuyo mercado como dice el autor de semejante publicación también genera millones de dólares a nivel mundial.

    Lo único acertivo del autor es su inicio: «Hoy no quiero hablar de toda la gente y dinero que mueve la fiesta brava, porque también lo hacen el sicariato y la delincuencia»…

    Aplaudo a Ecuador por este paso evolutivo que no daña libertades sino libertinajes medievales.

  5. CREER QUE LA LIBERTA QUITEÑA SE BASA EN LAS CORRIDAS DE TOROS DONDE 30.000 PERSONAS SE UNEN A VER MASACRAR A UN ANIMAL, PERO ESTA PROHIBICIÓN DE MATAR AL TORO LA DECIDIÓ EL PUEBLO QUITEÑO, LA MITAD MAS UNOS EN LAS URNAS, DONDE ESTÁN LO DEMÓCRATAS.

    LOS MEDIOS DE COMUNCACION .COMO SIEMPRE Y UITILIZANDO LA TELEPATÍA ENTRE ELLOS REALIZAN SUS REPORTAJES “IMPARCIALES” CLARO PARA HACER SU PARTE EN ESTA MANIPULACIÓN Y ES ASI COMO OIMOS A ROSERO DICIENDO QUE ESTAN DESANIMADOS PORQUE NO HAY CORRIDA DE TOROS , LOS DOS MILLONES DE QUITEÑOS SON IDIOTAS Y PASARAN DESANIMADOS POR ESTE ASUNTO. FELIX NARVAEZ DICE QUE LOS COMERCIOS ALREDEDOR DE LA PLAZA QUEBRARAN POR LOS TOROS,OSEA QUE ESTOS NEGOCIOS VIVEN TODO EL AÑO DE LOS DIAS DE CORRIDAS MENTIROSO,TELEAMAZONAS QUE YA LAS CHIVAS NO HACEN SU RECORRIDO PORQUE LOS TOROS SE FUERON, QUE DIRÁN DESPUÉS QUE LOS PARLARES SE DAÑARON O QUE QUITEÑOS SON TONTOS PORQUE NO LES GUSTA LOS TOROS , PURA Y SIMPLE TONTERÍA, OJALA QUE EL PROXIMO AÑO NO VUELVA EL SEÑOR EGAS Y DIGA QUE ABRIRÁ LA PLAZA DE TOROS PORQUE LE DA LA REGALADAGANA AHÍ COMPRENDEREMOS QUE ESTO FUE UN ASUNTO POLÍTICO ASÍ FUNCIONA ESTA GENTE , ESPERO QUE ESTE EVENTO DONDE SE DESARROLLA EN ESTOS DIAS SE QUEDE RECLUIDO PARA SIEMPRE EN ESA PLAZA SUCIA Y APESTILENTA

    VIVA QUITO
    CARAJO EL PAIS ES OTRO,

    POR ULTIMO UNA RECOMENDACIÓN CAMBIE DE FOTO PARA QUE
    PARESCA A ESOS TOREROS MACHOS QUE TANTO ADMIRA

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