Réplicas electorales

Por Joaquín Hernández
Guayaquil, Ecuador

Uno de los escenarios probables después de la victoria del presidente Chávez en las elecciones presidenciales era el triunfo mayoritario de sus candidatos en las elecciones de gobernadores que se celebraron en Venezuela el pasado domingo 16 de diciembre. Una de las razones era el peso de la derrota de la oposición centrada en la figura de Henrique Capriles en muchos de los estados en donde se suponía tendría un porcentaje de votos significativo a su favor.

Hasta ahora no ha quedado muy claro cuánto tuvo que ver en la derrota las típicas divisiones internas de una oposición recién unificada en torno a la figura de un solo candidato. Producidas las elecciones presidenciales, los descontentos dentro la oposición comenzaron a aflorar. No faltó el analista político que criticó la «ingenuidad» de la oposición al participar en comicios donde la maquinaria oficial tenía el control mayoritario de medios y de espacios públicos. Por supuesto, este tipo de críticas debieron haber sido hechas en su momento, -antes de las elecciones, – y con una clara alternativa de lo que habría que hacer en su lugar más un balance de lo que significaría no haber participado. Todo ello sin dejar de reconocer el respetable número de 6 000 000 aproximadamente que votaron por Capriles.

El otro punto que tenía en consideración el escenario señalado era el desánimo y el sentimiento de fracaso de muchos de los votantes por Capriles que se expresaría en forma de ausentismo en los comicios de ayer.

Aunque no se tienen cifras oficiales todavía, se supone que se habría producido un porcentaje cercano al 50% de ausentismo, explicable aunque no justificable desde una lógica de oposición. La hipótesis es que este ausentismo se habría producido mayoritariamente en los sectores de la oposición y sería parte de la explicación de haber perdido el control de cinco de los ocho estados que controlaba hasta la fecha, incluido el importante estado petrolero del Zulia.

En todo caso, el ausentismo como expresión de desánimo no ayuda nada a una oposición que tiene que hacer las veces de un David debilitado por las propias dudas frente a un Goliat aparentemente invulnerable.

Es posible que el agravamiento de la enfermedad del presidente haya tenido que ver en lo que se podría llamar un voto de solidaridad.

También que los líderes del Partido Socialista Unido de Venezuela del Presidente se hayan empleado más que nunca a fondo para asegurar la continuidad de lo que ellos llaman el proyecto.

De nuevo, el destino de Venezuela se avizora a mediano plazo. ¿Podrá el gobierno del PSUV evitar una inminente devaluación del bolívar aparte de la creación de nuevas medidas impositivas? ¿Podrá traspasarse la eficacia de la maquinaria electoralista a la reconstrucción de la obra pública venezolana? ¿El mayoritario sí al partido del presidente se traducirá en políticas y medidas para disminuir la inseguridad, tema sensible para el electorado? La respuesta está en el mediano plazo, en el grupo dirigente de la Venezuela actual más allá de la ausencia de Chávez.

* El texto de Joaquín Hernández ha sido publicado originalmente en el diario HOY.

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