Cuba, el poder del mito

Eduardo Ponce Vivanco
Lima, Perú

La política exterior es la herramienta que ha permitido la sobrevivencia del castrismo en Cuba, cuyo esperpento económico habría pulverizado a cualquier país desprovisto de la siniestra habilidad de Fidel para exprimir las oportunidades de la coyuntura internacional. Aunque aborrecible, es un mérito “técnico” haber conseguido un grado de influencia tan absurdamente desproporcionado en América Latina, y fuera de ella. Paradoja ridícula porque, a pesar de la indignante opresión y el empobrecimiento de los sacrificados cubanos, los gobiernos temen ser “políticamente incorrectos” si critican esa revolución tiránica y destructiva, pero transubstanciada por la propaganda, y maquiavélicamente convertida en símbolo de resistencia en la trillada “lucha contra el imperialismo”. Ese impresionante contraste entre el desastre interno y la eficacia de la gestión externa es un éxito malévolo de la política exterior y los mecanismos de inteligencia castristas, potenciados por una propaganda que el mismo Goebbels habría envidiado.

Del intento pueril de negociar un “nuevo orden económico internacional” en los 70, las izquierdas pasaron al “multilateralismo” (las decisiones se toman con el consenso de todos los Estados; es decir, no se toman). Siguen empeñadas en la militante caricaturización del “neoliberalismo” y el libre mercado, a los que satanizan para bloquear sus beneficios económicos y su probado potencial democratizador. Han acuñado relatos deformantes y letanías que recitan en los foros políticos de la ONU hasta condenarla a la irrelevancia, y convertirla en una fábrica de resoluciones retóricas que la marginan de los problemas mundiales decisivos.

Cuba invierte un enorme esfuerzo en preservar el obsoleto Movimiento de los No Alineados, una reliquia de la Guerra Fría que, gracias a la negligente flojera diplomática del Tercer Mundo, sirve a La Habana para agudizar contradicciones, avanzar sus posiciones y manipular a una vasta mayoría de miembros de las NN.UU. contra el Occidente “imperialista”, la democracia representativa y el Estado de Derecho. Cuba y otras notorias dictaduras utilizan los derechos humanos sea para neutralizar intervenciones urgentes, como en Siria, o para promoverlas y apoyarlas, como en Honduras y Paraguay. El juego es proteger y apoyar a los regímenes tiránicos, teocráticos o socialistas que comparten sus objetivos. Influido siempre por Cuba, el No Alineamiento asume posiciones que no resisten el menor análisis. Sin embargo, son aceptadas con ligereza por esa mayoría silenciosa de la ONU con la que votan los países que necesitan su respaldo para ser elegidos en cargos vistosos, que luego presentan como muestras de un “reconocimiento internacional” inexistente. Un chantaje infantil.

Haber inducido a la creación de un foro como el CELAC, que defiende la democracia pero acepta ser representado por una dictadura tan longeva, es un triunfo resonante que Cuba comparte con el hegemónico Brasil, y con Venezuela, Argentina, el ALBA y los beneficiarios de las dádivas de Petrocaribe. De las mismas proporciones es la vergonzante derrota de la dignidad en América Latina, cuya demostración de pusilanimidad y cinismo será una merecida causa de desprestigio. Un desprestigio que comparten, farisaicamente, los miembros de la Unión Europea, tan políticamente correctos.

Inconsistencias de este calibre entre la prédica y la acción socavan la integridad político-moral con que Occidente debería defender y promover los valores de su civilización en el conflictivo panorama mundial que perfilan los poderosos desafíos de un Oriente pujante, populoso e irritable, donde países globalmente gravitantes –y con capacidad nuclear– no comparten valores tan fundamentales como la libertad.

Con sus inevitables defectos, el sistema democrático es el que mejor encarna la libertad política. Todavía.

* Eduardo Ponce Vivanco es diplomático peruano. Su texto ha sido publicado originalmente por ABC Color, de Paraguay.

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9 Comments

  1. La admiración de Chávez por los sátrapas
    del mundo se ha exacerbado a medida que se acrecienta su obsesión por seguir en
    el poder a costa de lo que sea.

    Esa fascinación viene acompañada de un
    proceso imitativo que se ha hecho ostensible al conocer detalles de la crisis
    que conduce a la inevitable caída del genocida Gadafi. Para deshonra del
    Libertador y vergüenza de los venezolanos, la espada de Bolívar no camina por la
    senda de la liberación de los pueblos, sino a favor de los tiranos que los
    sojuzgan. Que sólo Venezuela, Nicaragua y Fidel hayan protestado las decisiones
    unánimes de la ONU contra el asesino Gadafi habla de cuán lejos está Chávez de
    los acuerdos internacionales que está obligado a respetar. La réplica de la
    espada del Libertador está hoy en
    manos del genocida Gadafi, del saqueador Mugabe, del fraudulento presidente de
    Bielorrusia, a quien Chávez le envía todo el petróleo liviano que producimos
    casi regalado, que luego el dictador vende al alto precio del mercado
    internacional. No hablemos del asesino Fidel Castro a quien más que la espada de
    Bolívar, Chávez le está regalando Venezuela, incluidos los cien mil barriles
    diarios de petróleo del que no ha pagado la primera factura.

    Hace días
    Chávez desgranaba una lista de dictadores a los que admira e imita: Velasco
    Alvarado (fallecido dictador peruano), Robert Mugabe ( con 31 años en el poder
    de Zimbabwe), Omar El Bashir, 22 años presidiendo Sudán y genocida listo para
    habitar las mazmorras de la Corte Penal Internacional; Alí Saleh, de Yemen, con
    21 años en el poder y a quien las protestas impidieron “coronar” a su hijo, y el
    “pana” Lukashenko, 21 años en Bielorrusia y toda la oposición en la cárcel.
    Otras veces ha citado a Kim II, de Corea del Norte, ahíto de armamento nuclear,
    a quien sucedió en el “trono” su hijo y ahora su nieto, mientras el pueblo es
    pasto de la miseria .O a Teodoro Obiang, de Guinea Ecuatorial, con 32 años al
    mando y cuyo hijo se acaba de comprar el segundo yate más caro del
    mundo.

    De los “panas” con prontuario sangriento, tres son los de su
    fanática preferencia: 1) Fidel Castro, su mentor, el más influyente y de cuya
    asesoría y órdenes depende; 2) Ahmadineyad, presidente de Irán, país con un
    fanatismo religioso y político que lo define como una nación forajida y cuya
    delictiva relación nos coloca al borde de sanciones internacionales, y 3) el
    genocida Gadafi, del que la crisis libia ha evidenciado cuán intensa es la
    identificación de Chávez con el “Libro Verde”, la copia al carbón de “los
    consejos populares” (aquí “comunas”), la supresión de los militares y sus
    sustitución por milicias armadas (incluidos mercenarios) y otros mecanismos para
    eternizarse en el poder. La “mediación” ofrecida por Chávez para buscar la “paz”
    en Libia no es otra cosa que un fallido salvavidas para evitar que el genocida
    salga del poder. Maniobra a la que se opone Obama: “Gadafi ha perdido toda
    legitimidad y debe irse”, secundado por otros muchos mandatarios.

    Los alaridos de las huestes de Chávez en
    contra de cualquier intervención internacional invocando el cuento de la
    “soberanía” mientras la carnicería de Gadafi continúa, chocan con los emitidos
    por el mismo Chávez para pedir la intervención de EEUU en Honduras. El
    excanciller australiano y copresidente de la Comisión Internacional sobre
    Intervención y Soberanía de los Estados, Gareth Evans recordaba esta semana que
    “La soberanía no es un permiso para matar”: “Ningún Estado puede abdicar del
    deber de proteger a su pueblo de crímenes contra la Humanidad y menos aún
    justificar la perpetración de semejantes crímenes por su parte” (… ) “Si Gadafi
    no dimite, un mayor baño de sangre parece inevitable. La necesidad de adoptar
    medidas colectivas, oportunas y decisivas es abrumadora”. También Chávez en
    Venezuela -y con él sus focas, incluida la presidenta de TSJ- sacan el
    latiguillo de la “soberanía” para violar los acuerdos internacionales a favor de
    los derechos humanos. Así han impedido la visita de la CIDH de la OEA e
    incumplirán la sentencia que seguramente llegará a favor de la habilitación
    política de Leopoldo López.

    Los enormes bienes y cuentas de Gadafi -que
    de socialista apenas tenía los cuentos del Libro Verde para engañar al pueblo-
    han sido congelados. Ahora lloriquea que su “revolución le devolvió el petróleo
    al pueblo” y justifica la represión militar y policial (¿ se acuerdan del “gas
    del bueno” y de “Ahora Pdvsa es del pueblo?). El Gadafi huésped próximo de la
    Corte Penal de La Haya jura que quienes protestan están pagados por el Imperio y
    que los medios mienten: “El pueblo me ama” grita y añade amenazante: “pero será
    un infierno para los que no me amen”. Que traducido al criollo significa “Mi
    revolución es pacífica pero armada”.

  2. ¿El jefe de una secta entrega el poder si pierde las
    elecciones?

    –La estructura de personalidad de Hugo Chávez está
    configurada para no entregar el poder al perderlo por elecciones populares, y
    así lo ha sugerido él; ahora, cosa distinta es que no tenga que entregarlo. Eso
    lo determinarán la historia y la participación de todos los sectores de la
    nación. Parece obvio esperar que, de llegar a complicarse su estado de salud, no
    funcione la lástima, sino más bien la percepción colectiva de que ya no está en
    condiciones de ejercer el poder, y la población que aún lo haya seguido para
    entonces buscará otra opción. Y no es que magnifiquemos la enfermedad de Hugo
    Chávez, sino que, obviamente, los hechos históricos del futuro próximo de
    Venezuela están enormemente vinculados al curso real de su enfermedad, no al que
    él anuncie. A Chávez, que tiene una estructura dictatorial en la cabeza
    contraria a la de la democracia, no se le puede pedir que piense como un
    demócrata. Porque si pensara como un demócrata sencillamente ya no estaría en el
    poder. Pero una cosa es lo que una estructura mental dictatorial aspire y otra
    cosa es lo que un país le permita.

  3. Solo diré algo que me acaba de decir una Doctora cubana (cuyo currículo por cierto implica asesorías a las más prestigiosas universidades latinoamericanas, especialmente colombianas) que nos asesora por estos días en la Universidad donde laboro: «el que cree que sabe lo que pasa en Cuba por lo que escucha en los medios, está perdido».

    • ES LA ROBOLUCION……NO??????????????????

      «En el siglo diecinueve el valeroso impugnador de
      tiranos, bogotano y alfarista, José María Vargas Vila, en su obra “La muerte
      del cóndor” pintó la tragedia de su pueblo en los rostros de los “cadáveres
      insepultos” eternizados en el ataúd de la historia. Los tiempos pasan pero a
      veces como que no pasan, se repiten crueles, con otros nombres, pero
      solemnemente infames, como nos recuerda Vargas Vila a la falaz revolución o
      regeneración de Núñez en Colombia: “No iluminan como los sabios; pero engañan
      como los farsantes. No son una revolución, sino un trastorno. Todo lo derriban,
      y no edifican nada. Es un pillaje, no un gobierno. No saben qué quieren, ni
      para dónde van. Aquello es: la locura de las medianías, la embriaguez de las
      nulidades, el desenfreno del crimen. Esta agrupación híbrida, que como un
      miasma pestilencial, se ha alzado de la corrupción de todos los partidos; esta
      avalancha de hombres de todos los bandos, que ha caído sobre la República, como
      esas invasiones de bárbaros, que todos los cuatro puntos del horizonte cayeron
      un día sobre Roma, ni es un partido, ni tiene bandera, ni obedece a principios,
      ¿De dónde ha surgido? De abajo, del fondo de todos los partidos. Hombres y
      tendencias, todo ha brotado de la sombra. Grupo genesíaco, en que todos han
      salido de la nada no sabiendo quiénes son, de dónde vienen, ni para dónde van.»

  4. Solo diré algo que me acaba de decir una Doctora cubana (cuyo currículo por cierto implica asesorías a las más prestigiosas universidades latinoamericanas, especialmente colombianas) que nos asesora por estos días en la Universidad donde laboro: «el que cree que sabe lo que pasa en Cuba por lo que escucha en los medios, está perdido».

  5. ECUATORIANOS UNAMONOS:

    CONTRA ESTOS CARNICEROS QUE SE FESTINAN LOS FONDOS PUBLICOS,

    CONTRA LOS FARSANTES DE TITULOS FALSOS

    CONTRA LOS AUTORES, COMPLICES Y ENCUBRIDORES DE LOS MUERTOS Y
    HERIDOS DEL 30-S,

    CONTRA LOS DE LOS PATIVIDEOS Y NARCOVALIJA,

    CONTRA
    LOS VIOLADORES DE NIÑAS

    CONTRA LOS TRAGACHEQHES,

    CONTRA LOS DE LAS MUERTES
    DE LOS NEONATOS,

    CONTRA LOS CONTRATOS AL ÑAÑO,

    CONTRA LOS DE LAS INJURIAS CALUMNIOSAS EN LAS SABATINAS,

    CONTRA LOS QUE PERMITIERON QUE SE INSTALEN BASES GUERRILLERAS EN NUESTRO
    TERRITORIO,

    CONTRA LOS QUE ABRIERON LAS FRONTERAS PARA QUE SE INSTALE LA DELINCUENCIA
    INTERNACIONAL Y EL SICARIATO,

    CONTRA LOS QUE SUBSIDIAN AL GOBIERNO CUBANO CON DINEROS DEL PUEBLO,

    CONTRA LOS QUE VENDIERON LA BANDERA ENTREGANDO LA NACIONALIDAD ECUATORIANA A
    EXTRANJEROS MAFIOSOS COMO ELLOS , CONTRA LOS QUE APOYAN A GOBIERNOS QUE ATENTAN
    CONTRA LOS DERECHOS HUMANOS,

    CONTRA LOS QUE A PESAR DE TENER LOS MAYORES INGRESOS DE LA HISTORIA HAN VENDIDO
    EL PAIS A LOS CHINOS,

    CONTRA LOS CORRUPTOS Y CORRUPTORES UNAMONOS.

    ¡ABAJO
    LA ROBOLUCION. VIVA LA PATRIA! DE JUAN
    MONTALVO

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