¿Por qué Chávez no renuncia?

Wilfredo Franco
Caracas, Venezuela

Benedicto XVI, el Sumo Pontífice de la Iglesia Católica abdicará por decisión personal y con toda libertad y sin estar enfermo. (Una abdicación no ocurría desde 1415). ¿Por qué? Simplemente porque ha reconocido muy dentro de su espíritu y su conciencia que carece de las condiciones físicas para cumplir cabalmente sus altísimas y complejas responsabilidades debido a su avanzada edad. ¡Qué valentía! Ello denota ante todo su extraordinaria responsabilidad frente a los miles de millones de personas que le reconocen como líder y están pendientes de sus palabras, sus enseñanzas y sus decisiones.

¿Por qué no renuncia Chávez? ¿Por qué fue candidato presidencial? ¿Por qué el CNE adelantó las elecciones? ¿De quién fue la inmensa irresponsabilidad de su candidatura? ¿Fue irresponsabilidad propia o de los Castro, sus guías y mentores? Chávez y sus guías sabían con certeza la condición de su enfermedad y por ello adelantaron la elección. Ellos sabían que con tal acción se jugaban la única oportunidad de mantener el poder y la botija de petrodólares, pero también sabían que más temprano que tarde se tropezarían con la realidad actual: el ineludible vacío presidencial.

Conociendo la habilidad de los Castro para mantener el poder, aunque ello no sirva sino para congelar a su pueblo en un estado de pobreza e inopia crónicas, podemos asumir que todo ha sido cuidadosamente calculado, como sólo lo podría hacer un gran maestro del ajedrez que conoce todas las jugadas a su alcance, dependiendo de las jugadas del contrario, para mantener el control y ¡Dar el jaque mate! Sólo que en nuestro caso el jaque mate es mantener el poder sobre Venezuela y su Pdvsa, lo único realmente apetecible para ellos, convirtiendo a este país en otra Cuba, donde todo, absolutamente todo, está bajo el control permanente de una cúpula gubernamental por siempre.

La inmensa masa de dólares, y los recursos y las conciencias que pueden comprarse con ello, son la base del tablero de ajedrez. Al pueblo conquistado con el cuento de la revolución se le mantendrá tutelado y fiel con la campaña de amor y compasión al símbolo único de la revolución y con el mercadito barato, las misiones y la esperanza de salir de abajo. Al pueblo indiferente, hay que mantenerlo indiferente mediante una campaña desde múltiples frentes para desanimarlo, y en lo posible para que abandone el país.

Y para neutralizar al pueblo opositor hay que apelar a lo máximo de la destreza y la experiencia en el ajedrez político. Lo primero es atacar con todo al liderazgo y debilitarlo por cualquier forma. El uso masivo de los dineros públicos para obtener la victoria de octubre (en la raya porque el candidato apenas podía) y la de diciembre, aprovechando la inercia de la victoria y el desánimo de la derrota, fue la primera gran jugada, casi un jaque mate. Lamentablemente, Capriles, Falcón y Guarulla se colaron pese a todas las maniobras implementadas, evitando el impacto de un país todo rojito como Cuba. ¡Lástima, dijeron a coro los Castro, Chávez y sus acólitos! El mandado hubiera estado hecho.

La próxima jugada es debilitar las bases de estos hombres, especialmente, las de Capriles.

Para ello se ordena utilizar las palancas de los poderes públicos, denunciar a cuanto opositor sea posible y utilizando cualquier pretexto, inclusive esa contra Richard Mardo de haber recibido dinero de una empresa privada (mientras el partido-gobierno-Estado usa los recursos de Pdvsa, gobernaciones y Alcaldías como les da la gana, pero obviamente eso no es delito en Cuba y aquí tampoco, pese a las leyes). Luego atacar a estos hombres con averiguaciones y procedimientos legales que, en todo caso, los debilitarán frente a sus electores y quizás en su ánimo y en el de los copartidarios.

La otra jugada es mantener vivo el simbolismo Chávez y la esperanza de que se recuperará y volverá, y usar ese tiempo para crear un sustituto que pueda cubrirse con su imagen para enfrentar un proceso electoral presidencial.

A Capriles habrá que inventarle algo, y si no se le encuentra nada, pues ya ha sido juzgado e investigado hasta la saciedad y hasta se trató de crearle lo de fascista y de gay, una posible jugada es estimular una segunda candidatura de la oposición, pese a los 6,5 millones de votos que obtuvo.

La oposición está obligada a crear, si es que no lo tiene, un equipo único de planificación y estrategia electoral, y retomar y fortalecer desde ya la plataforma de propuestas para solventar la grave crisis en todos los órdenes, en que nos han metido los Castro con su ajedrez de sobrevivencia, y de la cual son expresiones fehacientes la explosión delincuencial, la escasez de empleo y de productos, y la inconcebible devaluación del bolívar cuando a Pdvsa está ingresando un torrente de dólares como nunca.

¿O será que así como entran se van y no sabemos adónde? ¿O si lo sabemos pero nos hacemos los locos? ¡Venezuela merece un Presidente de verdad ya!

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