Del resentido al extremista

Vicente Albornoz
Quito, Ecuador

Es relativamente evidente que el resentimiento puede ser una fuerza que impulsa a las personas a volverse más extremistas; lo interesante es que ahora hay un estudio que lo demuestra, al menos para el caso de los clérigos musulmanes radicales.

Rich Nielsen, un profesor de la Universidad de Harvard, publicó en agosto pasado un documento en el que buscó establecer por qué algunos clérigos musulmanes se radicalizan y por qué otros no lo hacen. Los clérigos o «letrados» tienen una enorme influencia entre los musulmanes, pues a ellos se les confía la capacidad de interpretar el Corán y son ellos los que presentan la doctrina islámica a los musulmanes laicos. Por eso, cuando uno de estos clérigos se radicaliza y decide apoyar la forma violenta del yihad (la guerra santa), esto puede tener efectos muy complejos e incentiva directamente el uso de la violencia.

Por cierto, el yihad no necesariamente implica una lucha armada contra los no musulmanes o contra los herejes y en muchos casos puede entenderse como una «lucha interna» para ser mejores creyentes. Justamente por esto, es interesante ver por qué algunos clérigos deciden apoyar esa forma violenta del yihad.

Para entender qué lleva a los clérigos a radicalizarse, Nielsen investigó la biografía y los escritos de 91 clérigos salafistas, un grupo especialmente conservador dentro de los musulmanes. Luego analizó los documentos escritos de 400 profesores y alumnos de estos clérigos y, finalmente, estableció el nivel de radicalización de cada uno de ellos.

El siguiente paso fue encontrar las causas de la radicalización de aquellos que fueron por ese camino.

La primera conclusión interesante es que entre las razones de la radicalización no están ni los niveles de pobreza de los clérigos ni la ideología de sus maestros. La segunda conclusión, más interesante aún, es que el principal factor que explica la radicalización es la dificultad de conseguir empleo como instructor religioso en una institución pública (muchísimos letrados trabajan directa o indirectamente para alguna institución del Gobierno, sobre todo en Egipto y Arabia Saudita).

El estudio de Nielsen también demuestra que la radicalización no es anterior a la búsqueda de empleo, en otras palabras, que todos buscan empleo por igual y que la radicalización viene luego de que la búsqueda es infructuosa. Una posible explicación para esto sería que quienes no logran insertarse en el sistema terminan volviéndose contra él y que si hubieran encontrado algún «puestito público» no se habrían acercado a la versión más radical de su fe.

Seguro que hay árabes preguntándose cuántos radicales se habrían ahorrado si les hubieran dado un nombramiento en el sector público, cuántos radicales se hubieran ahorrado si hubiera menos gente resentida en el mundo. Cuántos resentidos han hecho la vida imposible en este mundo.

* El texto de Vicente Albornoz ha sido publicado originalmente en El Comercio.

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