Anticonceptivos gratuitos. ¿Por qué no?

Andrés Ulloa
Guayaquil, Ecuador

Muchos creen que es una decisión correcta o indiferente, que no va a afectar…. yo opino que:

1. Es un irrespeto a miles de enfermos. Hay medicinas más urgentes y necesarias que también deberían ser gratuitas, centros de salud que deben ser mejorados… ¿Por qué no se lo hace con la misma “urgencia”?

2. Es un gran negociado sin nuestro permiso. Enriqueceremos a ciertas farmacéuticas y a sus tramitadores. Serán costeadas con los impuestos de los ecuatorianos… ¿Se nos preguntó si hubiéramos preferido usar tanto dinero en otra medicina o necesidad?

3. Es un atropello a la autoridad de los padres. Cuando permitimos que niñas de cualquier edad decidan si usar o no de estas drogas, ¿con qué cara les negaremos el alcohol o el cigarrillo o la licencia para manejar?

4. Legaliza jugar a la “ruleta rusa” con bebés. Si es como los demás anti-conceptivos, ¿por qué se le llama “Del DÍA después”? Porque puede ser abortiva. Disparar, sabiendo que puedes matar a un inocente, es siempre un crimen.

5. Es inconstitucional. El estado defiende y garantiza la vida desde su concepción. ¿Cómo lo va a hacer si permite que se use la pastilla sin comprobar antes si hay o no hay otra vida que defender?

6. Denigra la dignidad de la mujer. Al no correr el riesgo de quedar embarazada, la mujer se vuelve solo un instrumento de placer del varón.

7. No pueden obligar al doctor que no quiera distribuirlas. La conciencia es inviolable, y si un doctor no desea participar remotamente de un asesinato (posible aborto), nadie lo puede coaccionar de ninguna manera.

8. Fomenta la irresponsabilidad. ¿Cómo construir una patria mejor si se le enseña a los jóvenes que pueden escaparse de las consecuencias de sus actos? ¿Con qué cara exigimos responsabilidad profesional o social cuando alimentamos la “mentalidad del sabido”?

9. ¿Quién controlará que se informe realmente sobre todos los efectos secundarios (físicos y sicológicos) de los anticonceptivos? Que van del trauma post-aborto al cáncer.

10. Fomenta el “suicidio demográfico”. El último censo nacional por primera vez advirtió que la mayoría de nuestra población ya no es “joven”; corremos el riesgo de seguir los pasos de otros países llenos de ancianos, sin fuerza laboral ni de ningún tipo.

En fin, se ve que la decisión fue tomada en base a las ideologías y no a la realidad. Me opongo como ciudadano y espero encontrar eco en más de uno.

* Andrés Ulloa Ochoa es sacerdote de la Iglesia Católica, párroco de la Iglesia San Juan Bosco. Su texto ha sido publicado originalmente en el blog «Al César lo que es del César».

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