«Ya han ganado suficiente»

Vicente Albornoz
Quito, Ecuador

Cuando se observa la actitud del Gobierno frente al sector privado, es muy difícil de explicar un constante comportamiento de «complicarle la vida» a cualquiera que produzca. Para entender esa actitud quizás sirva tomar en cuenta que en muchos funcionarios públicos existe el convencimiento de que el sector privado «ya ha ganado lo suficiente» y que, por lo tanto, ahora se le puede cargar de impuestos, llenar de trabas y hasta tratarle mal.

Hoy, por ejemplo, está de moda el cobro de «patentes municipales» para toda actividad económica. Los profesionales y los agricultores, incluso si carecen de un local en el que atienden al público, tienen que pagarlo. Lo peor de todo es que se lo cobra para años en los que los contribuyentes ni siquiera sabían que existía el impuesto y, por lo tanto, lo sienten como una norma retroactiva.

Pero a los funcionarios públicos parecería no importarles que ese impuesto es un importante costo para los productores y que están creando tanta inseguridad jurídica que, obviamente, hace que mucha gente se pregunte si todavía tiene sentido invertir en el Ecuador. ¿Por qué lo hacen? Pues porque piensan que el sector privado ya ha ganado bastante en el país y que ahora es el momento en que deben aportar a la sociedad.

Otro ejemplo es el reciente impuesto a la banca, diseñado para quitarle la mayor parte de sus utilidades. Los efectos son terriblemente dañinos y ya se están sintiendo (el crédito, uno de los motores de la economía, se ha desacelerado fuertemente), pero a los funcionarios del Gobierno parecería no importarles nada de eso pues los banqueros «ya han ganado suficiente». De esa manera se diseñó un impuesto con dedicatoria a un sector específico, discriminando al sector financiero frente al resto de la economía, pero eso no importa porque están convencidos que «ellos» ya han ganado bastante.

El hecho de creer que la generación de riqueza puede ser «suficiente» refleja bastante bien la visión estática que típicamente tiene la izquierda de lo que es la riqueza de una sociedad (de esto se deriva esa actitud de priorizar la distribución y no la producción). Pero las ganancias y la riqueza son algo dinámico, algo que tiene que crearse cada día, algo que, si en cualquier momento carece de los incentivos necesarios para crecer, simplemente deja de crecer. En otras palabras, por más dinero que una persona haya ganado en el pasado, si no ve buenas perspectivas para el año siguiente, sencillamente no invertirá.

Creer que las empresas «ya han ganado bastante» refleja un profundo desconocimiento de cómo funciona el sector productivo, refleja un cierto desprecio por la producción misma y refleja una visión de que el mundo es estático, de que la riqueza no crece, de que crear es irrelevante y repartir es lo único correcto.

* El texto de Vicente Albornoz ha sido publicado originalmente en El Comercio.

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