«Cock». El determinismo de la decisión.

Por Aníbal Páez
Guayaquil, Ecuador

De ritmo trepidante y uniformidad actoral, “Cock” tiene su mayor virtud en el timing que logran los actores en el juego verbal.

El peso del montaje radica allí, en el ritmo que de principio a fin deben mantener los actores para sostener un texto que demanda siempre de dos vías en vértigo como recurso obligatorio para mantener a la obra a flote de uno de los pecados más terribles del realismo en escena: la excesiva morosidad y falta de síntesis.

Aquí no. La trama es sencilla. Un hombre tiene que decidir por su antigua pareja o por la que acaba de conocer. En ese marco temático de fórmula repetida en una y otra telenovela de cualquier país latinoamericano, la condición de homosexual de éste, confiere al argumento una nueva significación. Toda la carga amorosa, sexual y el poder/debilidad que esto nos otorga como seres humanos, estructuran el tejido de un drama que expone la dificultad de la decisión, o mejor dicho, la imposibilidad de escindirnos del caos que nos conforma.

En ese sentido, la obra propone al espectador que juzgue una situación abierta, que por supuesto escapa a la valoración maniquea, porque tensa la complejidad en la conformación de los personajes de tal manera que los humaniza en el sentido menos romántico del término, los vuelve animales volubles y oscilantes, víctimas y victimarios en la carrera por la conquista de la satisfacción de su propio deseo, pero con la sutileza suficiente para hacernos creer, por un momento, que el amor por el otro es lo que los impulsa.

Están en juego, como espejos para el espectador, las representaciones de la ética de la fidelidad/lealtad, la responsabilidad y la idea de la libertad que cada uno tiene para optar. Siendo este último derecho, un peso insoportable para el que, al decidir, queda irremediablemente con sensación de pérdida.

La buena comunicación entre los actores es parte fundamental para la cadencia de este espectáculo; resaltando, por contenido, el trabajo de RicardoVelasteguí (H). Es un grupo homogéneo, repito, pero Juan Pablo Asanza (Jhon) muestra, desde mi punto de vista, un leve exceso de amaneramiento e ingenuidad, que podría arriesgar la verosimilitud de su rol; de igual manera Luciana Grassi (M), quien tiene un juego vocal interesante, pero que en la búsqueda del matiz, preocupada más por la forma, pierde a momentos la frescura de su honestidad escénica. El otro actor, Luis Secaira (P) complementa muy bien al grupo.

“Cock” deja vislumbrar una obra con ya cierto recorrido que le permite el juego y respiro para los momentos graciosos y dramáticos. Si bien su fuerte es el texto verbal más que el juego espacial –donde no afecta mayormente si su disposición es a la italiana o circular- ha logrado resolver lo que es tarea básica y a la vez complicada para cualquier emprendimiento escénico: esculpir el tiempo en ritmo.

Ficha Técnica
Dramaturgia: Mike Bartlett
Dirección: Carlos A. Ycaza
Actúan: Juan Pablo Asanza, Ricardo Velasteguí, Luciana Grassi y Luis Secaira
Producción:AzaMont Producciones

Nota: “Cock” cierra la gira 2013 con sus dos últimas funciones este sábado 18 y domingo 19 de mayo en la sala experimental del Centro de Arte.

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