Gasto y pobreza

Vicente Albornoz
Quito, Ecuador

Los únicos que tienen el derecho a ser tercos son los datos. Y los datos muestran, con una terquedad impresionante, que en el Ecuador la pobreza cayó más rápido en los años en que el gasto público era bajo. Y cayó más lento cuando el gasto público era alto.

Empecemos con el tema del gasto público. Hay dos maneras de evaluar su evolución en el tiempo. La primera es en dólares «reales» (descontando la inflación) y ahí los datos indican que, en dólares del año 2012, el gasto público promedio entre 2001 y 2006 fue de 12,411 millones. Para el período 2007 a 2012, el mismo dato fue 27,096 millones. Es decir, en el segundo período, el gasto fue bastante más del doble.

La segunda manera de ver la evolución del gasto en el tiempo es compararlo con el tamaño de la economía, es decir, verlo como porcentaje del PIB. Para los años 2001 a 2006, el gasto público equivalió, en promedio al 22,1%, mientras que para el período 2007 a 2012, fue equivalente al 34,4% del PIB.

En resumen, mídaselo como se lo mida, el gasto público de los últimos seis años fue mucho más que en los seis años anteriores.

Ahora vamos a los datos de pobreza. En el año 2001, la proporción de la población que vivía bajo la línea de pobreza era 45,3% (según datos del Siise, una división del Ministerio de Coordinación Social). Para el 2006, esa proporción se había reducido al 25,9%. En promedio, cada año la pobreza cayó en 3,2 puntos. Recordemos que el período 2001 a 2006 fue aquel en que el gasto público era bajo y es ahí donde cada año la pobreza cae más de tres puntos cada año.

Para el 2012 la misma medición de pobreza señalaba que un 16,1% de la población vivía con un ingreso menor al «umbral» de pobreza. Eso significa que desde el 2006 había caído en 1,4 puntos al año, es decir, a bastante menos de la mitad de su ritmo de caída en el período anterior. Recordemos nuevamente que el período 2007 a 2012 coincide con un gasto público significativamente mayor.

En otras palabras, con un gasto público más alto, la pobreza cayó a un ritmo menor. Y eso es lo que los datos oficiales dicen de la realidad ecuatoriana.

¿Por qué un mayor gasto público no se refleja en más reducción de la pobreza? Eso ya es un tema de opinión y supongo que hay varias explicaciones. Por un lado estaría que buena parte del gasto favorece más a las clases media y alta (subsidios a los combustibles, remuneraciones de la burocracia, etc.). Por otro lado, un país que construye carreteras, pero no crea un ambiente favorable a la inversión privada, se llenará de carreteras, pero las carreteras no se llenarán de camiones transportando productos. Y es la producción la que genera empleo para los pobres y los saca de la pobreza (porque las personas con poca educación es en el sector privado donde consiguen empleo).

En conclusión, disparar el gasto público no es la solución para la pobreza. Crear más empleo sí lo es.

* El texto de Vicente Albornoz ha sido publicado originalmente en El Comercio.


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