Carta a María Fernanda Egas

Humberto Piaguaje
Coordinación de la Unión de afectados y afectadas por la petrolera Texaco

Señora
María Fernanda Egas
Articulista «La República»
Presente:

Le invitamos a que conviva con nosotros una semana, en la que le prometemos que escuchará historias que jamás olvidará, vivirá experiencias que marcarán el resto de su vida y conocerá lugares que quedarán impregnados en su memoria, como el crudo recuerdo de la devastación y el dolor que son capaces de causar seres humanos que no tienen Ia sensibilidad de reconocer el derecho a la vida y cuyo único interés es el negocio y la ganancia.

Esta invitación la hacemos luego de haber leído el artículo de su autoría «No se lo digas a Danny«, publicado en el portal del medio electrónico «La República«, el miércoles 20 de noviembre de 2013, por lo que consideramos que es importante aportar en su conocimiento sobre nuestra realidad, a fin de que tenga elementos para escribir análisis con mayor objetividad y que pueda tomar en cuenta nuestra voz, que es la voz de los verdaderos protagonistas de esta historia, que es el clamor por justicia y nuestros derechos, por más de 20 años.

Lamentamos no contar con los suficientes recursos para correr con sus gastos de pasaje, estadía y alimentación, sin embargo le ofrecemos guías y conocedores experimentados, que contarán sus historias. sin que ningún abogado o dirigente esté de por medio, lo que le permitirá conocer la información de primera mano.

Cuando usted pise nuestro suelo entonces sabrá que el pozo Aguarico 4 no es un pozo en disputa sino que es uno de los 356 pozos perforados por la petrolera, en una extensión de 480 mil hectáreas operadas por la compañía. En las estaciones se han encontrado más de mil piscinas, de las cuáles la Corte de Sucumbíos aceptó 880 como las existentes verificadas, mientras que la operadora solo habló de la existencia de 225.

Pero la discusión de fondo no está en el pozo o la piscina, está en la forma de operación, con una técnica contaminante que no era puesta en práctica en ningún lugar del mundo, pero en Ecuador sí. ¿Quién puede defender que lo ocurrido haya sido legal y correcto?

Tampoco es discusión de fondo el actor, sus acciones y comportanientos, como son los índices de muertes por cáncer, que superan en 3 puntos la media nacional, y en caso de la leucemia infantil, está por sobre 5 puntos, Lo propio ocurre en el caso de los abortos espontáneos y las enfermedades respiratorias y de la piel.

Datos científicos que usted puede revisar en muchos documentos médicos independientes y serios, a los que Chevron responde que comprueben si alguna de esas muertes es por la contaminación de Texaco, como si el plomo que corre en las fuentes de agua pudiera tener la marca de la petrolera para verificarla. Un elemento tan pobre y maniqueo, cuando se ha comprobado hasta la saciedad que la contaminación existe y que la operadora exclusiva en la zona fue Texaco.

No podía faltar la discusión económica, que parece ser el centro de la defensa de Chevron, lo cual resulta obvio, pues es su razón de ser.

Lamentamos reconocer, que aún ahora, la principal preocupación en el mundo es el capital, que es valorado mas allá de las vidas, por tanto no nos sorprende que se trate como primordial este tema cuando para nosotros el monto de la demanda significa la reparación ambiental y por tanto la diferencia entre la vida y la muerte, tanto de quienes ahora vivirnos y habitamos este territorio, como de nuestras futuras generaciones.

De ahí en adelante, todo lo que se anota en su artículo es una falsedad, lo que puede ser fácilmente rebatido con una lectura simple de la sentencia emitida por los jueces ecuatorianos en contra de la petrolera, ejercicio que invitamos que 1o haga; así como le invitamos a que revise toda la documentación y nos entreviste sobre la forma como nos financiamos y cómo ha sido posible mantener esta lucha de 20 años.

Se sorprenderá de conocer la verdad y en caso de no creerlo le conminamos a que nos demuestre que lo contenido en su artículo es lo correcto.

Y a propósito de falso patriotismo, pero sin caer en é1, también queremos aclarar que el «antihéroe» norteamericano creado por Chevron, no va más allá de la visión de los cómics estadounidenses, puesto que nuestro principal equipo de abogados es ecuatoriano y Steven Donziger, quien durante muchos años ha trabajado en nuestro caso, no es más que una víctima de Chevron, que lo usó para justificar el RICO Case, para acusarnos de extorsionadores a los indígenas y colonos ecuatorianos y así evitar el pago de sus obligaciones.

Las acusaciones proferidas en su artículo no van más allá de réplicas de los boletines de la petrolera, que no tienen ningún sustento de investigación, que invitamos a hacerla para beneficio de sus lectores.

Lamentablemente no tenemos el espacio para desvirtuar cada una de ellas, pero le invitamos a visitar nuestra página web www.texacotoxico.org y se sorprenderá que desde hace muchos años hemos presentado las pruebas en contra de estas aseveraciones; y, en contraposición visite la sala de prensa de Juicio Crudo (de propiedad de Chevron) a ver si encuentra alguna prueba sustentada.

Nos preguntamos finalmente si habría tanta acusación en contra de los demandantes, los abogados, los jueces y el sistema judicial ecuatoriano, si el fallo hubiera sido a favor de la petrolera.

Seguramente no, porque sus intereses estarían muy bien resguardados y los de siempre habrían triunfado, dejando a su paso dolor y muerte de invisibles ciudadanos. Tan invisibles como los que pretende ahora juzgar Lewis Kaplan al haber prohibido que se hable de las afectaciones cometidas por Chevron en su contra.

Y para terminar, aclaramos una y mil veces que este caso no tiene nada que ver con el Gobierno de Ecuador, quien en legítima defensa de los intereses de los casi 15 millones de ecuatorianos se está defendiendo de un juicio seguido por la compañía en contra del Estado ecuatoriano.

Que una articulista pretende mezclar los dos aspectos, llama la atención, si reconocemos que debe estar informada sobre los temas acerca de los cuales se pronuncia.

Reiteramos nuevamente nuestra invitación a una inolvidable semana en la que le recibiremos con todo el respeto que usted y cualquier persona en el mundo se merece.

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