AVC, guerrilla inconclusa

Alberto Molina

Alberto Molina
Quito, Ecuador

En artículos anteriores, me referí en forma fidedigna al libro “Ecuador 1960-1990: Insurgencia, Democracia y dictadura” de Darío Villamizar Herrera, Editorial El Conejo, 1994. En él se publican los testimonios, con lujo de detalles, de asesinatos,  asaltos, robo de armamento, secuestros, etc. de los miembros de las organizaciones subversivas que actuaron en la década de los 80.

Villamizar, de nacionalidad colombiana, se desempeñaba como vocero político de la organización  subversiva M-19 en nuestro país. Ahora me propongo señalar algunos pasajes del libro “AVC. Revelaciones y Reflexiones sobre una Guerrilla Inconclusa, de Juan Fernando Terán; Edit. Casa de la Cutura Ecuatoriana – Quito- 1994.

En la contraportada del libro, señala: “En los ochenta se produjo en el Ecuador un intento subversivo, protagonizado por el grupo armado Alfaro Vive Carajo ‘AVC’, cuyos objetivos estaban encaminados a lograr una ‘verdadera’ democracia mediante la utilización de las armas. Uno de sus integrantes fue Juan Fernando Terán Jijón, autor de este ensayo”. Al igual que el libro de Villamizar, éste, de Terán, nos trae los testimonios de los miembros del grupo subversivo AVC y de otros afines.

El M19, grupo subversivo colombiano, “(c) proporcionó armas y/o militantes para la ejecución de operativos militares, entre los que se cuentan, según nuestros datos, el asalto al Banco de Lago Agrio (1983) y el secuestro de Nahim Isaías (1986)”. p.36

Arturo Jarrín tomó contacto y estableció amistad con el líder del grupo subversivo colombiano M19, Jaime Batteman y le comprometió su apoyo. “Para enero de 1983, conjuntamente con militantes del M19, Arturo Jarrín participó en una recuperación económica al Banco Nacional de Fomento”. p.52

“El 14 de febrero de 1983, en Esmeraldas, aproximadamente 60 revolucionarios ecuatorianos se reunieron para fundar el ‘Frente Revolucionario del Pueblo Eloy Alfaro’ (FRPEA)”. p.56

“El 23 de septiembre, Arturo Jarrín, Mireya Cárdenas, un miembro del MIR-E y Edgar Frías, ofrecieron una rueda de prensa en la cual se confirmó la existencia de una organización politico-militar a la que presentaron con el nombre de ¡Alfaro Vive carajo!. Este hecho, diríase, marco el inicio verdadero de lo que fue AVC como organización politico-militar”. p.60

“Días después de la 1ª rueda de prensa de AVC, Jarrín y casi una veitena de alfaristas abandonaron el país para recibir entrenamiento militar en Libia. Dicho viaje había sido conseguido mediante gestiones que aquel realizara, conjuntamente con el M19, desde principios de 1983”. p.60

“El 24 de mayo de 1984, se hizo un ‘llamado de atención a la politica terrorista del gobierno de USA’ mediante tacos de dinamita que fueron arrojados hacia el interior de la embajada norteamericana en Quito”. p.62

A confesión de parte, relevo de prueba.

Otros textos de Alberto Molina publicados en LaRepública:

Héroes olvidados y otros condecorados

AVC y el Museo de la Memoria

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