Lo que le faltó decir al Dr. Alvarado

Víctor Cabezas

Víctor Cabezas
Quito, Ecuador

Al Doctor Fernando Alvarado, Secretario Nacional de Comunicación se le ha atribuido un error de estrategia mediática en su manejo de la entrevista otorgada a CNN en días pasados. El bien informado periodista Fernando del Rincón intentó hacer una analogía entre el cierre de Diario Hoy –por orden de la superintendencia de compañías- y la situación financiera actual de Editores Nacionales Gráficos, imprenta del matinal público El Telégrafo. Dicha comparación demuestra dos cosas; una marcada mala fe del periodista o un profundo desconocimiento del régimen jurídico y social de las empresas públicas. Ante este escenario algunas consideraciones:

1. La empresa pública no puede ser examinada bajo los mismos parámetros con los que medimos la eficiencia de las compañías privadas. Por concepción la empresa pública está destinada a satisfacer una necesidad social que los actores privados no logran cubrir.

2. Pensemos en una comunidad indígena aislada sin electricidad o telefonía; es evidente que para ninguna empresa sería rentable realizar una gran inversión en infraestructura para satisfacer las necesidades comunicacionales de pocas personas, no obstante el Estado –a través de una empresa pública- asume que el bienestar social no puede estar ligado al lucro, por tanto interviene aún si, en términos de dividendos, dicha obra no sea rentable.

3. Quizás para la empresa pública TAME fuese más rentable intensificar sus rutas comerciales entre Quito y Guayaquil, sin embargo su esencia le direcciona hacia la apertura y operación de rutas con un interés social de desarrollo particular, por ejemplo la ruta Quito-Santa Rosa.

4. Es menester comprender que la actividad privada tiene como fin generar el lucro, cuando no existen ganancias entonces se desentiende de dicha actividad y es el Estado quien –a través de empresas públicas- ingresa a suplir ese vacío.

5. Fernando del Rincón erra al comparar balances de una empresa privada con una Estatal. A la actividad pública no se la mide por ganancias sino por su incidencia en el bienestar de la sociedad.

Evidentemente este tema tiene un elemento político latente. El Gobierno considera que la dinámica comunicacional de la sociedad ecuatoriana requiere la presencia de medios públicos, quienes están llamados a ser un canal de expresión y participación ciudadana –algo en lo que evidentemente han fallado los medios privados-. La empresa pública cumple un rol fundamental dentro de la sociedad, suple necesidades y establece condiciones de mercado donde los actores privados se ausentan.

Finalizaré este corto artículo motivando a los ciudadanos a ejercer nuestro derecho de libertad de expresión a través de los medios públicos y privados. El derecho es de todos y todas, la naturaleza de Ecuador TV o Diario El Telégrafo es generar que nuestra voz tenga incidencia en el debate coyuntural, lograr ser canales de expresión plurales y democráticos. Es nuestro deber cívico utilizarlos y justificar, con nuestra voz, su razón de ser.

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