El modelo cepalino

Juan Carlos Díaz-Granados Martínez
Guayaquil, Ecuador

El precio del petróleo está a la baja y pronostican que seguirá cayendo en los próximos meses. Similar a lo ocurrido en la dictadura de los años setenta, dedicada a incrementar el gasto y el endeudamiento público, mientras promovía la reducción y la sustitución de las importaciones. El resultado es que se ha producido un déficit fiscal a pesar del record en ingresos. Nietzsche declaró que existe un eterno retorno de las cosas. Un constante renacer bajo otro rasgo. El gobierno lo ha demostrado. No es que desconozcan la historia. Todo lo contrario. Aplican trucos que a los fascistas y regímenes socialistas les permitieron permanecer en el poder hasta que se desmoronó la carpa del circo que montaron. Los resultados serán los mismos. Falta de oportunidades para nuestros hijos en las décadas venideras. La libertad es un principio fundamental para que las cosas funcionen con sentido común.

Nos hablan de las ventajas del colectivismo. Todos tenemos los mismos derechos y estamos conectados por la misma luz, pero no somos iguales. Por ejemplo: la palabra sindicato se usa por economía de lenguaje. El sindicato no va al cielo o al infierno en conjunto. Depende del esfuerzo del individuo. Las personas trabajan por su propio beneficio. Por eso el comunismo no funciona. Porque desmotiva el emprendimiento y la innovación necesarios para progresar.

En el primer trimestre del año, las importaciones de bienes de capital y materias primas para generar industria, mermaron en un 6 % y 3 % respectivamente. La economía dejó de crecer, exigiéndole ganar menos a los importadores de bienes de consumo. ¿Quién se congratula por percibir menos ingresos que el año pasado? ¿No debería fomentarse lo contrario? Los importadores son empresarios que pagan sueldos y los impuestos que constituyen la principal fuente de ingresos del Estado. Colombia y Perú, nuestros socios comerciales, se oponen a este modelo porque atenta contra el libre comercio. Y la Comunidad Andina de Naciones les ha dado la razón.

La demanda de petroquímicos se desacelera, mientras existe un incremento en la oferta mundial. Es una debilidad el depender tanto del monopolio público de los ingresos petroleros. El mundo libre está globalizado. Nadie puede vivir en el ostracismo. El reto es que la industria, los servicios y los productos del campo superen las exportaciones petroleras. Tenemos que promover la inversión extranjera, la innovación y competencia. Solamente así lograremos el desarrollo individual. No con dádivas, ni proteccionismos.

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