Mi vejez

Juan Carlos Díaz-Granados Martínez
Guayaquil, Ecuador

¿Alguna vez ha pensado de qué va a vivir en su vejez? Yo sí. Especialmente cuando veo a los jubilados reclamando su derecho para percibir paupérrimas pensiones o las denuncias que surgen desde los hospitales administrados por el IESS. Se nota la frustración del primer mandatario al tratar de resolver los problemas de las medicinas caducadas y los presuntos negociados. El sistema pareciera un monstruo incontrolable.

La solución: eliminar el monopolio público de la seguridad social que nace a raíz del referéndum del año 1995, en el que se prohibió la posibilidad de que prestadores privados de libre elección puedan competir proveyendo los servicios que el IESS ofrece. Es bajo esta premisa que nuestra Constitución proscribe la privatización del sistema de seguridad social, mientras en la práctica, el sistema público incumple con la declaración de los derechos humanos y las garantías de ofrecer seguridad social a los ecuatorianos que la Carta Magna ordena.

El sistema de seguridad social actual no beneficia políticamente al gobierno ni sirve a sus afiliados. El derecho evoluciona según las nuevas necesidades de las sociedades y está claro que en este caso, después de veinte años de experiencia, el IESS ha fracasado como consecuencia de la obligatoriedad impuesta a los ecuatorianos de aportar a un sistema único que no compite para servir mejor a sus afiliados. Necesitamos reparar lo que no funciona.

No quiero ni que usted ni yo trabajemos hasta la muerte para mantenernos. Tampoco me gustaría que algún miembro de nuestras familias reciba el posible maltrato del IESS para ser atendido en algún hospital de la institución. Debemos anhelar lo mejor para todos. Es menester reformar la Constitución en ese sentido. Poner en práctica la alianza público privada del reglamento promulgado por decreto ejecutivo en el mes de febrero, para que las empresas de medicina prepagada y administradoras de fondos de pensiones privadas compitan con el mejor servicio para poder captar a cada uno de los empleados del Ecuador. Esto también fomentaría la creación de nuevos hospitales privados que atiendan a este universo con servicio de calidad.

Es de interés público y generaría inversión privada, nuevos puestos de trabajo e impuestos. De esa manera ganamos todos. El gobierno podrá invertir el dinero en otras áreas que así lo requieren y los afiliados seremos bien atendidos, mientras creamos ahorro nacional rentable mediante las administradoras de fondos de pensiones. Esos fondos podrán ser invertidos con mayor productividad dentro de la economía nacional e impulsarán el desarrollo de la bolsa de valores. Igual que el exitoso modelo chileno vigente. Se podrán quedar en el IESS todas las personas que así lo deseen y los demás podremos migrar hacia otros prestadores privados. En otras palabras, queremos libertad para elegir.

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