Nostradamus y el voto electrónico

María Fernanda Egas
Miami, Estados Unidos

Hasta hace menos de dos años los primeros pasos de la implementación del voto electrónico en el Ecuador, con las máquinas de la cuestionada Smartmatic y la asesoría de la presidenta del CNE de Venezuela se dieron sin levantar sombra de duda.

Pero hablar del voto electrónico para las próximas elecciones del 2017 ya causa escalofríos, más o menos como una profecía de Nostradamus.

¿Qué ha pasado desde entonces?

Para empezar, el evidenciado desgaste del partido de gobierno ante los resultados de las elecciones seccionales en febrero del 2014, el mismo que hiciera posible la unidad de Rodas, Carrasco y Nebot, a la que el oficialismo salió a combatir calificándolo “fanesca”. Extrañamente, esta delicia es anhelada y celebrada por la población.

Luego han seguido una serie de medidas impopulares que el gobierno ha debido tomar al final de la gran fiesta de los petrodólares, de la incapacidad de financiar el presupuesto general del Estado, de recortar el gasto público mientras aumentan los impuestos, aranceles y salvaguardas; los castigos para los trabajadores públicos y trabajadores privados, la deshonra al compromiso del gobierno del aporte estatal del 40% a las jubilaciones del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) y el gran zarpazo a los fondos del magisterio, todos legítimos protagonistas del descontento social.

Las encuestas que mencionan una demanda mayor al 80% de una consulta popular sobre la reelección indefinida, y una pérdida de credibilidad del gobierno en más de la mitad de la población, más la reciente publicación de que menos de una cuarta parte de la ciudadanía le cree a la Asamblea Nacional dominada por el partido de gobierno, han dado paso a la consolidación de la metida de mano en el poder electoral.

Nada más recordar cómo se dio la controvertida designación para presidir el Centro Nacional Electoral (CNE) de Juan Pablo Pozo, funcionario que ha sido muy útil a la revolución ciudadana, y quien es públicamente grato con los primeros servidores públicos de Carondelet, Entre los hechos más criticados en las últimas horas, el más reciente ha sido la selección de los ciudadanos que podrán ser seleccionados miembros del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) de los cuales cinco presentan entre sus antecedentes cargos  en el gobierno actual, como el más alto puntuado, Edwin Jarrín, quien ha sido, entre varios cargos en este gobierno, Secretario de Transparencia y miembro del staff de asesores de la presidencia.

La gran muestra de cómo están articulados los colaboradores del gobierno en las diferentes instancias del poder electoral la dio René Maugé  presidente de la Comisión de Apoyo del concurso para la renovación del CPCCS, quien recurrió a la Fiscalía General del Estado para denunciar el pedido de investigación del concurso que hiciera el Observatorio Electoral.

Qué se puede esperar entonces del CNE para las próximas elecciones?

En las elecciones de octubre del 2012, un hacker venezolano ingresó en tiempo real al sistema electoral electrónico solo para demostrar que la afirmación de Lucena de que el sistema estaba blindado era  falsa. El hacker HACK521 detectó inclusive manipulación en las propias máquinas de votación mediante el uso de «troyanos y manipulación de datos remotamente»

Son hechos reales del libreto del Socialismo Siglo XXI que hoy impide a los venezolanos escapar de su laberinto de hambre y violencia.

El voto electrónico fue la tabla de salvación de Hugo Chávez en el 2002 cuando se inició un referendo revocatorio. Realmente era necesario un sistema de voto electrónico para procesar algo tan simple como las respuestas “Sí” o “No” al continuismo de Hugo Chávez? De acuerdo a la amplia investigación de 15 años recogida en el libro “Chavistas en el Imperio” del periodista venezolano Casto Ocando, los resultados fueron invertidos para salvar al oficialismo.

El voto electrónico también interesa hoy a Evo Morales, quien acaba de recibir un resultado adverso en las elecciones seccionales en Bolivia, con un claro avance de la oposición.

Así vemos que los pupilos del chavismo no están dispuestos a dejar el poder y toman sus precauciones cuando calculan que su maquinaria propagandística no podrá contra la voluntad popular.

Ante un anuncio de huelga nacional en el Ecuador, cabe mencionar que si bien la visibilización de las masivas protestas de los movimientos sociales pretende ser opacada por la maquinaria propagandística del gobierno, la esperanza de que haya un cambio mediante el voto del pueblo ecuatoriano, que no es exclusivamente trabajador público, sindicalista o de izquierda, si no también pequeño empresario, trabajador privado, estudiante de universidad privada, capitalista, de derecha o centro, militar, policía, recluso, o simple “pelagato”, deberá acatar el resultado que dictamine un CNE que da claras señales de su nivel de independencia.

¿Y si le decimos no al voto electrónico?

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