Las nuevas drogas sintéticas recreacionales

Maríasol Pons
Guayaquil, Ecuador

Aparentemente la sociedad se ve forzada a huir cada vez más de su realidad. Los chicos, sobretodo, son presa fácil en la calle, en los colegios, en fiestas etc. Existe una nueva generación de drogas recreacionales sintéticas, unas primas hermanas del crystal meth y de las sales de metanfetaminas que burlan las leyes antinarcóticos. Son baratas, fáciles de hacer, difíciles de rastrear y muy populares entre lo más jóvenes.

Son cientos de ellas pues su elaboración es industrial. Las hay sedantes, estimulantes, disociativos, psicodélicos y cannabinoides; cada una con miles de variaciones posibles. La formulación es exponencial y la química es tan refinada que es demasiado parecida a “Breaking Bad” con la diferencia de que estos laboratorios no están escondidos. Las formulaciones -y los laboratorios- son “legales” debido a la desclasificación de sus componentes químicos, consecuentemente, el producto se vende libremente. Los laboratorios más conocidos que producen estas drogas están en China y Nueva Zelanda

El canabis sintético es la droga más popular entre estudiantes de la secundaria en Estados Unidos después de la marihuana. Dado el auge de estas substancias los gobiernos del mundo empiezan a tener más en cuenta lo que ocurre y se habla de 300 nuevos tipos de drogas en los últimos 5 años que han sido declaradas ilegales. La desventaja estaría en que los laboratorios se mantienen un paso adelante en el desarrollo de formulaciones; cambian la estructura molecular de la fórmula reemplazando el elemento identificado como ilegal por uno que técnicamente es legal y así logran colocar el producto en percha. Su venta es permitida- por lo menos en Estados Unidos que es el caso del que he leído- siempre con la condición de que el embalaje diga “no apto para consumo humano”. Con esta advertencia, las drogas se venden en pequeños sobres como popurrí o sales de baño, de ahí que se las conozca comúnmente de esa manera. En ese mismo país, el producto puedo ser comprado en gasolineras, tiendas de especialidades o incluso por internet.

El problema o mejor dicho, la gran amenaza de estas nuevas drogas es que se desconoce qué tipo de químicos están fumando o inhalando sus consumidores y son potencialmente mortales. Inclusive, es público que una pelea con el proveedor del químico lleve al laboratorio a sustituirlo con otro desconociendo la verdadera amenaza del producto final. En los últimos años hemos visto en las noticias, horrendas y estremecedoras imágenes de comportamiento caníbal, o en general incomprensible, entre personas que han consumido estas sustancias.

La cantidad de dinero de este negocio es inmenso, el volumen del producto es pequeño y fácil de transportar y comercializar. Mientras estas características (y las mencionadas en el primer párrafo) se cumplan, será muy difícil que la producción desaparezca. La guerra contra las drogas pierde todos los días, pero estas ¡son legales!

Ignorar o desconocer un tema no nos previene de que nos afecte ya sea individual o entre los más cercanos. La idea de compartir esta información tampoco es traumarse ni invocar el fin del mundo sino conocer que estas cosas pasan, identificarlas y tener los ojos abiertos para advertirlas si llegare el mal momento de estar cerca de ellas. No sé si haya esto en nuestro país, esperemos que no.

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