¿Hay justicia en el Ecuador?

Alberto Molina

Alberto Molina
Quito, Ecudor

Las victimas de falsas acusaciones han tenido que pagar largos años en las cárceles, como el caso del capitán francés Alfredo Dreyfus (1859-1935). Dreyfus fue acusado de traición a la Patria. Declarado culpable, es condenado a una vergonzosa degradación y deportación a perpetuidad a la Isla del Diablo. El novelista francés Emilio Zolá, saca a la luz pública el escándalo en “Yo Acuso”. Dreyfus fue declarado inocente y reincorporado al Ejército.

Otro célebre caso, el de los anarquistas Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, en EE.UU. dos inmigrantes italianos  pobres, se les acusó falsamente de robo  y asesinato, fueron juzgados y sentenciados a la silla eléctrica en 1927. Se dice que el juez del caso, le dijo al jurado: «Este hombre, -Vanzetti-  aunque no haya en realidad cometido ninguno de los crímenes que se le atribuyen, es sin duda culpable, porque es un enemigo de nuestras instituciones».

En nuestro país,  tenemos los casos del mayor Fidel Araujo y del coronel de la Policía César Carrión, los dos víctimas de falsas acusaciones; el uno, supuestamente por instigar a los policías a la rebelión y el otro por atentar en contra de la vida del mandatario en los tristes sucesos del 30 de septiembre de 2010.

El Presidente Correa acusó directamente al mayor Araujo en una de sus sabatinas: “Cuando llegamos al Regimiento Quito, ¿quién estaba ahí dirigiendo por teléfono? Nada más ni nada menos que el mayor Fidel Araujo”. Araujo fue detenido y mantenido en la cárcel 6 meses; pese a las presiones y a las falsas acusaciones que se dieron a lo largo del proceso, en la audiencia de juzgamiento, ninguno de los 12 testigos de la Fiscalía pudo sostener la tesis del Gobierno y el Presidente del Tribunal IV de Garantías Penales de Pichincha lo declaró inocente.

Contrariando la justa declaratoria de inocencia del Mayor Araujo, la Segunda Sala Penal de la Corte de Pichincha, anuló el proceso, porque consideró que la audiencia debió ser reservada, por ser un “asunto de seguridad nacional”. Jamás probaron que el mayor Araujo había incitado a los policías del Regimiento Quito a la rebelión, las pruebas de su inocencia son contundentes, sin embargo, la Corte Nacional de Justicia ratificó la sentencia de tres años de reclusión contra Fidel Araujo.

La doctora Marie-France Hirigoyen, psiquiatra y terapeuta francesa, en su obra “La destrucción moral, las víctimas de los perversos narcisistas”, señala:»En los perversos las decepciones producen ira o resentimiento, y un deseo de venganza. Cuando un perverso percibe una herida narcisista (una derrota o una repulsa), siente un deseo ilimitado de obtener una revancha. No es un reacción pasajera, sino de un rencor inflexible».

La escritora Marilyn vos Savant (San LuisMisuri1946), señala: “Un acto de justicia permite cerrar el capítulo; un acto de venganza escribe un capítulo nuevo”.

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