Un incentivo más

No podemos negar la cantidad de personas que se han unido, ya sea por medio de colectivos, centros de atención y adopción, o por cuenta propia, a la causa de ayudar a estos seres vivos. Mucha gente está constantemente recogiendo animales abandonados, dándoles alimento, cuidándolos, pero, además, buscándoles un hogar.

Lo sé porque, en un par de ocasiones, yo también he ayudado con esta noble causa. Sin embargo, llenarme de laureles sería muy injusto ya que mi hermano menor es quién ha incentivado esa labor en toda mi familia y lo admiro mucho por eso. Él posee esa sensibilidad ante los animales que a mí me faltó desde niño.

El pasado 2 de febrero, mi hermano me comentó algo especial vinculado con este tema. La Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la Universidad Central del Ecuador (UCE) inauguró su nueva Clínica Veterinaria, la misma que cuenta con el mejor laboratorio de genética animal. Dicho establecimiento no solamente dará servicio a los animales domésticos como perros y gatos, sino que también centrará sus atenciones en otro tipo de animales que no han sido tomados en cuenta anteriormente en esta clase de clínicas por no tener una infraestructura adecuada.

Esta inversión que la UCE y la Empresa Privada han realizado, sin duda, beneficiará a muchas personas que no poseen los recursos necesarios para solventar los excesivos gastos médicos que, muchas veces, implican tener una mascota -y ni se diga en tiempos de crisis, aunque académicamente no sea una crisis-. Por ejemplo, los costos que se han indicado en cuanto a las consultas y esterilizaciones de las mascotas, oscilarían entre los USD 6 y USD 100, dependiendo del caso.

Además de estas facilidades para los usuarios, esta nueva iniciativa ayudará a muchos de los estudiantes de esta carrera en sus prácticas profesionales y en los procesos investigativos que se llevarán a cabo -y que, cabe decirlo, son muy necesarios para el desarrollo de la veterinaria en el país-. El decano de la Facultad, Eduardo Aragón, cree que las inversiones hechas este año serán reflejadas en la atención que darán las futuras generaciones de profesionales. ¡Y yo también espero que así sea!

Creo que consumaciones como estas harán que los estudiantes tengan un incentivo más para seguir con sus carreras de veterinaria y zootecnia. No obstante, no todo es estudiar sino que, además, podrán tener una vinculación más fuerte con la comunidad y con las necesidades de los animales que lleguen a la clínica.

Ver que se estaba dotando de más importancia al cuidado de los animales, me producía un cierto incentivo para seguir ayudando en lo que pudiese. Ahora, con esta noticia -contada a través mi hermano menor, un futuro veterinario- me ayuda a creer que, en los siguientes años, esta conciencia en torno a los animales irá creciendo y fortaleciéndose más. Así las generaciones que vienen entenderán eso que yo entendí cuando veía a mi hermano cuidar de sus mascotas: que los humanos somos más animales de lo que creíamos y que ellos, los animales, muchas veces, son más humanos que nosotros mismos.

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