¿Y si el precio del petróleo vuelve a subir?

Diego Grijalva

Sin embargo, al igual que hace un par de años -cuando el precio del petróleo se encontraba muy alto- el pronóstico era que en algún momento debía caer, la perspectiva actual es que el petróleo ha llegado a niveles tan bajos que en algún momento debe volver a subir. De acuerdo a la Asociación Internacional de Energía (IEA) se espera que su precio se encuentre nuevamente en US$80 para finales de esta década, si bien lo más probable es que no vuelva a US$100.

Surge entonces la siguiente pregunta: ¿Qué haremos cuando el precio del petróleo vuelva a subir? Al respecto, es importante entender qué es lo que hemos hecho con el dinero del petróleo cuando su precio ha sido alto. Y a la luz de la reciente evidencia, parece ser que al menos parte de ese dinero se ha malgastado, por ejemplo, en construir un aeropuerto internacional en Tena que recientemente tuvo que ser cerrado. Es verdad que se han logrado importantes avances en infraestructura, educación, pobreza y desigualdad. Sin embargo, incluso si asumimos que todo se ha hecho bien -como parece ser la creencia dominante en el gobierno- estos logros pueden volverse irrelevantes en un par de años cuando se desvanezcan en medio de una crisis económica.

Veamos por ejemplo el tema del desempleo. Si bien el nivel de desempleo todavía no es alto en relación a estándares internacionales, lo preocupante es el cambio de tendencia a partir de la caída de los precios del petróleo. De acuerdo a los datos del INEC, a diciembre de 2015 el desempleo subió a 4.77% comparado con 3.84% a diciembre del 2014. Más importante todavía, las personas que han buscado empleo por más de 6 meses representan el 17.69% del total de desempleados en diciembre de 2015 frente al 12.97% en diciembre de 2014 o al 8.71% en septiembre de dicho año. Es decir, el desempleo y la duración del desempleo están aumentando significativamente, y seguirán la misma tendencia durante el 2016. Con el tiempo, otros indicadores como pobreza y desigualdad mostrarán tendrán el mismo comportamiento.

¿Cómo es esto posible después de haber tenido tanto dinero? Puede parecer difícil de entender, pero recordemos lo que ocurrió luego del boom petrolero de la década de los 70s y el alto crecimiento económico que Ecuador disfrutó durante ese periodo. Cuando las condiciones internacionales cambiaron (debido entre otras cosas al aumento en las tasas de interés en los países desarrollados), Ecuador atravesó por una década perdida. La situación económica a inicios de los 80s se deterioró de tal forma que en 1983 Ecuador tuvo que firmar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), luego de no haber necesitado hacerlo desde 1972. A partir de este año y hasta 1994, Ecuador firmó acuerdos con el FMI a un ritmo de uno cada 19 meses. De igual forma, durante el más reciente boom petrolero, Ecuador no necesitó firmar acuerdos con el FMI (en esta ocasión, el último se firmó en el año 2003, siguiendo por supuesto al que se firmó en el año 2000 luego de la crisis de 1999).

Considerando estas experiencias, es imprescindible pensar qué haremos como país si la suerte (o mala suerte, dependiendo de cómo lo veamos) nos favorece nuevamente con un boom petrolero. ¿Lo vamos a gastar de igual forma para luego sufrir otra década perdida? ¿Lo vamos a poner en fondos de ahorro para intentar suavizar el ciclo económico? ¿Lo vamos a repartir a cada hogar ecuatoriano para que la responsabilidad de su administración esté en el sector privado? Lo que sea que decidamos como sociedad, es importante diseñar un marco institucional que evite que la próxima vez cometamos los mismos errores que ya hemos cometido, no una, sino dos veces.

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