Magos del Siglo XXI

Martina Vera

La audiencia aplaude con asombro y emoción. Ha presenciado el arte de lo improbable y lo fantástico. Desconoce que aquello realmente es un truco. La paloma seguramente murió de asfixia. De esos magos de antaño, quedan pocos en Ecuador y el mundo. Sin embargo, hoy tenemos magos mejor entrenados y a cuya disposición se encuentran herramientas de comunicación más útiles y modernas. Me refiero a los magos del Siglo XXI. Son políticos, son audaces, son maestros de la técnica del ilusionismo y son quienes gobiernan este país hace más de una década. Gobernaban y gobiernan también en Argentina, Brasil y Venezuela, pero la audiencia ya acusó el truco. Destrozada la ilusión, solo queda confirmar si la paloma sigue respirando o si su entierro es inminente.

En la sorpresa está la magia

Su primer acto fue implacable e inesperado en el Ecuador. El ilusionismo duró casi una década aunque el desencanto se vio ya en la consulta del 2011 y más en las elecciones seccionales del 2014. Se presentaron como un movimiento revolucionario, dispuesto a lograr lo que nadie: luchar por el progreso, la igualdad, la dignidad y los derechos ciudadanos con las manos limpias, el temple elocuente y la frente en alto. Con ese mensaje y socorridos por un aparato de comunicación sin parangón, barrieron en las urnas. Años después el ilusionismo es más difícil de sostener ante el evidente deterioro en libertades democráticas, soberanía nacional, obras civiles y la política económica que generó su show.

Inconsistencias evidentes

Hablaron de frenar a la “prensa corrupta” que abusaba a diestra y siniestra de su poder. En lugar de eso, engendraron a su nueva propia prensa alineada, partidista, gobiernista y sin credibilidad. Concentraron 22 medios nacionales. Cosa extraña en un gobierno al que le apasiona romper monopolios en pos de la igualdad. De paso, limitaron la capacidad de investigar, denunciar y cuestionar de los medios independientes con la ley mordaza.

Desarrollaron algunas obras necesarias que ningún otro gobierno emprendió. Hoy, sabemos que esos proyectos se realizaron con la misma bajeza “del pasado”. Se acusan sobreprecios significativos, costosos retrasos, concesiones a duras exigencias de prestamistas chinos y excepción de impuestos a empresas de ese país. Peor aún, obras que debieron entrar en funcionamiento tiempo atrás no lo hacen y se sospecha que los materiales que la componen no tienen la calidad apropiada.

Prometieron distribuir recursos. Hoy, queda claro que no se puede redistribuir lo que no se genera. Por ende, empiezan a requisarlo a través de impuestos que castigan el consumo. Hablaron de su ejemplo austero, y el Jefe de Estado decidió prescindir de sus edecanes. Sin embargo, no recortó ni minuto y medio de sus costosos enlaces ciudadanos para solo citar el más rechazado de los dispendios semanales.

El truco mayor esta aún por manifestarse con la emisión de dinero electrónico de una moneda que no nos pertenece. Si logran convencernos del respaldo de esas emisiones, entonces confirmaremos la muerte de la paloma al finalizar el acto. Resta ver si la mayoría harta de tanto abuso pasa del rechazo, la resistencia y la dispersión a la unidad que no concretan los aspirantes a redimirla en acciones democráticas para defenderse ahora y no en el 2017 solamente, cuando los salvadores de hoy tendrán menos que salvar, a más plazo y peor precio.

 

 

 

 

 

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