Salvo los legisladores víctimas del sismo, es indignante ver cómo maquillan su incoherencia ciertos políticos que gritaban “indolentes” a los demás mientras votaban por subir el IVA al pueblo en plena crisis y hoy se niegan a recortar parte de su sueldo, mientras en cambio sí piden donaciones para financiar las sabatinas.
Pero el asambleísta de la 35 tiene razón: Papá Noel no son ellos.
Papá Noel somos nosotros, los ciudadanos, cada vez que pagamos más impuestos para mantener a un Estado lagarto que, verde y obeso, se come todo lo que encuentra a su paso, mientras el costo de la vida sube y sube afectando a la clase media y pobre del país, que por algo viaja horas y horas a Ipiales para hacer las compras de la casa.
Papá Noel somos nosotros, los ciudadanos, cada vez que el Gobierno utiliza recursos públicos que nos pertenecen a todos, como las cadenas y las sabatinas, para propaganda electoral, y cada vez que el Presidente viaja en uno de sus dos aviones presidenciales, que ya habrían servido para construir 20 escuelas del milenio.
Papá Noel somos nosotros, los ciudadanos, cada vez que los asambleístas no fiscalizan a funcionarios y con su omisión crean un caldo de cultivo para fraudes millonarios, como los escándalos petroleros, que cuestan un ojo de la cara al pueblo.
El problema es que este gran Papá Noel ciudadano ahora está flaco y chiro, de tanto haber sido regalón con los niños engreídos del oficialismo, que reciben juguetes del cielo, los dañan a la semana y hacen berrinche para seguir pidiendo más, muchísimo más. ¿Hasta cuándo? La decisión está en nuestras manos.
@hectoryepezm