Fiesta de locos

´Fiesta de Locos´ es una canción de esta agrupación que en este tiempo me ha llamado mucho la atención pues pienso que Residente estaba formulando una pegajosa predicción cuando la entonaba por primera vez en el 2008.  Esa canción suena a mi país, sobre todo cuando hablan de “gusanos verdes”.

Lo he dicho antes y lo sigo diciendo, estos nueve años han sido los años de la gran farra oficialista, de los almuerzos con Bosé y con trolls de twitter, de tarima, de Tiko Tiko en la sabatina. ¡Nueve años! En este tiempo les ha pasado, a los verdeflex, lo que al común denominador de la población le pasa cuando la fiesta dura mucho: se han desinhibido.  Ya no tienen miedo de crear escándalos diarios porque están en ese momento en el que creen que la fiesta nunca va a acabar y que el chuchaqui es tan real como que el primo Delgado volverá después de la boda.

Esta ilusión de fiesta eterna los ha desvergonzado, los ha vuelto engreídos. Es que ya no tienen temor de cometer errores de forma constante, se olvidaron que hay consecuencias que se vienen sí o sí después de tanto bailar.  No pueden creer que esto se va a acabar, y pronto, en meses.  Amable lector, ¿usted vio todo lo que hicieron esta semana? Hagamos una recapitulación.

Comencemos con Fander Falconí. El miércoles 27 de julio sacó un artículo en El Telégrafo, porque estoy segura que es el único diario que se permitiría publicar algo así, sobre su máximo disgusto con la aplicación Pokémon Go. En su pieza magistral asegura que con la búsqueda de un pokémon es igual de despreciable que la caza de humanos esclavizados furtivos en Estados Unidos. Creo que alguien debería explicarle al señor Falconí que hay una diferencia, digamos, enorme. Actualmente, la gente con un dispositivo móvil juega a buscar y encontrar criaturas que no existen sino en sus celulares. Cuando recordamos la persecución de esclavos estamos hablando de seres humanos perseguidos, torturados, asesinados. Nada más y nada menos. Vamo a pensa.

Continuemos con Marcela Aguiñaga. El miércoles 27 de julio fue entrevistada por Estéfani Espín. Aguiñaga tenía que explicar por qué la carnetización puerta a puerta de Alianza País estaba recorriendo algunas zonas acompañada por instituciones y empresas públicas como CENEL, BIESS, CNT y si es cierto o no que se utilizan fondos públicos para carnetizar.  Sin reparo, Aguiñaga asistió con su clásica alevosía y sostuvo que Guillermo Lasso ha hecho campaña durante años y que Espín es poco objetiva y por ello no critica al candidato a la presidencia por CREO– “yo no fui, yo no fui, fue teté”. Yo me pregunto y le pregunto a usted amable lector, ¿está no es una aceptación tácita de las acusaciones que se han levantado estas semanas con respecto al uso de fondos públicos? ¿Le traicionó la conciencia a Marcelita? Usted y yo ya sabemos la respuesta.

Terminemos con Pamela Aguirre, ella llegó a la fiesta tarde pero se igualó pronto. El viernes 29 de julio fue entrevistada en Ecuavisa y dejó claro, una vez más, que ama a Rafael Correa.  De todas las cosas que dijo la más icónica fue que en la Sierra al Mashi le dicen taita y en la Costa le dicen papi.  ¿Y sabe qué? No lo creo, es que no lo creo.  Si el 67% de los ecuatorianos desaprueban la personalidad del presidente, según CEDATOS, no le vamos a estar llamando papi, salvo que esto sea puro y duro sarcasmo.

Tres ejemplos en una semana, tres de muchos episodios donde se refleja la negación verdeflex. Si bien ahora son más seguidos, los escándalos que encabezan los AP’s ya llevan algún tiempo. ¿Se acuerda de los kilos de cocaína en valija diplomática sin dueño, de los pativideos “sacados de contexto”, de un violador que no está preso todavía, de los contratos con Fabricio Correa, de la falsificación de firmas en el proceso de inscripción de organizaciones políticas? ¿Se siente indignado en este punto? Yo sí.  Ahora bien, como dije antes, ya se acaba. En sus manos y en las mías está la llave para cerrar el circo y que comience el chuchaqui para los que se farrearon todo. Le invito a usted a que planifique su votación y no solamente piense en el próximo presidente sino en la Asamblea que se viene.  Para que esto llegue a su fin, no solo debe salir el Mashi sino que también deben salir sus acompañantes. Si queremos que se acabe la fiesta de locos y tener políticos serios que nos representen, hay que votar inteligentemente en el 2017.

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