¡Ay Pame! y el bullying en las redes sociales

;aríasol Pons

Este cantón se encuentra en la provincia de Tungurahua y tiene siete mil habitantes. El número de cifras que las orgullosas protagonistas anunciaron al Ecuador haber recogido para la consulta popular que permitiría, fuera de plazo y forzada por donde se la vea, al máximo líder de Alianza País volver a correr para la presidencia de la república es de cuarenta y cinco mil firmas.

Esta presentación tan dispar de firmas obedece, según dicho colectivo a que las cuarenta y cinco mil firmas no se recogieron solo en el famoso Penipe sino en toda la región; Cotopaxi, Chimborazo y Tungurahua. Aducen que no han tenido suficiente espacio para explicar este hecho y que han sido sujeto de burlas y ataques por las redes. Al parecer se han sentido ridiculizados. Así como, dice el editorial, el concejal Ricaurte también fue ridiculizado cuando un video personal sobre una supuesta relación profesional fue viralizado.

En ambos casos lo que se ha hecho público y manifiesto en al opinión de usuarios sobre los hechos. Si el colectivo Rafel Contigo Siempre se siente ridiculizado por las reacciones de las redes sociales entonces sería recomendable que hicieran una autocrítica, como le gusta tanto decir a los APES acerca de las razones o consideraciones que puede tener el público para hacer comentarios que produzcan esa sensación.

Observando la situación económica de nuestro país no es sino lógico que la recolección de estas firmas que estarían fuera de plazo y que aúpa la inestabilidad política y económica sea considerada por muchos, un exceso más de la lista. Es curioso que el artículo mencione lo políticamente correcto y que establezca las penas por calumnia. De manera tacita, deja ver que en el contexto actual ecuatoriano los principios siempre están en boca de quienes no necesariamente los practican.

Sabemos que la carga de culpa ha sido revertido en función de la posición del defendido y no de los hechos. Sabemos que al ciudadano común se le puede decir cualquier cosa. Sabemos que vivimos un momento frágil de libertad de expresión. Las redes son el único espacio que nos queda para poder destapar y comentar la penosa situación en la que nos encontramos. El gobierno se destaca por sus incongruencias, por su memoria selectiva y se espera que a punta de propaganda adoctrinada nuestras mentes callen y cedamos ante principios bien esgrimidos pero pobremente acatados. Si bien es cierto que el respeto debe ser una constate en el trato entre todos y todas, como les gusta decir, también es cierto que si la respuesta popular a la iniciativa de Rafael Contigo Siempre los ha hecho sentir incómodos y ridículos, es porque estamos cansados de que se nos quiera vender humo.

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