Cynthia y la Economía

La elección de Pozo resulta especialmente sensible, debido a que apuntala la debilidad más evidente de Viteri: su falta de experiencia y preparación en el campo económico, en un momento en el que la crisis económica se ha convertido en la principal preocupación de los ecuatorianos.

Y es que sus primeras declaraciones sobre asuntos económicos fueron realmente preocupantes. Cynthia inició su campaña presidencial, anunciando que “reactivará la economía” transfiriendo puntualmente los recursos que el gobierno central debe asignar a los gobiernos seccionales. Esta frase aunque aparentemente inofensiva, dejó al descubierto que la candidata del PSC se aventuró a la lid presidencial, sin tener una idea clara de cómo enfrentar la crisis. ¿Cree realmente Cynthia que los gobiernos seccionales son el motor de la economía y que, transfiriéndoles puntualmente los recursos, esta se recuperará como por arte de magia? ¿Identifica Cynthia que si el gobierno es incapaz de transferir recursos a los entes seccionales es una consecuencia de la crisis y no la causa de la misma? ¿Cree Cynthia en un modelo económico en el que el estado debe jugar un rol de promotor y no simplemente un papel subsidiario? Todas estas son inquietudes legítimas que surgen de sus declaraciones iniciales y que, al día de hoy, siguen sin ser despejadas.

Pero lo peor, aún estaba por venir. En un intento desesperado (e infructuoso) por intentar explicarle al país, como su partido estaba dispuesto a pactar hasta con Ramiro González, pero no con quien debería ser su aliado natural, Cynthia Viteri acudió a una de las prácticas más viejas de la política: la calumnia. Citando supuestas declaraciones en un evento privado, de las que ella misma no fue testigo; Viteri acusó a Guillermo Lasso de pretender reducir los sueldos de los ecuatorianos, como medio para mejorar la competitividad. La frontal respuesta del candidato del Movimiento CREO negando tal absurdo, no ha sido suficiente para que la candidata socialcristiana desista de repetirlo. Quizás apelando al viejo axioma de que una mentira dicha mil veces, se convierte en verdad.

Pero Cynthia no se ha contentado con recurrir a una caricatura sobre el que es sin dudas uno de los obstáculos más grandes al desarrollo económico en nuestro país: la inflexibilidad laboral; sino que ha realizado un derroche de demagogia al ofrecer que en un potencial gobierno suyo los salarios subirán, mientras que, en uno de Lasso, estos bajarán. Nunca especificó la candidata si ese aumento se produciría de manera coercitiva a través de un incremento en el salario básico, o de manera espontánea como consecuencia de la rebaja de impuestos que ha ofrecido. En cualquier caso, este anuncio revela una profunda desconexión con la realidad económica del país, en momentos en que el sector productivo realiza esfuerzos titánicos para evitar enviar a más trabajadores al desempleo. Un aumento general del nivel general de salarios en el país no solo resulta impensable, sino que sus efectos serían devastadores para el mercado laboral.

Con la llegada de Pozo a su equipo, era de esperarse que Cynthia empezara a brindar declaraciones más sesudas respecto a su plan económico; pero hasta el momento ha ocurrido lo contrario. No solo no ha renunciado a la demagogia de prometer incrementos de sueldos que nadie cree que ocurrirán; sino que ha profundizado en su ataque contra Lasso recurriendo a la temeridad de denominarlo el “candidato del desempleo”. Al igual que sus ofertas en temas salariales, sus acusaciones no pasan la prueba de la risa.

Y es que el contraste no puede ser más evidente. Mientras Cynthia Viteri le ha dedicado los últimos veinte años a vivir de la política (actividad legítima por supuesto); Lasso podría señalar con justicia los miles de empleos directos que él ha creado desde que tomó la administración del Banco Guayaquil, transformándolo de un banco mediano a uno de los bancos más grandes del país, sumados a la gran cantidad de empleos indirectos generados a partir del proyecto del Banco del Barrio.

La elección de Mauricio Pozo como su binomio, es sin dudas un acierto para Cynthia Viteri. Pero es un anuncio que deja aún más en evidencia las profundas deficiencias conceptuales de quien parece desconocer las nociones más básicas, de cómo funciona la economía en general y el mercado del trabajo en particular.

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