A los latinoamericanos nos aterra pensar que nos han quitado la posibilidad de emigrar al país del norte. La realidad es que tal vez de forma un poco inconsciente nos da seguridad tener la opción de emigrar “si algo pasara”. Es cierto que este sentimiento ha nacido de injusticias que hemos sufrido (y seguimos sufriendo) en nuestra región, sin embargo, tal vez nos ha relajado a perseverar en la lucha por un país libre, seguro y estable.
Aprovechemos esta situación como una oportunidad para luchar por nuestro país, por transformarlo en un lugar con futuro para nuestros hijos. Y ese cambio comienza ahora con nosotros mismos desde nuestro hogar y nuestro trabajo promoviendo la justicia, la solidaridad y la honestidad. El cambio comienza ahora también con las elecciones votando a conciencia por candidatos (presidente y asambleístas) con la preparación y la honestidad para construir un Ecuador libre de corrupción, libre de injusticias e inestabilidad, que vele por la familia y todos sus miembros.
Llegó la hora de creer e invertir en nuestro país. Todos queremos un Ecuador unido y fuerte, un Ecuador que no se achica frente a otras naciones. Y este es el momento del cambio.