Elecciones en Francia

Detrás del ultranacionalismo, izquierdismo o indefinición disfrazada de centrismo, se encuentra el ADN producto de las crisis económica mundial y de la debacle del capitalismo financiero en la mayor parte del mundo occidental. Mientras en Estados Unidos el resultado fue Trump, en España la respuesta al paro fue PODEMOS o en Latinoamérica, el socialismo del Siglo XXI. El movimiento es global y se traduce como la desconfianza en el sistema político. De ahí que tres de los cuatro candidatos finalistas franceses, se presenten como la solución antisistémica y emulen bajo diferentes premisas, el discurso populista mesiánico y la identidad patriótica o nacionalista, apenas uno de los candidatos Fillon, es el representante de la política tradicional como la carta de los Republicanos.

Marine Le Pen que se presenta como una de las opciones antisistema en su segundo intento y, a pesar de mantener el primer lugar, podría ya no poseer la frescura necesaria que buscan los franceses. Su retórica ultranacionalista con la propuesta del Frexit es el efecto domino que esperan otros líderes de ultraderecha como: Nigel Farage en Gran Bretaña o Geert Wilders en Holanda; la victoria de Trump en Estados Unidos fue un guiño para Le Pen, que busca encabezar los resultados de la primera vuelta del domingo 23 abril, que los galos acuden a las urnas para definir los dos finalistas para la cita del 7 de mayo en la segunda vuelta.

La noticia del tiroteo en el centro de Paris que provocó la muerte de un policía parisino, podría darle el efecto de la política del miedo que requiere Le Pen para su impulso final, muy similar a lo que sucedió con el tiroteo en Florida que favoreció la campaña de Trump, evento que se dio cercano a las elecciones; pero la sorpresa de la semana sin duda ha sido Mélenchon, el ex militante socialista que ahora participa por el Partido Francia Insumisa. Dicen que los extremos tienden a tocarse, si es cierta esa premisa, es esa la razón por la que coloqué en el mismo párrafo a Le Pen y Mélenchon. Aparentemente antagónicos ideológicamente, usan retoricas similares para el dominio de las masas, el candidato izquierdista ha logrado captar el verdadero voto útil de la izquierda sociológica francesa que no quiere que gane Le Pen. Mélenchon no ha ocultado su cercanía con PODEMOS y por el contrario ha hecho apología de su simpatía por Hugo Chávez y por Correa e incluso el último fue visitado por su asesora de confianza Sophia Chikirou, después de su perdida en 2012 para pedirle consejos, porque quieren una “revolución ciudadana” en Francia, en palabras de la misma Chikirou, mano derecha de Mélenchon y también ex militante socialista. Sin duda estos dos candidatos que buscan desmarcarse uno de otro, son los que más pavor me dan, por su retórica confrontadora y anti europea, uno con más eufemismos que la otra, pero extremadamente iguales entre sí.

El tercer candidato anti sistema de los cuatro favoritos, Emmanuel Macron, mantiene la simpatía de muchos de los políticos franceses tradicionales, entre ellos el Presidente Hollande, al haber sido su Ministro, con un discurso más centrista que le da la capacidad de llegar a un electorado más amplio pero con una indefinición que le puede provocar problemas en captar los votos de Mélenchon o Fillon en una hipotética segunda vuelta con Le Pen. Reniega del sistema de partidos políticos como la tradición populista ordena y el nombre de su partido En Marcha!, que lleva las iniciales de su nombre, ratifica que no tiene un proyecto de país a largo plazo, pero se presenta con una mirada más amplia y abierta, entendiendo que la salida de Francia del Euro, haría más daño que bien a su economía.

El conservador Fillon es el único representante del sistema de partidos que ha gobernado durante 40 años la V República francesa. Su contraparte Hamon candidato del Partido Socialista, se ha desplomado en los sondeos y ronda los últimos lugares, pero el representante del Partido Los Republicanos también la está pasando mal, al haber entrado como el candidato favorito y prácticamente ungido en la Presidencia, cayó hasta el tercer lugar después del escándalo que lo golpeó en Enero, por la investigación judicial que se inició en su contra por los supuestos empleos ficticios de su esposa e hijos.

La fuerte crisis de representatividad ha presentado unas elecciones sui generis en Francia y de ganar cualquiera de las tres opciones antisistema, sería un fuerte golpe para los tradicionales Republicanos y Socialistas. Probablemente serán las elecciones con más sorpresas que se hayan vivido en Francia, pues tomando en consideración el margen de error de las encuestas, los cuatro presidenciables estarían en el empate técnico y ahora todo resulta posible.

 

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